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Investigan el incendio de la casa de Ribadesella donde murió un alemán: vivían allí sin electricidad y con dos perros que se salvaron

"Es una pena, ellos andaban por ahí pidiendo pero no molestaban nunca a nadie" , aseguran los vecinos, que cuentan que llevaban bastante tiempo ocupando la finca abandonada

Un bombero saca a uno de los perros que lograron salvar Jonathan Hevia

La Guardia Civil investiga las causas del incendio que el martes por la noche asoló una casa “okupada” de Ribadesella y por el que ha fallecido, en el HUCA, uno de los dos heridos debido a la gravedad de sus lesiones. Tenía 44 años. El otro, de 35, permanece ingresado en la unidad de grandes quemados del hospital de La Paz, en Madrid. Fue trasladado allí durante la mañana de ayer para tratarlo de graves quemaduras, que afectaron especialmente a sus manos.

La tragedia comenzó al filo de las once de la noche del martes. Las llamas y el humo alertaron a los vecinos, que llamaron al servicio de emergencias para explicar que el fuego devoraba una casa, de planta baja, en la zona de Oreyana, junto a la estación de tren y muy cerca de un aparcamiento en donde estacionan caravanas. Bomberos de Cangas de Onís y Llanes, junto al jefe de zona; efectivos de la Guardia Civil y los servicios de emergencias médicas de Ribadesella, Arriondas y Oviedo intervinieron en el lugar.

Ahora, la policía judicial de Llanes ha abierto una investigación para determinar las causas de la tragedia. Inicialmente, según fuentes conocedoras del caso, se cree que el incendio fue fortuito y se originó en el salón de la vivienda, donde podrían haber encendido un brasero o algo similar para calentarse y alumbrarse, puesto que la casa no tenía servicio eléctrico. Así, el fuego que ellos mismos encendieron podría haber sido el causante. Las llamas del centro de la casa pronto alcanzaron las habitaciones y parte de la cubierta de la casa se vino abajo.

Un hombre junto a la entrada de la vivienda que ardió el martes, precintada por la Guardia Civil para investigar el incendio. Eva San Román

Uno de los afectados –el que permanece ingresado– logró salir de la vivienda a tiempo. El ahora fallecido, sin embargo, quedó atrapado e inconsciente. La Guardia Civil primero y los bomberos después tuvieron serias dificultades para acceder a la finca y a la vivienda. Los hombres, que ocupaban el inmueble abandonado la mantenían cerrada con candados y bloqueada con somieres de hierro. Además, las ventanas estaban aseguradas con rejas, lo que hizo difícil no solo el acceso de los efectivos al interior, sino también la evacuación del herido al exterior, así como de los dos perros que vivían con ellos.

La vivienda estaba cerrada con candados y bloqueada con somieres, lo que dificultaba el acceso; parte del techo se derrumbó antes de que llegasen los bomberos

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Los primeros en llegar fueron los agentes de una patrulla de la Guardia Civil que no se encontraba lejos. Intentaron sin éxito internarse en la vivienda en llamas, pero incluso se derrumbó parte del techo justo antes de que llegasen los bomberos, que no tuvieron fácil socorrer al hombre que estaba dentro.

Una vez evacuado el hombre luego fallecido y sus perros, los bomberos se centraron en extinguir el fuego y los servicios médicos se hicieron cargo de los heridos. Uno de ellos fue trasladado en la UVI móvil de Arriondas hasta el HUCA. El otro, fue en la ambulancia convencional de Ribadesella hasta Colunga, donde fue trasnferido a una UVI móvil de Oviedo, que lo trasladó al hospital central en estado muy grave. Esa gravedad impidió, de hecho, trasladarlo a la unidad de quemados madrileña. Finalmente, murió en Asturias.

En un principio se temió que un amigo de los dos "okupas" pudiera estar en el interior de la vivienda, pero se le localizó sano y salvo en otro lugar

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Los dos hombres alemanes llevaban “tres años al menos” como “okupas” de la vivienda, que un día fue “la casa de Platas”, uno de los primeros taxistas de Ribadesella. “Vino de Cuba e hizo esto, compró toda la propiedad”, que más tarde fue vendida y, posteriormente, abandonada a su suerte, según señalaba ayer un vecino, que acudió a la zona para ver el estado en el que había quedado la vivienda. “Es una pena, la verdad. Ellos andaban por ahí pidiendo, pero no molestaban nunca a nadie, tenían un par de perros”, recordaban los vecinos. También les solía acompañar un tercer hombre, que el martes de noche se temió en un principio que podía estar en la casa pero finalmente pudo ser localizado sano y salvo en otro lugar. Los canes, evacuados y salvados por los bomberos, ahora están a cargo de una protectora ubicada en Llanes.

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