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La mejoría de la embarazada con covid del HUCA aumenta la esperanza de salvar al bebé

En los hospitales de Asturias han nacido 65 niños de madres enfermas de coronavirus, todos sanos, y crece el temor a los embarazos por la pandemia

Personal de la UCI del HUCA, con un paciente infectado por coronavirus. | Irma Collín

La mujer embarazada que permanece ingresada en la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) por estar infectada de coronavirus ha experimentado una cierta mejoría y los médicos han iniciado una retirada de la sedación. Según ha podido saber este periódico, la paciente –de 31 años– está más estable, pero continúa intubada. Por el momento, el feto resiste y el embarazo sigue adelante. El mayor peligro que corre la criatura se lo generan el déficit de oxígeno de la madre y la medicación que se le administra asociada a la ventilación mecánica.

Tal y como adelantó ayer este periódico, la mujer, que reside en un pueblo del oriente de Asturias, presenta una gestación de algo más de veinte semanas. Es un periodo que los especialistas consideran excesivamente corto como para extraerle al bebé (la viabilidad del feto suele situarse actualmente en las 22-23 semanas) con garantías de supervivencia. La paciente tiene otro hijo.

En Asturias han nacido hasta la fecha unos 65 niños y niñas cuyas madres estaban infectadas por coronavirus. Todos ellos han venido a este mundo limpios de covid y están sanos. Sin embargo, se trata del primer caso en el que la madre está ingresada en una unidad de enfermos críticos. Entre los profesionales de la unidad de cuidados intensivos (UCI) del HUCA –un área más numerosa que nunca: en torno a 300 trabajadores– se observa una mezcla de discreción, preocupación y confianza.

Según fuentes consultadas por LA NUEVA ESPAÑA, en el entorno de la embarazada se asume que el contagio pudo darse en el ámbito familiar. “Es una chica que no sale nada”, destaca un conocido del mismo pueblo, de unos 120 habitantes. Una localidad duramente golpeada por la pandemia en los últimos tiempos, hasta el punto de que se habla de varios fallecimientos solo esta semana.

La consternación es la nota predominante en el pequeño núcleo rural, donde se sigue con inquietud la evolución de su vecina. De ser cierta la hipótesis del origen de la infección, todo habría empezado hace unos veinte días con el contagio de una amiga del hermano de la joven, que obligó a cerrar un negocio de la zona. “Después cayeron su marido, su madre y ella. Es una desgracia. Son gente que lo cumple todo a rajatabla”, subrayan sus allegados.

En Asturias han nacido hasta la fecha unos 65 niños y niñas cuyas madres estaban infectadas por coronavirus

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La paciente fue atendida en el Hospital de Arriondas y, posteriormente, trasladada al HUCA. Inicialmente, fue ingresada en planta. Pasados pocos días, su estado empeoró y pasó a la UCI.

“La vida del feto en este momento depende de la salud de la madre”, indicó ayer un conocedor del caso. La medicación que se aplica a los enfermos de covid de la UCI, que esencialmente son corticoides, no son perjudiciales para el hijo. “El tratamiento de los síntomas del coronavirus grave se puede administrar en el embarazo, y de hecho se hace con frecuencia”, señaló otro especialista consultado por este periódico.

“En el HUCA llevamos entre 45 y 50 casos partos de mujeres con covid, y no hemos tenido ningún recién nacido contagiado”, puntualizó la pediatra Belén Fernández Colomer, quien advierte de antemano que desconoce los detalles de la mujer ingresada en la UCI. En términos generales, argumenta la pediatra, en este tipo de circunstancias “es importante mantener un buen nivel de oxigenación y un aporte de nutrientes si la situación se prolonga”.

Este caso trae a la memoria otro que se dio hace más de 21 años en el Hospital de Cabueñes, de Gijón, aunque los paralelismos son limitados. El fallecimiento de Milagros Lorenzo Mesas fue certificado el 13 de noviembre de 1999. Antes de morir, expresó a los médicos que la atendían su deseo de que salvasen la vida de su bebé. Tenía 34 años. A partir de ese momento, un numeroso equipo del centro sanitario gijonés sumó esfuerzos y prolongó el embarazo hasta que la viabilidad del parto parecía garantizada. Finalmente, el bebé fue alumbrado, mediante cesárea, el 31 de diciembre de 1999. Los médicos lo describieron como “guapo, rubio y con los ojos achinados”. Con 29 semanas de gestación, pesaba 1,290 kilos y medía 34 centímetros. Al día siguiente, su madre era enterrada en el cementerio de Luanco.

En el momento actual, el Hospital de Cabueñes suma 16 bebés alumbrados por madres positivas por covid. “Casi cada semana hay alguno. En la primera ola de la pandemia eran excepcionales, pero a partir del otoño empezó a haber bastantes”, señaló Nuria Fernández González, jefa de Pediatría del área sanitaria gijonesa.

A diferencia del que ahora tienen entre manos los médicos del HUCA, las parturientas atendidas en Cabueñes no revestían excesiva gravedad. “Los niños no salieron infectados ninguno. De hecho, los dejamos con su madre en la misma habitación y, si la madre sigue bien las medidas de higiene, como usar mascarilla al darle el pecho, los niños salen negativos en las PCR. No los separamos de la madre si ella puede cuidarlos, ni ingresamos al niño. Con los primeros lo hacíamos por si acaso, pero ahora, una vez comprobado que van bien y no se infectan, no se separan de la madre”, indicó Nuria Fernández.

Entre tanto, el covid no ha entrado en los paritorios del Hospital San Agustín, de Avilés, desde el inicio de la pandemia. “Ninguna mujer ha dado a luz con una prueba positiva”, afirmó el jefe de Obstetricia y Ginecología del centro, Carlos Pérez Gómez. Sí han contabilizado 15 o 16 mujeres con pruebas positivas durante el embarazo, a las que se les hizo el seguimiento y control oportuno y que al parto llegaron con PCR negativas. Otro caso que registraron fue el de una mujer que a los dos días de dar a luz, y ya de alta hospitalaria, presentó una PCR positiva. Las pruebas de diagnóstico de coronavirus se realizan tanto a las embarazadas como a sus acompañantes.

En otra línea, el jefe de Obstetricia y Ginecología avilesino alertó de que “el covid está creando un pánico entre las parejas, que se están retrayendo a la hora de embarazarse”. “Estamos en las tasas más bajas de toda la historia de la natalidad de Asturias, y esto tiene mucho que ver con el miedo de las parejas a tener un embarazo”, aseveró Carlos Pérez Gómez.

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