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El parón a la vacuna de AstraZeneca: ¿cuántos asturianos recibieron ya la inyección y qué pasará con su segunda dosis?

Sanidad pide calma tras detectar el primer episodio en el país y afirma que los problemas descubiertos el fin de semana “han cambiado la valoración del riesgo”

Un vial de AstraZeneca, el pasado viernes en el HUCA.

España se suma a la lista de países que dejarán cautelarmente y por prudencia de administrar la vacuna de AstraZeneca después de detectar varios episodios, uno de ellos en España, de posibles efectos “que se salen del patrón, que son muy pocos pero significativos” y que aconsejan la suspensión del proceso en principio durante al menos las dos próximas semanas, en todo caso hasta que la Agencia Europea del Medicamento –EMA, por sus siglas en inglés– concluya la investigación que ha puesto en marcha para confirmar o descartar la correlación causal entre la administración de la vacuna y los casos de coágulos sanguíneos detectados. En Asturias, donde hasta ayer se habían inyectado 9.860 dosis de la profilaxis anglosueca, el consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz, anunció la paralización de las inoculaciones tras desvincular a la región del único episodio grave detectado en España –localizado en Castilla y León– y dejó los planes de su departamento “pendientes de las conclusiones de los análisis de la EMA”.

La inyección de AstraZeneca y la Universidad de Oxford empezó a llegar a Asturias el 9 de febrero. El Principado ha recibido desde entonces, según los datos del Ministerio de Sanidad, 36.600 dosis, por lo que el parón habría sobrevenido con algunas más de 26.000 sin poner. La vacuna anglosueca, contraindicada por ahora para la población mayor de 55 años, estaba siendo administrada en Asturias sobre todo a colectivos de profesionales considerados esenciales de menos de esa edad, desde el viernes al personal de los centros educativos y antes también, entre otros, a miembros de los cuerpos de seguridad, las Fuerzas Armadas y Emergencias y algunos sanitarios. Cerca de 10.000 han recibido exclusivamente la primera dosis del preparado de AstraZeneca, que requiere el transcurso de entre diez y doce semanas hasta la segunda. Como quiera que la paralización durará inicialmente catorce días y hay margen temporal suficiente, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, quiso ayer transmitir tranquilidad y pedir paciencia respecto a la administración de la segunda vacuna a quienes ya se han puesto la primera: “Esperaremos a que el Comité de Evaluación de Riesgos de Farmacovigilancia, perteneciente a la EMA, marque los tiempos. Es lo que nos ha pedido, tiempo”.

El Principado ha recibido, según los datos del Ministerio de Sanidad, 36.600 dosis de AstraZeneca, por lo que el parón habría sobrevenido con algunas más de 26.000 sin poner

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Mientras tanto, confirma el Consejero, el sistema sanitario asturiano continuará administrando las otras vacunas de las que dispone, las de Pfizer y Moderna, “sin ningún problema”. De momento, eso sí, los planes se le alteran. De las cerca de 10.000 dosis inoculadas en Asturias, más de 4.300 se administraron desde que el pasado viernes se iniciaron las vacunaciones a los trabajadores de la enseñanza. Salud había planteado que las sesiones de inmunización de los docentes con el preparado de AstraZeneca se efectuasen los viernes y sábados para prevenir posibles bajas provocadas por los efectos secundarios en jornadas lectivas.

La administración sanitaria española ha pasado en las últimas semanas de valorar el levantamiento de la contraindicación de la vacuna para los mayores de 55 años –como habían hecho ya algunos países europeos– a detener cautelar y totalmente su aplicación a toda la población. Este pasado fin de semana “ha cambiado la valoración del riesgo”, explicó ayer Darias. Personas que habían recibido la vacuna sufrieron secuelas consideradas poco frecuentes en la población general y Sanidad tiene constancia de un caso en España “de una trombosis venosa cerebral, de senos venosos, que cursaba con una disminución importante de las plaquetas, lo que implica una actividad irregular de la coagulación”.

Únicamente se han detectado once de estos “eventos” adversos después de administrar más de diecisiete millones de vacunas entre Europa y el Reino Unido.

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En los casos documentados, los síntomas han aparecido entre tres y catorce días después de la inoculación. Se presentan con un dolor de cabeza muy intenso, inusual, que no cede con analgésicos y viene acompañado de vómitos, alteraciones visuales y otros trastornos neurológicos o sangrados irregulares. De todos modos, aclaran las autoridades sanitarias, la posibilidad de sufrir una de estas trombosis es “altamente improbable”, toda vez que únicamente se han detectado once de estos “eventos” después de administrar más de diecisiete millones de vacunas entre Europa y el Reino Unido.

De momento, abunda la directora de la Agencia Española del Medicamento, María José Lamas, la asociación entre la vacuna y la trombosis “es solo temporal. Coincide en el tiempo. Hay que estudiar y descartar una relación causal. Mientras tanto, tranquilidad”.

Los rechazos a la inyección en Asturias, mayores entre la población diana de Oxford

Son muy pocas. Por cada vacuna que rechaza un paciente en Asturias la aceptan más de 34, pero las singularidades del proceso de vacunación contra el coronavirus han hecho aumentar las negativas entre los menores de 59 años, que incluso llegan a duplicar la cifra que se asigna al colectivo de mayores de setenta. Los datos del Gobierno del Principado cuentan en total 3.117 dosis rehusadas por voluntad del destinatario en los más de dos meses y medio de campaña de vacunación, pero el desmenuzado interno de la cifra revela una significativa variabilidad etaria en la que bastante más de la mitad de los rechazos, 1.836, cerca de seis de cada diez, provienen de personas de menos de 59 años. En este colectivo, donde figura una amplia porción de los que han recibido la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford –reservada hasta la suspensión de ayer para menores de 55–, la proporción es de una inyección rechazada por cada 26 puestas, frente a la ratio general de una negativa por cada 34 dosis administradas y a la de la población de más de setenta años, que emerge sin duda como la menos remisa a inmunizarse: solo 941 de los 3.117 rechazos, apenas tres de cada diez, se han detectado en esta franja de edades, la que en cumplimiento del protocolo ha recibido hasta ahora más vacunas. Poco más de una de cada cuatro denegaciones vienen, por lo demás, de pacientes de más de ochenta años, un tramo en el que por cada desestimación se ponen hasta 53 inyecciones. Los datos acompañan a los recelos que emergieron en la “población diana” de la vacuna de Oxford y AstraZeneca a la vista de las informaciones que la semana pasada reportaban posibles efectos adversos y un goteo de países que dejaban por prudencia de poner las inyecciones, una relación a la que ayer se sumó España.

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