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Una gran ludoteca para adultos

María Arce y Rubén López, neorrurales asentados en Cabranes, unen arte y naturaleza en un espacio de juego itinerante

Dos participantes en uno de los juegos organizados en el bosque.

Una gran sala de juego, un espacio para explorar caminos que fueron quedando atrás, para conectar con las motivaciones personales y experimentar con la propia creatividad. La fotógrafa María Arce y el diseñador industrial Rubén López han aunado sus experiencias previas, ella en una ludoteca ambulante para niños y él en un centro de creatividad para adultos, y les han dado nueva forma en un proyecto que liga naturaleza, sostenibilidad y arte. Llume, que así es como se llama esa gran ludoteca pensada para adultos que han ideado, sin una ubicación concreta pero ligada a ciertos parajes naturales de Asturias, echará a andar el próximo mes de mayo.

Varias imágenes de las instalaciones artísticas y las actividades de Llume.

Sus promotores proponen actividades creativas, para adultos de todas las edades, tanto para particulares como para colectivos o empresas, interesadas en estrechar lazos y estimular la capacidad colaborativa de sus empleados.

“A través de las instalaciones efímeras y dinámicas de juego, los participantes entrarán en contacto con su potencial creativo”, explica María Arce, hablando de lo que se trae entre manos con su socio. Ambos se instalaron en Cabranes hace unos años, al calor de un movimiento neorrural que se asentaba en el concejo. Cada uno con sus familias. Ella cuenta que su punto de inflexión fue la maternidad; él dejó atrás una boyante empresa familiar en Barcelona. En ese camino propio han ido acumulando experiencias que ahora cristalizan en un nuevo proyecto.

Llume no tendrá un emplazamiento fijo. Su actividad transcurrirá en “espacios naturales que facilitan la desconexión con el estrés y los problemas cotidianos”, adelantan. También en interiores singulares o en aquellos lugares donde sean requeridos, cuando se trate de grupos que busquen una experiencia a medida. “Estudiamos las características del espacio, buscamos la armonía visual, cómo moverse en él”, indican.

“En Cabranes hay masa crítica para desarrollar este tipo de proyectos, hay mucha gente que ha vuelto al campo, y eso genera un ambiente muy nutritivo, colaboramos unos con otros. Esto es un círculo virtuoso, un hervidero de ideas y de actividad”, refiere Arce.

María Arce y Rubén López.

En Llume, María Arce y Rubén López han vertido mucha de su filosofía personal, su interés por el arte y la creatividad, de su amor por la naturaleza y la sostenibilidad. En los juegos y experiencias de cada producción temporal que monten, en la medida de lo posible, solo recurrirán a materiales de reciclaje.

El punto de partida será una “instalación efímera”, similar a las que se encuentran en muchas salas y museos de arte contemporáneo. Los participantes en ese espacio de juego están invitados a interactuar con ella, libremente y sin expectativas. “Se trata de abrir puertas, pero nadie tiene por qué entrar, no hay presión, se trata de hacer un poco el tonto, dejarse llevar y disfrutar ese momento”, detalla Arce.

Los dos socios de Llume, que se conocieron casualmente, ya había tenido alguna experiencia con “arteterapia”, por separado. “Él tenía esa idea en mente y yo también, lo hablamos y lo dejamos en barbecho”, comenta María Arce. Hasta este año. Con el parón de la pandemia han tenido tiempo de ir organizándose y haciendo las primeras pruebas. En Llume habrá música, artes gráficas, danza... Han invitado a profesionales de todos esos ámbitos y con ellos, explican, han “explorado hasta dónde puede llegar cada propuesta”.

Además, para iniciar su actividad de una forma segura en cuanto sea posible, están planificando y adaptando las dinámicas de grupo para que se desarrollen con todas las garantías sanitarias.

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