El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas acordaron ayer ampliar de 55 a 65 años la edad máxima para recibir la vacuna de Astrazeneca. La aplicación de este tratamiento para proteger frente al coronavirus se reanuda mañana, miércoles, en toda España, después de que las autoridades europeas ratificaran que el fármaco es seguro.
En Asturias, la Consejería de Salud tiene disponibles 31.434 dosis que, por el momento, servirán para proseguir la inmunización –interrumpida desde el lunes de la semana pasada– de profesionales del ámbito sociosanitario y de trabajadores de colectivos esenciales para la sociedad. Por otra parte, el Gobierno del Principado anunció ayer que, en función de la disposición de vacunas, estima que a partir del 5 de abril comenzará la citación previa –automatizada por teléfono– de la población menor de 80 años.
El pleno del Consejo Interterritorial de Salud dio luz verde a la propuesta que habían planteado los directores generales de Salud Pública de las comunidades autónomas. En realidad, iban más allá: habían propuesto suprimir el límite de edad para la vacuna de AstraZeneca. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, explicó que ha quedado abierta la posibilidad de ampliarla al colectivo de más de 65 años, “pero esperaremos a que la Ponencia de Vacunas estudie la efectividad de este fármaco para esa franja de población, como apunta un ensayo”, precisó. Se refería Darias a un ensayo clínico realizado en Estados Unidos que muestra una eficacia del 79 por ciento en la prevención del covid-19 y que señala que entre los mayores de 65 años aumenta hasta el 80 por ciento.
“Mañana [por hoy] se organizará la modificación de la estrategia”, señaló al término de la reunión el consejero de Salud del Principado, Pablo Fernández Muñiz. El cambio introducido significará el rescate de la “generación perdida”: de las personas de 56 años en adelante, pertenecientes a los colectivos profesionales antes citados, que estaban viendo retrasada su vacunación por razones de edad.
Las previsiones que maneja ahora la Consejería de Salud hablan de administrar esta semana unas 25.000 dosis de vacuna del covid-19. Hasta ahora, la semana más intensa fue la del 8 al 14 de marzo, con 29.443 dosis. La semana siguiente (o sea, la pasada) se aplicaron menos, 23.784, debido a la suspensión de AstraZeneca.
Un dato importante de estos próximos días es que la mayor parte de las dosis que se inocularán serán primeros pinchazos, después de unas semanas con abundancia de segundas dosis, que significan completar la pauta vacunal.
Tal y como había sido planificado, en el caso de los profesores y trabajadores del sector educativo se continuará tendiendo a vacunarlos los viernes y sábados, con el fin de que, si sufren algún efecto secundario de cierta entidad, este no conlleve una baja laboral que altere sus funciones académicas.
A partir de abril, el Principado planea administrar unas 70.000 dosis semanales. Esta cifra es muy inferior a las 150.000 que marca la capacidad máxima desplegada por el Servicio de Salud del Principado (Sespa), que con casi total seguridad tampoco podrá ser alcanzada en los meses sucesivos.
Otra novedad de abril es que la Consejería de Salud recibirá las primeras vacunas de Jannsen, cuya principal singularidad es que constan de una sola dosis. El lote de abril será poco numeroso. Se espera que lo sea más el de mayo.
La vacuna del CSIC se aplicará por la nariz
El tratamiento que diseña Luis Enjuanes llegará al mercado más tarde que otros, pero “con todo actualizado” para afrontar las mutaciones
El prototipo español de vacuna contra el SARS-CoV-2 llegará más tarde que otros, pero será de las mejores del mercado por varios motivos: se administrará en una sola dosis por vía intranasal y, además de proteger contra la infección, evitará la transmisión del virus al resto de la población.
En una entrevista difundida por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el virólogo Luis Enjuanes –líder del equipo de investigación del Centro Nacional de Biotecnología (CNB)– detalla que la vacuna será “autoamplificable”, lo que significa que la dosis de ARN que se inyecta podría multiplicarse hasta 5.000 veces dentro del organismo. Además, aunque las agencias de seguridad de medicamentos prefieren la administración intramuscular, su prototipo apuesta por la ruta intranasal porque las mucosas son el lugar de entrada del virus al organismo, y “si inmunizas esa zona, la protección es mayor”, asegura.
Enjuanes reconoce que la vacuna llegará al mercado mucho más tarde que otras, pero lo hará “con todo actualizado” y estará preparada para afrontar las mutaciones de las variantes del SARS-CoV-2 de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, y seguramente de alguna variante de Estados Unidos como la de Nueva York o California. “En todo caso, si esto sigue así, habrá que actualizar las vacunas cada año, como sucede con el virus de la gripe, en función de las variantes que surjan”, aclaró el virólogo del CSIC.
En estos momentos, el suero se está probando en ratones y hámsters y, si todo va bien, se ensayará en macacos. Si no hay problemas, la vacuna estará lista en el primer semestre de 2022 y será segura y eficaz, subraya. Aunque le gustaría que estuviera lista mucho antes, se trata de un nuevo modelo cuyo estudio “requiere tiempo”. El virólogo confía en que a finales de año llegarán al mercado dos vacunas que se están desarrollando en España: la de Mariano Esteban, del Centro Nacional de Biotecnología, y la de Vicente Larraga, del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas.
Por ahora se están administrando ya las vacunas disponibles de Pfizer, AstraZeneca y Moderna –a las que próximamente se sumará Janssen–, que “son efectivas, pero no perfectas” y que ayudarán a controlar el virus de manera natural cuando se haya vacunado al 70 por ciento de la población, afirma.
