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Con autocaravana hay Paraíso

Los asturianos con vehículo-vivienda, los únicos que pueden viajar y dormir fuera en plena pandemia: “Da gran libertad”

Yayo Álvarez y su mujer Isa, con su autocaravana y su perra "Maya", este domingo en Salinas. M. Riera

Esta Semana Santa, con autocaravana o furgoneta “camperizada”, hay Paraíso Natural.

Valga la frase hecha –inspirada en una conocida serie de televisión de hace años– para resumir algo que desde este fin de semana y hasta el próximo será una evidencia en Asturias: que los propietarios de un vehículo-vivienda figuran entre los mayores afortunados esta temporada. Porque son los únicos que pueden viajar y pernoctar fuera de sus hogares por el Principado durante las vacaciones, en las que las restricciones por el covid han obligado a mantener cerrados los alojamientos.

“Da mucha libertad y en estos tiempos somos unos privilegiados, está claro. Esto, encima, nos tememos que va para largo...”, admiten Isa y Yayo Álvarez, una pareja de Gijón, autocaravanistas de toda la vida y que han inaugurado la Semana Santa pasando el fin de semana en Salinas (Castrillón), junto a la playa, con su perra “Maya” y rodeados de todos los amigos que tienen por la zona. Pernoctan en el área de furgonetas reservada para tal fin en El Agüil (a las afueras, a un kilómetro aproximado) y pasan el día entre paseos por la arena, cogiendo olas y disfrutando del sol en las terrazas. Este mismo domingo tenían pensado regresar a casa y, si el tiempo acompaña –“no da muy bueno”–, a mediados de semana volverán a subirse a su otra casa, sobre ruedas, y tirar quizás hasta el Occidente. Y a dormir por ahí.

Autocaravanas, en El Rinconín, este domingo. Ángel González

Todo un placer al alcance de los que tengan autocaravana. Eso sí, “a las ocho todo cerrado. Ayer (por el sábado) daba algo de tristeza ver el paseo y la zona de bares sin actividad”, lamentan. La pareja tiró de vehículo para tomarse unas cervecitas antes de cenar, y ya a las diez, dentro por el toque de queda. “Hay que cumplirlo”, advierten.

Son conocedores de que los aparcamientos para tal fin han estado y estarán en el punto de mira esta Semana Santa, pues la Guardia Civil busca a posibles visitantes de fuera, que tienen prohibido entrar en Asturias. Sucedió días atrás en La Corredoria (Oviedo), en El Rinconín (Gijón) –estos días hasta los topes– y también están en el punto de mira los cercanos a las fronteras, como el de Tapia.

Pero la “persecución” al autocaravanista en Asturias, recalca Yayo Álvarez, no es algo nuevo. “Aquí se nos maltrata”, sostiene este gijonés recién retirado, que ha recorrido media Europa con familia y amigos con la vivienda a cuestas. “Es el turismo más europeo y al alza, pues se ha visto con la pandemia que tener un vehículo así es una forma de superar el confinamiento”, explica. Lamenta la falta de infraestructuras en el Principado para tal fin, así como el rechazo generalizado en los concejos a los autocaravanistas, “cuando somos un colectivo con poder adquisitivo, que gastamos dinero allá donde vamos... Pero eso no se entiende ni se ve. En Europa los precios de los vehículos se disparan porque sube la demanda. En Asturias, todo son pegas, controles... Nada que ver con Galicia, que todo son facilidades: han visto el potencial de esto”.

Con todo, en tiempos del coronavirus, las autocaravanas cotizan al alza para disfrutar del Paraíso Natural como pocos: “Solo hay que cumplir las normas y que los justos no paguen por pecadores”. Palabra de autocaravanista veterano.

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