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El nuevo modelo de aprendizaje (menos memorístico y extenso) que plantea la ministra Celaá: así lo reciben los docentes asturianos

Muchos profesores ven bien la reforma “porque el modelo actual es rígido y constreñido”, aunque otros lo ven “utópico” e incluso equivocado

El giro en el aprendizaje que el Ministerio de Isabel Celaá prepara para la escuela gusta en Asturias. El Gobierno está elaborando un nuevo currículo –son los contenidos que se enseñan y evalúan a los alumnos– basado en las competencias y que sustituirá al modelo más memorístico o enciclopédico de la ley Wert. La idea, la misma que aplican países con éxito educativo como Portugal, Finlandia o Escocia, es que los estudiantes sepan hacer, en lugar de solo saber. La mayoría del profesorado de la región cree que es “necesario” cambiar el currículo escolar, ya que el actual es “muy rígido y extenso” y coarta la autonomía de los docentes. Aunque los profesionales advierten que, como siempre, la transformación –que promueve también la codocencia (dos profesores en el aula a la vez) y el trabajo colaborativo– requerirá más dinero.

La consejería de Educación apoya este enfoque del currículo y ya ha creado grupos de trabajo para empezar a implantar las medidas en el curso 2022-2023.

El decano de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad de Oviedo, Celestino Rodríguez, cree que la iniciativa de Celaá podría traer “aire fresco” a las aulas asturianas. Según explica, hay “dos puntos clave” de la reforma: la flexibilización del currículo y dar más autonomía a los centros. El primer punto es importante porque el currículo actual “es muy rígido, está muy constreñido y los contenidos condicionan al profesorado a la hora de enseñar”. “Los estudiantes pueden acabar con muchos conocimientos pero sin competencias para afrontar el mundo laboral; algo que también sucede en la Universidad”, afirma.

El decano es consciente, en este sentido, de que el giro formativo en colegios e institutos requerirá también un vuelco en la educación superior. “Tenemos que cambiar de enfoque y en esto nos ayudaría el MIR educativo, cuya implantación llevamos reclamando años”, comenta. El doctor en Psicología Evolutiva y de la Educación entra ahora en el otro punto clave de la reforma Celaá: dar autonomía a los centros para que puedan completar la configuración del currículo. “Este es uno de los indicadores que más influyen en otros países en los buenos resultados que obtienen en los rankings internacionales. Yo pienso que puede dar lugar a que los centros no se relajen”, indica.

El presidente del sindicato ANPE, Gumersindo Rodríguez, apuesta por un currículo “esencial, común y flexible”. “Venimos de la experiencia de las leyes educativas precedentes, de la elaboración de un diseño curricular muy extenso, cada vez más, y es un buen momento para acotar el currículo hacia lo más básico y esencial. Estamos ante la oportunidad de evolucionar de un currículo sobrecargado a otro que fomente el aprendizaje basado en competencias sin renunciar a los contenidos”, profundiza el responsable del sindicato docente mayoritario en la pública. Rodríguez aclara que “cuando se habla de la necesidad de aligerar los currículos, se hace pensando en respetar los tiempos que requieren los aprendizajes”.

Para ANPE, a pesar de la transferencia de las competencias educativas a las comunidades autónomas, “es necesario que el Gobierno central fije los aspectos básicos del currículo escolar para garantizar así una formación común de los alumnos” y “vele por la cohesión del sistema educativo”.

El secretario general de Enseñanza de UGT, Cristóbal Puente, dice que el enfoque competencial es “innegociable”. “Basta ya de una educación memorística basada principalmente en la acumulación de contenidos, que se olvidan en poco tiempo y que, en su mayoría, son innecesarios, pues es suficiente con consultarlos cuando se precisa. Será mejor emplear nuestros recursos cognitivos en saber consultar datos, que en acumularlos en la memoria”, expresa.

El futuro currículo se estructurará en aprendizajes esenciales y deseables. Puente considera que saber definir bien los primeros, los fundamentales, “no es cosa menor”, pues se corre el riesgo de caer en los errores del pasado. Es decir, en “hacer programaciones extensísimas, que solo pueden ser abordadas por el profesorado a la carrera, y fragmentar los contenidos en programaciones estanco según áreas o materias, sin apenas interconexión”. En este sentido, Cristóbal Puente cree que “el Ministerio, en coordinación con las autonomías, es el que debe fijar los saberes esenciales, mientras que los deseables podrán ser adaptados por los centros en virtud de su realidad socioeducativa”.

El secretario general de Enseñanza de CC OO, Borja Llorente, señala que “hay que adaptar los aprendizajes a cada momento” y “ver cuáles son útiles y cuáles no” en la sociedad actual. Por ejemplo, “antes era obligatorio saberse el caudal de los ríos en invierno y en verano. Y eso tenía sentido en el siglo XIX, en medio de una política beligerante, para saber dónde instalar los campamentos”. Ahora, apunta, “me parece fundamental trabajar en los centros el tema de la violencia”. Sin embargo, Llorente opina que las medidas que lanza la Ministra alejan del debate lo “realmente esencial”: “ qué hacer con la doble red pública-concertada en un momento de descenso de alumnos, y la falta de financiación”. “La educación, como la ciencia, está infrafinanciada”, denuncia.

El responsable de CC OO profundiza aún más en el problema de la inversión. “Si no hay una financiación suficiente, si no hay personal suficiente, si no hay medidas claras para trabajar con el alumnado que fracasa, que es el que procede de entornos desfavorecidos... Todo esto se convierte en simple palabrería”. Y por “todo esto” se refiere a codocencia, trabajo transversal, trabajo colaborativo... “Yo lo llamo homeopatía pedagógica”, critica. Borja Llorente también rechaza, “por ser una medida absolutamente neoliberal”, la intención del Ministerio de que los centros tengan voz en la configuración del currículo. “En el ámbito anglosajón eso ha traído centros de primera, de segunda y de tercera”, protesta.

Las novedades que plantea Celaá

  1. Modificación del currículo. La Ministra Celaá quiere implantar en el curso 2022-2023 un currículo basado en competencias y que se aleje del modelo memorístico actual. El currículo escolar es una pieza clave en el sistema educativo, ya que en él se incluyen los contenidos que deberá estudiar el alumnado y por los que será evaluado. El nuevo currículo se apoya, según el Gobierno, en los avances de los países más innovadores: Portugal, Gales, Escocia, Finlandia o Quebec.
  2. Aprendizajes imprescindibles y deseables. La futura guía escolar diferenciará entre estas dos categorías. Los aprendizajes imprescindibles son los que necesitan adquirir los estudiantes porque marcarán su futuro personal y laboral. La enseñanzas mínimas deberán ocupar el 50% del horario escolar en las comunidades autónomas con lengua cooficial y el 60% para aquellas que no la tengan. Esto quiere decir que alguna región podría aprobar normas en sentido contrario a la propuesta de Celaá.
  3. Ocho competencias. El nuevo currículo desarrollará las siguientes competencias: comunicación lingüística; plurilingüe; matemática y ciencia y tecnología (STEM); digital; personal, social de aprender a aprender; ciudadana; emprendedora; y en conciencia y expresión culturales. 
  4. Más autonomía curricular para los centros. Las direcciones completarán el currículo de las diferentes etapas y ciclos en el uso de su autonomía.. 
  5. Docencia compartida. El Ministerio de Educación promueve el trabajo por ámbitos (mezclar varias materias en una misma clase), la codocencia (dos profesores a la vez en el aula) y el trabajo colaborativo entre los estudiantes.

Esta última reflexión es compartida por el portavoz de SUATEA, Tino Brugos. “No estamos de acuerdo con que se introduzca un modelo de autonomía de centros para que unos compitan con los otros. La escuela pública debe ser garante de igualdad de trato y de la vertebración social”, insiste. Brugos apoya un currículo basado en la competencias, pero, rascando un poco más, asegura que “eso solo podrá ser una realidad si se modifica el proceso de formación del personal docente en su etapa universitaria, algo que no está ocurriendo en estos momentos”. “Peor aún –añade–, si algo caracteriza al actual sistema de acceso mediante oposiciones es la prevalencia de conocimientos memorísticos frente a la capacitación pedagógica y la experiencia docente”.

SUATEA dice que la docencia compartida que propone la Ministra “no es una actividad totalmente nueva” en Asturias. Existen experiencias, en las que “dos o más docentes de distintas materias o de las mismas programan, diseñan y evalúan conjuntamente a un grupo de alumnos y alumnas”. El principal inconveniente para ello es la falta de tiempo, que se debe a su vez “a unas plantillas ajustadas al horario lectivo del alumnado”. Por eso, Tino Brugos pide una reducción de las ratios de alumnos por aula o, al menos, mantener las implantadas con la pandemia y extenderlas a la ESO.

La delegada de Educación de CSIF, Mayte Cuello, rechaza la reforma por varios motivos. El primero, porque “no pueden permitirse 17 modelos educativos distintos; las diferencias entre las comunidades afectarán a la igualdad de oportunidades del alumnado en un mercado laboral cada vez más global”. El segundo porque “las propuestas para el nuevo currículo escolar no se han comunicado antes a los representantes de los docentes”. Y tercero, porque “se vuelven a poner sobre la mesa propuestas contradictorias y que han sido probadas anteriormente con escaso éxito, como por ejemplo, que la enseñanza sea menos memorística; creemos que no se puede aprender a pensar sin el aprendizaje previo de los contenidos”.

En la concertada, el secretario general de OTECAS, José Manuel Cueto, hace un análisis superficial del nuevo currículo anunciado por Isabel Celaá a la espera de que se concrete aún más. En cualquier caso, dice el representante del sindicato mayoritario en este red, “la Ministra habla de un modelo curricular que incorpora los avances de unos pocos países y, según ella, los más innovadores, como Portugal, Finlandia, Escocia, Gales o la provincia de Quebec, pero si vemos cuáles son los que ocupan los primeros puestos del ranking de sistemas educativos en matemáticas, ciencias y comprensión lectora, las primeras plazas están ocupadas por países asiáticos. Y todos ellos siguen el modelo educativo chino, que está basado en la repetición y en la memoria”.

Cueto ve “interesante sobre el papel” la codocencia. Es decir, que en una misma clase puedan estar a la vez dos profesores. Pero en la práctica, puntualiza, sería “irrealizable” porque los colegios concertados asturianos tienen “las plantillas más bajas de España y los profesores de la ESO tienen 25 horas lectivas frente a los de la pública, con 18”. “Es una auténtica utopía”, destaca. OTECAS ve, por otro lado, con buenos ojos que los centros ganen en autonomía.

El secretario general de la patronal Escuelas Católicas, Carlos Robla, también es prudente en su valoración. Recuerda que “los contenidos memorísticos siempre son necesarios” y “habrá que ver qué valor se les da a los mismos en la evaluación”. Sobre la codocencia y el trabajo colaborativo, el portavoz de los directores de la concertada tira de ironía: “Me alegro que el Ministerio se entere de lo que se está haciendo en los centros hace ya muchos años y con resultados positivos”. Por último, Escuelas Católicas, según Robla, “lleva reclamando desde la noche de los tiempos” más autonomía en el currículo para los centros. “Estaríamos encantados de que los centros gozasen de auténtica autonomía para que cada uno pudiese presentar su verdadera propuesta educativa, cosa que ahora no pueden hacer, porque hay que ceñirse a aquello que ordena la Consejería”, concluye.

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