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Viviana Barona, la emprendedora que vive de las uñas en un pueblo de Llanes

Trabajó en limpieza y hostelería, decidió darle un giro a su vida y abrir el negocio de manicura y pedicura que siempre deseó

Viviana Patricia Barona, en su lugar de trabajo, en Balmori, donde atiende a su clientela. | Ana Paz Paredes

Entre las sensaciones que transmite Viviana Patricia Barona Quintero, “Vivi” para todos los vecinos de Balmori, está la fuerza, la energía, una enorme capacidad de trabajo que la ha llevado hasta donde está hoy y, además, un profundo amor por el lugar en el que eligió vivir junto a su marido e hijos: Balmori, en Llanes. La suya es, como muchas otras historias cotidianas, la de la emigración y la lucha por salir adelante en un país que, desde Colombia, el suyo natal, se le presentaba como el de las grandes oportunidades. Así lo recuerda ella: “No contábamos con venir a España, pero yo tenía aquí a dos cuñadas, en Llanes, y cuando una nos llamó diciendo que había un contrato de trabajo para mi marido, en este caso para trabajar en hostelería, aunque es licenciado en Filología Hispánica, para aquí se vino. A los seis meses él me dijo que nos necesitaba a mi hijo y a mí, que nos echaba de menos, y nos vinimos también”, recuerda.

Lleva en Asturias 21 años y aquí nació su segundo hijo. El primero llegó con cuatro años. “No los hay más asturianos, les oyes hablar y su acento es totalmente del Oriente. ¡Y no sabes cómo toca la gaita el pequeño!”, dice con notable orgullo. Viviana Patricia Barona Quintero explica, sin paños calientes, lo mucho que trabajó hasta conseguir situarse donde está hoy. “Primero trabajé en limpieza, cuando aquí se dedicaban a este trabajo muchas extranjeras, no como ahora. Estuve en una casa limpiando y atendiendo a la señora. Estaba muy a gusto, pero cuando mi marido me reclamó para trabajar en el bar de la gasolinera de La Vega, que está en la autovía y que regenta él, Gilberto, hace 17 años, para allá me fui. Hacía de todo: cocinar, atender la barra y servir comida. Trabajé muchísimo día y noche”, recuerda.

Tantos años de trabajo intenso, combinado al mismo tiempo con la crianza de sus hijos, le pasaron una factura anímica que la llevaron a pedir ayuda a una psicóloga. “Estaba agobiada, me sentía desbordada. Me dijo que tenía que cambiar el chip y hacer lo que realmente me gustara. Siempre me sentí muy atraída por la estética de las uñas, tanto la manicura como la escultura, y decidí dar el paso. Atreverme, y fue lo mejor que pude hacer. Hay momentos en la vida que tienes que tomar una decisión y el tiempo pasa rápido. Es verdad que a veces, cuando se cierra una puerta, se abre una ventana”, explica con ilusión.

Autodidacta y con el afán de superación que siempre tuvo, se inscribió en varios cursos para convertirse en una profesional del diseño de uñas, manicura y pedicura. Primero en Langreo y más tarde en Gijón. “Tengo un máster en diseño de uñas esculpidas y gracias a todo ello, mi formación, mi pasión por este trabajo que me encanta, empecé a trabajar hace dos años, primero colaborando en una peluquería y después ya en mi casa, donde he habilitado un espacio para atender a la clientela”, explica esta profesional que firma su trabajo como “ViviNails”, con una importante presencia en redes sociales, donde se da a conocer.

Viviana Barona tanto hace una manicura sencilla como alarga las uñas mediante el trabajo de moldes que esculpe sobre la propia uña. “Logro que queden muy naturales, tienen muy buena estructura. Tanto en manos como en pies”, recuerda esta mujer cuyos diseños sobre uñas son auténticas obras de arte llegando a pintar sobre cada una de ellas, de una forma minimalista que impresiona, desde paisajes africanos o marinos a todo tipo de flores; impresionantes combinaciones de dibujos con diferentes tonalidades y, además, en todo tipo de formas y tamaño. “En general, a las asturianas les gusta una línea básica en manicura, pero ya se animan a ponerse alguna florecita, algunas piedras, alguna rayita. Mi trabajo se puede ver muy bien en las redes sociales, de lo más sencillo a lo más novedoso y original”.

Viviana está encantada con su oficio con el que ya está logrando una clientela fiel y todo viviendo en Balmori: “El fin de semana lo dedico a mi familia, pero también a seguir formándome. Soy otra persona desde que me dedico a cumplir mi sueño”.

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