Siete mil dosis de vacuna al día. Este es el ritmo de inmunización que ha logrado alcanzar la Consejería de Salud del Principado, y que se hizo realidad ayer y anteayer. El objetivo más inmediato es concluir en los próximos días la protección frente al coronavirus de todos los mayores de 80 años y de los trabajadores sociosanitarios y de colectivos esenciales mayores de 55 años. Además, está en marcha la vacunación de la población general de 56 a 65 años, empezando por los mayores (los nacidos en 1956) con las vacunas de AstraZeneca.
Además de las dosis que ya estaban disponibles a principios de esta semana, el Principado recibirá mañana viernes 20.000 vacunas más del laboratorio anglo-sueco, y este próximo lunes 34.000 de Pfizer. El plan trazado es mantener la máxima cadencia posible en todo lo que resta de Semana Santa, hasta consumir todas las existencias disponibles, salvo un remanente de seguridad para segundas dosis de AstraZeneca.
Los equipos del Servicio de Salud del Principado (Sespa) vacunaron anteayer, martes, a 6.966 personas, la cifra más elevada en una única jornada desde que se inició la campaña de inmunización, el pasado 27 de diciembre. Ayer, quizá cifra fuera más incluso más elevada, aunque al cierre de esta edición no había datos oficiales. Un buen indicio era la larga cola que se formó ante el pabellón de deportes de la Guía, en Gijón, con esperas de una hora bajo el sol. Junto a la ansiedad por recibir la vacuna se registraron protestas de algunos familiares: “Hemos llegado puntuales, pero se respeta el orden de llegada”, proclamaban. De manera que ganaban la partida los que llegaban antes de tiempo, que no eran pocos.
Hasta anteayer, 139.354 personas, es decir, el 13,6 por ciento de la población asturiana, había recibido al menos una dosis, y a 88.967 (el 8,7 por ciento) se les había administrado la pauta completa. Casi siete de cada diez asturianos mayores de 90 años están inmunizados.
La última actualización de la Estrategia de Vacunación señala que el principal factor de riesgo de hospitalización y muerte es tener más de 60 años. En ese sentido, se permite la administración de la vacuna de AstraZeneca a personas de más de 55, lo que permitirá dar prioridad a la inmunización de profesionales esenciales de 56 a 65 años. Dentro de este grupo, la vacunación de los menores de 55 años se realizará progresivamente en las próximas semanas, según la disponibilidad de viales.
Respecto a las nuevas medidas cautelares sobre las vacunas de AstraZeneca adoptadas por algunos países, los expertos asturianos restaron importancia a los factores de riesgo esgrimidos, en particular trombosis. “Hasta donde sabemos, sigue sin haber diferencias de incidencia de fenómenos trombóticos entre vacunados y no vacunados. Pienso que deberíamos de hacer caso de los organismos regulatorios sanitarios internacionales y oficiales”, declaró a este periódico Álvaro González Franco, director del área de Medicina Interna del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). En similares términos se pronunció Dolores Escudero, jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del mismo hospital ovetense: “Ya se han pronunciado los organismos competentes a nivel nacional y europeo. Poco más se puede añadir. Con los datos actuales y las recomendaciones de las agencias del medicamento, lo más importante es continuar con la vacunación lo más rápidamente posible”.
El HUCA también comenzó a recibir ayer a los cuerpos de Bomberos y Policía Local de Oviedo. Los primeros agentes en recibir la primera dosis de Astrazeneca celebraban ayer que la vacunación siguiese su curso. Aunque, como decía José Manuel López, jefe de los policías ovetenses, “es una pena que seamos del primer diez por ciento en ser vacunados y no del último”.
