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“Peligro” en la carretera del accidente de Tineo: “El límite a 50 aquí no existe”

Los pueblos del tramo donde murió una joven reclaman arcenes y más medidas para controlar la velocidad: “Se ven adelantamientos increíbles”

Engracia García y Paz González caminan por la carretera hacia su casa, en El Pedregal. | D. Á.

La Pereda, La Millariega y El Pedregal son tres pueblos tinetenses por los que transcurre la carretera AS-216, que une La Espina (Salas) y Tineo, y en la que el pasado sábado se vivió un trágico accidente en el que falleció Lorena Pérez Feito, de 39 años, y siete personas más resultaron heridas. Un suceso que ha causado conmoción entre los vecinos de la zona, que en muchos casos reconocen sentir miedo a la hora de salir a la calzada. “Es un peligro constante, el límite de 50 no existe para los que pasan por aquí, así que no te puedes despistar ni un momento”, asegura Ana Isabel Fernández, que vive a pie de carretera en El Pedregal y tiene dos niños pequeños.

Los lugareños aseguran que el accidente del sábado no es una excepción y reconocen que con demasiada frecuencia son testigos de salidas de vía, colisiones y atropellos. En su recuerdo tienen varios que desgraciadamente fueron mortales. Coinciden en destacar que el principal problema de la vía es la cantidad de tráfico que soporta sumado a una velocidad excesiva generalizada.

Francisco Borra, de La Pereda, supera los 90 años y reconoce que lo que la hace peligrosa es que “no es muy amplia, no tiene arcenes y los coches van con mucha velocidad, cuando es una carretera para ir con precaución”. Además, señala que es una vía que soporta mucho tráfico y considera que este aumentará cuando finalicen las obras de la autovía desde Cornellana a La Espina. Él es de los pocos que se atreve a salir de paseo por la carretera recorriendo los metros que separan su pueblo de La Millariega.

Paz González y Engracia García, sentadas en un quitamiedos de una carretera secundaria que accede a la AS-216. | D. Á.

Todo lo contrario hace Antón, de La Millariega, que con su casa situada a pie de carretera asegura que ni él ni su mujer salen ya a pasear por miedo. Tienen una bicicleta y una cinta para poder hacer ejercicio en casa y salir lo menos posible, solo para tirar la basura, algo que ya ven arriesgado ya que el contenedor está en la calzada.

Su vecina Ana García tampoco entiende que el contenedor de basura esté situado en la vía y del lado en del que apenas hay casas. “Todo el pueblo tiene que cruzar la carretera para tirar las bolsas”, enfatiza. Además, añade que a diario se ven actitudes irresponsables al volante. “Nadie respeta la señalización y se ven adelantamientos increíbles a todas horas, es complicado salir de casa con el coche porque tienes que mirar 50 veces a cada lado dado que vienen muy rápido; y caminar o ir en bici por aquí es impensable”, describe.

Ante esta situación, la única solución factible a corto plazo que ven algunos vecinos es que se haga algo para obligar a rebajar la velocidad de los vehículos. Entre las propuestas se encuentran colocar señales disuasorias, como los semáforos en ámbar que obligan a parar en caso de que se supere la velocidad permitida o que el tramo esté continuamente controlado por radar.

En La Millariega, punto donde se produjo el fatal accidente del fin de semana, además piden que se sitúe en las entradas a la localidad la señal de límite de velocidad a 50 kilómetros hora como tienen los núcleos de población vecinos de La Pereda y El Pedregal. “Enviamos escritos varias veces para pedir la señal y ahora volveremos a solicitarla”, explica la vecina de la localidad Carmen Fernández, que recuerda que “aquí los accidentes son habituales, unos más graves que otros”.

Tráfico y señal de velocidad en el tramo del accidente | D. Á.

Otro vecino del pueblo, que prefiere no dar su nombre, señala que la norma obliga a circular por las localidades a 50 kilómetros por hora, haya o no señal, y es tajante al afirmar que “la culpa no se puede echar a nadie porque es nuestra, si fuéramos a la velocidad adecuada habría menos accidentes”.

Paz González y su hija Engracia García ven también como uno de los grandes problemas la salida de vehículos desde los caminos interiores de los diferentes núcleos. En la mayoría de los casos tienen poca visibilidad y ninguno cuenta con una incorporación progresiva, sino que salen directamente a la calzada, por lo que son puntos que también provocan numerosos accidentes. De hecho, el arcén no existe en todo el trayecto, por lo que hace que la vía sea poco amigable para peatones o ciclistas. Ambas aseguran que utilizan los caminos interiores del pueblo para pasear y salen a la calzada en los tramos que no tienen más opción, como para ir a la iglesia. “Es un peligro ir por la carretera, cuando lo hacemos hay que ir en fila de uno”, señalan.

Para algunos vecinos otra solución sería que se hiciese una nueva carretera que no atravesase los núcleos de población, algo que podría solventarse con la continuidad de la autovía desde La Espina hacia el Suroccidente, aunque ven que sería un proyecto a muy largo plazo. En este sentido, Antón, de la Millariega, recuerda que hace años se planteó construir una nueva carretera fuera de los pueblos, pero cuando estaban a punto de iniciarse las obras se paralizaron por la oposición vecinal. “Había gente que no quería que le cogiese las fincas porque pasaba por la mejor zona, también por entonces había bares que se veían perjudicados y desde el gobierno lo vieron fácil para no gastar el dinero aquí”, rememora. En El Pedregal, otro lugareño que prefiere no dar su nombre, también es de los que piensa que lo mejor para los pueblos es que la carretera estuviese lo más alejada posible de ellos; más ahora, cuando cree que con la finalización de las obras de la autovía hasta La Espina el tráfico aumentará considerablemente.

Reclamación UVI móvil

La colisión múltiple del sábado no solo hizo que se analicen los problemas que presenta la carretera, sino que también despertó la indignación por la falta de UVI móvil en el área sanitaria, siendo la única de Asturias que carece de este servicio. Para prestar atención médica a los heridos del accidente se tuvieron que desplazar una UVI móvil de Mieres y otra de Oviedo, lo que para muchos vecinos demuestra la necesidad que hay en la zona de contar con esta dotación. El tinetense David Rodríguez, vinculado a la Plataforma cívica para la defensa de la sanidad en el Suroccidente, asegura que “hay mucho descontento entre la población” e incide en que “incluso el Alcalde, tras el accidente, manifestó la necesidad de contar con una UVI móvil”. Él considera que este es el momento para que los cinco ayuntamientos que forman parte del área sanitaria II (Tineo, Cangas del Narcea, Allande, Degaña e Ibias) se unan para hacer la reclamación.

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