La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fallece Carlos Rodríguez, dueño de Cafento y “un empresario valiente”

El industrial, fundador de la Asociación Asturiana de Empresa Familiar (AEFAS), murió de forma repentina mientras asistía a un funeral

Carlos Manuel Rodríguez, en Tineo. | Luisma Murias

Carlos Manuel Rodríguez Peláez, consejero delegado del grupo Cafento –una empresa con raíz y centro de operaciones en Tineo y con fábricas en Bilbao y Dublín (Irlanda)– y uno de los fundadores de la Asociación Asturiana de Empresa Familiar (AEFAS), falleció este jueves a los 51 años de edad de forma inesperada y repentina tras sufrir un infarto mientras asistía a una misa funeral en la iglesia de San Juan, en Sangoñedo (Tineo). Empresario inquieto, siempre con proyectos en mente, era la tercera generación de la compañía de cafés, que había fundado su abuelo durante la época de la Guerra Civil. Ahora la compañía es un gigante que tiene una facturación de más de cien millones de euros y vende café por medio mundo. Su muerte pilló por sorpresa a su familia, amigos y empresarios, que destacaron sus enormes valores humanos. Sus allegados coincidieron en utilizar expresiones como “es imposible”, “aún no me lo puedo creer”, para mostrar su incredulidad por lo sucedido, o “era increíble”, para ensalzar su figura.

Su marcha ha sido totalmente inesperada. Rodríguez asistía a primera hora de la tarde del jueves a un entierro en Sangoñedo (Tineo) cuando comenzó a sentirse indispuesto. Según una testigo presencial, “le costaba respirar y parecía que se desvanecía”, por lo que las personas más próximas al empresario en el acto religioso decidieron sacarlo al exterior, donde le practicaron la reanimación cardiopulmonar a la espera de que llegara la ambulancia. Pero era ya demasiado tarde. Los sanitarios solo pudieron certificar su muerte. “Sentimos mucha impotencia al ver que no podíamos hacer nada por él, fue muy impactante para todos los que estábamos en el funeral. Fue fulminante”, relata una vecina de la parroquia.

Carlos Rodríguez junto a su padre, Juan Carlos Rodríguez.

La consternación entre el empresariado regional fue total tras conocer el fatal desenlace. Todos destacaron el carácter emprendedor de Rodríguez. Era un empresario inquieto. Una de las primeras reacciones llegó por parte del presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE). Belarmino Feito aseguró que “con profundo pesar decimos adiós, de manera repentina, a un empresario acreditado que amó a la tierra que le vio crecer y supo poner en valor la capacidad y potencialidad de muchos tinetenses para continuar con un negocio familiar que, hoy por hoy, es una referencia nacional e internacional”. A esas primeras condolencias se unió José Luis Álvarez Almeida, presidente de Otea, la patronal de la hostelería y el turismo de Asturias, quien aseguró que la muerte del empresario tinetense “es una pérdida irreparable. Siempre estuvo muy pendiente del sector, y se preocupó durante toda la pandemia por la situación que atravesamos. Estamos profundamente afectados porque era una persona muy cercana a nosotros. Humanamente era extraordinario y un ejemplo como empresario que supo construir un emporio pero nunca se olvidó de esta región”.

Las cifras que Rodríguez consiguió en Cafento fueron más que notables. La compañía gestiona una treintena de marcas de café, té, infusiones y chocolate, controla empresas mantequeras y chocolateras (La Casa del Chocolate y Mantequería de Tineo), da empleo a 500 personas, exporta a veinte países de cuatro continentes, posee las cadenas de hostelería en régimen de franquicia Plantaciones de Origen, Tea and Coffee, El Cafetal Club, Stracto Experience y La Casa del Chocolate, y cuenta con una filial de investigación y desarrollo en el ámbito del café y el chocolate, y otra de desarrollo de proyectos. La del I+D era una de las pasiones de Rodríguez. Y aunque la empresa se había internacionalizado y se había expandido con fuerza, mantenía su sede y todos sus servicios centralizados en Tineo.

Carlos Manuel Rodríguez, con un recipiente con granos de café en la factoría de Tineo.

La huella que deja Rodríguez es profunda. “Era una buena persona, perdemos a un gran empresario”, decía con pena José Manuel Ferreira, presidente en funciones de la Cámara de Comercio de Oviedo y amigo personal de Rodríguez. “Era valiente y visionario”, añade Julia López, directora de AEFAS, la asociación que el propio empresario tinetense fundó en el año 2000 junto a otros diez industriales de la región. “Éramos once, como un equipo de fútbol”, señala Inaciu Iglesias, consejero delegado de Cartonajes Vir, amigo de Rodríguez y otro de los fundadores de la asociación. “Era un buen tipo. Una de esas personas con las que siempre te sientes cómodo”, añade. Fue presidente de AEFAS entre 2013 y 2015.

De casta le venía al galgo. Rodríguez era la tercera generación al frente de Cafento. Fueron sus abuelos quienes pusieron la primera piedra de la compañía con la apertura de una tienda de cafés fundada en un pequeño garaje de El Fresno (Tineo) durante los años de la Guerra Civil. Era una actividad complementaria al negocio de ultramarinos familiar y que acabó por convertirse en la primera fuente de ingresos de la familia. Su padre, Juan Carlos Rodríguez Menéndez, fue el que le puso el apellido a la compañía. La llamó El Gallego (pasaron unos años hasta que cambiara su nombre por Cafento) y mudó el concepto, sin salir de Tineo: comenzó a tostar el café y a finales de la década de los ochenta inició su expansión por España con las primeras operaciones de compra de competidores. Un nervio empresarial que heredó Carlos Manuel Rodríguez. Una de sus últimas grandes operaciones fue la compra en 2019 de la irlandesa Java Republic con la clara idea de crecer en el mercado anglosajón, donde Rodríguez había puesto su mirada. Veía un enorme potencial. Para darse cuenta del cambio que experimentó la compañía solo hay que echar un vistazo a un porcentaje. Hasta 2000 la empresa concentraba el 80% de sus ventas entre Asturias y Galicia. Ahora, Asturias y la vecina Galicia solo aportan el 25% de la facturación.

En su afán por colaborar con el tejido empresarial asturiano también fue vocal durante años de la Cámara de Comercio de Oviedo, un cargo que también había ocupado previamente su padre. Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Gijón, aseguró, tras conocer la pérdida, que siente “una profundísima tristeza ocasionada por la pérdida inesperada de una persona y empresario ejemplar”. A lo que Luis Noguera, presidente de la de Avilés, quiso trasladar su “más sentido pésame a la familia y amigos de Carlos Manuel. También ha sido una terrible pérdida para el mundo empresarial, pues era una persona muy vinculada al mundo asociativo y estrecho colaborador de las Cámaras de Comercio y que supo dar a su empresa un desarrollo internacional desde la España rural”.

Hasta su competencia le apreciaba. Juan Díaz, consejero delegado de cafés Oquendo, se mostró consternado. “Teníamos muy buena relación. Siempre colaboró en la asociación de torrefactores y era una persona con una enorme visión de futuro, muy sencillo y una excelente persona. Es una pérdida enorme”, agregó. Y deja un reguero de amigos, fieles a su filosofía vital y empresarial. En esa nómina está, por ejemplo, Javier Martínez, vicepresidente del Sporting y amigo de Carlos Manuel Rodríguez, quien aseguró que “aún estoy en shock. Su fallecimiento supone la pérdida de una excelente persona y un empresario ejemplar para todos. Creó un emporio desde su tierra, que nunca quiso abandonar”. En esa lista está también Jacobo Cosmen, presidente de Alsa en Asturias, que agregó: “Carlos Manuel fue muy amigo de sus amigos y una persona comprometida con Asturias; excelente empresario en un negocio de empresa familiar que había convertido en un modelo de gestión en el sector del café a nivel nacional”.

En su querido Tineo era igual de apreciado que entre sus colegas empresarios. Porque, aunque había nacido en Oviedo y estudiado en Siero, se consideraba tinetense de “los pies a la cabeza”. El alcalde del concejo, José Ramón Feito, no duda en calificarlo como “uno de los empresarios más importantes del concejo”. El regidor señaló, tras conocer su fallecimiento, que tanto Cafento como Mantequera de Tineo, sus dos negocios asentados en el municipio, “suponen mucho para el concejo”. Y destaca del empresario que “siempre se mostró orgulloso de ser de Tineo, tuvo otras opciones para situar sus empresas, pero siempre apostó por quedarse aquí; es una pérdida muy importante para el municipio”. Una relación muy estrecha le unía a otro de los grandes empresarios del concejo, Benjamín Alba, que ayer reconocía no tener palabras ante la noticia de su fallecimiento. Como empresario, no tiene dudas al asegurar que “era único, un ejemplo a seguir porque tiene mucho mérito, siempre creyó y apostó por Tineo”.

Su amigo Agustín Menéndez, también empresario y presidente de la IGP Chosco de Tineo, insistió en que el municipio pierde “a su empresario más importante con diferencia”. Lo que más valora Agustín Menéndez es la implicación que siempre tuvo en el concejo. “Es algo que Tineo siempre le tendrá que agradecer; que, a pesar de todas las posibilidades que tenía, decidió quedarse aquí”, enfatiza. También ensalza el apoyo que siempre dio desde Cafento a los eventos organizados por asociaciones y clubes deportivos del concejo, como a la propia IGP del Chosco de Tineo. Otro ejemplo es el respaldo que brindó, desde sus inicios, al Tineo Auto Club, escudería organizadora del Rally Villa de Tineo. Su presidente, Mario Menéndez, se emocionaba al recordarlo como “una persona entrañable, cercana, que siempre estuvo implicado en todos los eventos del concejo”. “Tineo le debe mucho y las entidades deportivas especialmente, porque siempre estuvo ahí, apoyándonos”, enfatiza.

El funeral tendrá lugar este sábado a las cuatro de la tarde en la iglesia de San Pedro de Tineo. Rodríguez deja dos hijos, Carlos y Gloria, y una pareja, así como una sociedad empresarial asturiana huérfana de uno de sus grandes integrantes.

Compartir el artículo

stats