Las posibilidades de que una situación que parecía desesperada desemboque en un final feliz aumentan conforme pasan los días. La joven embarazada e infectada de covid-19 que hubo de ser ingresada en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) continúa progresando después de algo más de una semana en planta. Su situación ha mejorado, y también la del feto, cuya viabilidad llegó a verse seriamente comprometida.
Los médicos no quieren lanzar las campanas al vuelo pero, si la evolución no cambia, estiman que la paciente podría recibir el alta en unos días y continuar con la gestación en su domicilio. Con todo, impera la prudencia.
Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA el pasado 5 de marzo, la mujer tiene 31 años y es madre de otro hijo. Reside en un pueblo del oriente de Asturias, de unos 120 habitantes, duramente golpeado por la pandemia durante semanas y en el que ha habido que lamentar varios fallecimientos. En estas semanas pasadas, la consternación ha sido la nota predominante en el pequeño núcleo rural, donde se seguía con discreción la evolución de su vecina, cuyo contagio pudo darse en el ámbito familiar, en el que ha habido más infectados.
Inicialmente, fue atendida en el Hospital de Arriondas y, posteriormente, trasladada al HUCA, donde ingresó en planta. Pasados pocos días, su estado empeoró y pasó a la UCI. Cuando se contagió de coronavirus llevaba algo más de veinte semanas de gestación: un periodo excesivamente corto como para extraerle al bebé (la viabilidad del feto suele situarse actualmente en las 22-23 semanas) con garantías de supervivencia.
En Asturias han nacido hasta la fecha unos 65 niños y niñas cuyas madres estaban infectadas por coronavirus. Todos ellos han sido alumbrados limpios de covid y están sanos. El caso de esta joven es el primero en Asturias, y de los primeros en España, en el que la madre requiere ser ingresada en una unidad de enfermos críticos.
