Asturias es la única comunidad autónoma que aún no ha abierto el plazo para solicitar las ayudas de la Política Agrícola Comunitaria (PAC), que alcanzarán a unos 9.000 perceptores y suponen una media superior al 30 por ciento de la renta de las granjas asturianas.

El sector agrario, ahogado por la difícil situación económica y los bajos precios en origen, reclama a la Consejería de Medio Rural el inicio del periodo de solicitudes, para poder realizar los trámites y de ese modo presentar la documentación como una especie de aval ante las entidades bancarias que conceden adelantos en los pagos. Se trata de una práctica habitual entre los ganaderos, que de ese modo, reciben una importante inyección de liquidez en los primeros meses del año.

El consejero de Medio Rural, Alejandro Calvo, anunció esta semana, en una visita realizada a una ganadería de Colunga, que la convocatoria se publicará en el Boletín Oficial del Principado (BOPA) la próxima semana. La convocatoria de este año contará con un montante económico de 96 millones, 14 más que en 2020, para ayudas agroambientales, agricultura ecológica, indemnización compensatoria de montaña y razas en peligro de extinción. Calvo destacó “la llegada de un volumen histórico de recursos para nuestros agricultores y ganaderos”.

La PAC vive un periodo de transición, que se alargará hasta 2023, cuando entre en vigor la reforma más “verde” que ha vivido la gran política común que resiste en el marco de la Unión Europea.

El Ministerio de Agricultura ha tenido que elaborar unas bases nuevas para adaptar la convocatoria al nuevo marco normativo europeo. Asturias, igual que otras comunidades autónomas, ha pedido la ampliación del plazo de presentación de solicitudes hasta el 31 de mayo. El pastoreo y la cría extensiva de ganado (métodos que se emplean en Asturias desde tiempos inmemoriales) serán dos de los grandes pilares de los “ecoesquemas”, los nuevos requisitos que, en virtud de la reforma de la Política Agrícola Comunitaria (PAC), que comenzará a ser efectiva en 2023, deberán cumplir los agricultores y ganaderos para percibir ayudas extras. Los ecoesquemas son la base de la llamada “nueva arquitectura verde de la PAC”, con un modelo ambicioso que pretende ir más allá del “pago verde” actual. En definitiva, se trata de una forma de introducir incentivos en la nueva arquitectura medioambiental, de manera que los agricultores que deseen profundizar en sus prácticas agrícolas desde el punto de vista medioambiental reciban mayores apoyos. El reto es encontrar el equilibrio entre las medidas medioambientales y las prácticas agrarias.

Un plan específico para la ganadería cantábrica

El Gobierno de Asturias defiende un plan específico para la ganadería de la Cornisa Cantábrica en el marco de la nueva Política Agraria Común (PAC). La Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial propondrá al Ministerio de Agricultura que recoja esta medida en el Plan Estratégico de España, que se elabora en la actualidad con la participación de comunidades autónomas y organizaciones agrarias y medioambientales, y al que la ciudadanía también puede aportar sugerencias. El Ejecutivo asturiano defiende contar con unas condiciones propias que refuercen el modelo de explotación familiar sostenible de las regiones del norte de la península, a fin de mejorar la rentabilidad y consolidarlo como generador de actividad económica. La cornisa ofrece condiciones que encajan en la nueva PAC y se alinean con la Estrategia Verde Europea.