Una mujer asturiana de 55 años que fue vacunada recientemente frente al covid-19 ha sufrido una trombosis venosa cerebral. Fue atendida en el Hospital Álvarez-Buylla, de Mieres, donde a su llegada se le realizó un escáner. Anoche permanecía estable y presentaba una evolución favorable. La Consejería de Salud está estudiando la posible relación entre este evento y la administración de la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca.
La mujer había sido inmunizada el pasado 26 de marzo por su condición de profesora. Lo que ahora toca es que la unidad de farmacovigilancia del Principado estudie si existe relación o no entre la aplicación de la vacuna y el incidente. Hasta anteayer, sábado, eran 24.837 los asturianos vacunados con AstraZeneca.
España y otros países europeos interrumpieron a mediados del mes pasado la vacunación con la marca anglosueca al detectarse en varios países casos de trombosis en personas que la habían recibido recientemente. Pocos días después, la Agencia Europea del Medicamento dictaminó que no consideraba que la vacuna estuviera asociada con un aumento del riesgo global de acontecimientos tromboembólicos. Y añadió que los beneficios de su administración siguen superando a los riesgos de posibles reacciones adversas. Así y todo, las agencias reguladores admitieron que “en casos muy raros se puede asociar con la formación de trombos con presencia de trombopenia, incluyendo trombosis de senos venosos cerebrales (TSVC)”.
Tras este pronunciamiento, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas decidieron reanudar la aplicación de la vacuna anglosueca. Pocos días después, ampliaron de 55 a 65 la edad máxima para recibirla. Está siendo aplicada a trabajadores sociosanitarios y otros colectivos esenciales, y más recientemente a población general de 65 años para abajo.
En Asturias se registran cada año unos 3.000 accidentes cerebrovasculares. De ellos, alrededor de 15 son trombosis venosas cerebrales. Su singularidad reside en que no afectan a las arterias (conductos de entrada de la sangre), sino a las venas (conductos de salida). Del mismo modo que las trombosis arteriales tienen un efecto inmediato, las venosas son de desarrollo más lento y cursan con malestar, dolor de cabeza y otros síntomas que se intensifican conforme pasan los días.
El “falso llano” de la curva: la mitad de muertes y el 30% menos de contagios
El “falso llano” que atraviesa la curva epidémica del covid-19 desagrada a algunos, pero bien mirado quizá no le esté yendo del todo mal a Asturias. Si se observa lo sucedido desde el pasado 2 de febrero (fecha del pico epidémico de la tercera ola), se ve que la onda no baja, pero la parte positiva es que, dos meses después, tampoco da síntomas de subir. Y eso se traduce en menos infecciones, menos ingresos en plantas y en las UCI de hospitales y menos muertes. En estos dos últimos meses, de bajada de la curva y falso llano, el Principado ha registrado 9.457 nuevos infectados de coronavirus, con una media diaria de 160. ¿Es mucho o poco? Una manera de responder es comparar esta “tregua” posterior al tercer pico epidémico con el periodo transcurrido entre el segundo pico (18 de noviembre) y el tercer pico (2 de febrero). En ese intervalo, se contabilizaron 17.827 nuevos contagiados, es decir, 234 diarios. O sea, que en el actual valle de la curva tenemos un 31 por ciento menos. En el capítulo de muertos, entre los picos segundo y tercero se contabilizaron 807 por covid-19: un promedio diario de 10,6. Y en la curva descendente de los últimos dos meses 301, una media de 5,1 al día: la mitad que entre noviembre y principios de febrero.
