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Venancio Martínez | Médico pediatra, miembro permanente del RIDEA

“El RIDEA es un patrimonio único del pueblo asturiano”

“Los organismos y empresas con vocación de servicio deberían sentir la obligación de financiar un centro de referencia de nuestra cultura”

Venancio Martínez. | Luisma Murias

A los 17 años asistió, por primera vez, a una conferencia en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) y desde entonces no ha dejado de asistir y participar en sus sesiones. Venancio Martínez, nacido en Navia hace 59 años, es biólogo y pediatra general. Trabaja en Gijón, en el centro de salud de El Llano, desde hace 25 años y es profesor de Pediatría en la Universidad de Oviedo. Eso es lo principal. Durante unos años realizó investigación básica y es autor de ocho libros de Medicina. Es investigador titular del Instituto Feijoo de Estudios del siglo XVIII. Ha publicado 13 artículos, 22 monografías, 23 capítulos de libros y ha dado 40 conferencias sobre cultura asturiana e historia de la medicina. El pasado mes de febrero fue designado miembro de número permanente del RIDEA.

–¿Qué supone para usted el ingreso en la institución y cómo afronta la actividad vinculada a él?

–Desde luego supone más ilusión y una gran responsabilidad. Pero es también un gran reto y una gran oportunidad. El RIDEA ofrece grandes posibilidades de trabajo. Tanto el ambiente como las personas que han hecho y ahora hacen su obra aquí serán un estímulo. No defraudaré la confianza que se ha puesto en mí. El compromiso será absoluto.

–¿Cuál será el campo de estudio en el que desarrollará su actividad?

–Desde 2012 estoy vinculado a al Comisión de Ciencias y pertenezco al Comité Editorial de su Boletín desde hace años. Seguiré con ello, aunque lo que tenga que ver con la historia y la cultura de Asturias seguirán siendo temas de mi interés.

–¿Qué le gustaría aportar a la institución?

–Trabajo, ideas de trabajo y colaboración con mis compañeros en todos sus proyectos. Trabajo personal y trabajo en equipo; las dos cosas.

–¿Cuáles son, a su juicio, los puntos fuertes del RIDEA y cuáles sus debilidades?

–Su larga historia, la larga lista de figuras de la cultura asturiana que lo han hecho y mantenido, su biblioteca, sus fondos editoriales y la gran actividad de alguno de sus miembros actuales forman parte de su haber. En lo concreto, se ha realizado un gran esfuerzo para poner sus boletines en acceso libre en la red, y eso es una gran ayuda para la consulta y la investigación. Todas sus actividades son públicas; yo con 17 años acudí por primera vez a una conferencia y no dejé de hacerlo. Solo eso hace del RIDEA un patrimonio único del pueblo asturiano. Siempre se ha criticado que esta era una institución alejada de la sociedad. Esto se ha ido cambiando, aunque sin dejar de mantener su esencia de centro para el estudio y la defensa de nuestra cultura. Difundir su actividad dentro y fuera de Asturias, hacerla cercana a las personas interesadas, debe de formar parte del programa a realizar.

–El RIDEA tiene en marcha su renovación legal y lleva tiempo reclamando un incremento presupuestario, ¿se resolverán ambos asuntos en breve?

–La renovación del marco legal que rige el Instituto está en marcha y llegará el momento de su aprobación. Respecto a su patrocinio, debiera tenerse en cuenta que es una institución importante en Asturias, un centro de referencia de nuestra cultura y en la investigación de nuestras tradiciones. Y eso tendría que hacer sentir a los organismos y empresas con vocación de servicio la obligación de participar en su financiación. Otra cosa sería dar la espalda a nuestra realidad. Porque sin el impulso económico adecuado cualquier proyecto queda limitado o se hace imposible. Quien no lo vea así es que no está a la altura.

–¿Cuándo leerá su discurso de ingreso? ¿Y de que tratará?

–Ahora estoy terminando dos encargos. La guía de Navia de su colección “Asturias, concejo a concejo” y un texto conmemorativo del 75.º aniversario titulado “El humanismo médico en el Real Instituto”. Luego me pondré con el discurso de ingreso, en el que ya estoy pensando. Es posible que trate de la medicina del niño y la puericultura en la Asturias del siglo XVIII y lo leería a finales de año. Ese es el plan.

–¿Dedicará a alguien ese momento? De su ámbito personal o profesional, incluso del propio RIDEA.

–Desde luego a mi familia, especialmente a mi esposa. También a quienes siendo de Navia me han precedido en el RIDEA, Antonio García Oliveros y mi padre Jesús Martínez, los dos pediatras. Al profesor Ruiz de la Peña, de cuyo fallecimiento en pocos meses se cumplirán 5 años. Él me abrió las puertas de esta casa. Y a quien tras él ha ocupado la dirección, mi amigo Ramón Rodríguez, que ha dado al RIDEA una dinámica que solo puede merecer el elogio de todos. Ha creído en mí y me ha apoyado en todo.

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