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La “autotraducción”, polémica alternativa para garantizar el uso del asturiano en la Junta

El PSOE plantea que cada orador traslade al español sus intervenciones y abre una vía de agua con Podemos: “Blindan la discriminación”

Berta Piñán durante una comparecencia en la Junta General del Principado.

Cuando en la Junta un diputado aduzca que no entiende lo que dice en asturiano otro parlamentario, o un consejero de Gobierno, o un invitado a disertar en el parlamento, el orador dispondría de un tiempo adicional equivalente para repetir su intervención en español o podría optar por entregar una copia escrita traducida. Esto es sólo una hipótesis de funcionamiento. Así propone el PSOE que se fijen los criterios de utilización de la llingua en la cámara autonómica y se desenrede la maraña de los discursos en bable haciendo caso a la sentencia del Tribunal Constitucional que avala el derecho al empleo del asturiano en la Junta. La iniciativa, debatida ayer en la Junta de Portavoces, encontró entre los grupos parlamentarios asentimientos teóricamente suficientes, pero sin plena unanimidad y con sonoros rechazos procedentes sobre todo de Podemos.

Es de entrada sólo una sugerencia, a la que los letrados de la cámara deben ahora dar forma de escrito jurídico para que sea sometida a la consideración de la Mesa, “oída la Junta de Portavoces”, pero ya ha alineado las fuerzas en el parlamento y ha justificado un nuevo punto de fricción entre el PSOE y Podemos, única fuerza que ayer montó en cólera al conocer el contenido del proyecto. La propuesta socialista tiene las puertas abiertas, a tenor de los parabienes que recibió ayer, teóricamente suficientes para que salga adelante, pero el portavoz de Podemos, Daniel Ripa, cargó con dureza contra “el blindaje de la discriminación” que a su juicio supone que se ponga “una carga especial a quien hable en asturiano”, que se haga “más difícil” usarlo o que “se exija a quienes hablan en asturiano cosas que no se exigen a quienes lo hacen en otras lenguas”. Tampoco les agrada que en caso de que la traducción no sea literal, o no se ajuste exactamente a lo dicho, se establezca que “en el Diario de Sesiones prevalecerá la versión en castellano”.

En una advertencia que promete batalla para las próximas sesiones en una Junta lingüísticamente revuelta desde la llegada de Vox, Ripa denuesta lo que directamente entiende como “un intento de boicot a la normalización política y lingüística” del parlamento con una medida que además se implantaría “de forma indefinida, independientemente de la existencia de la oficialidad”.

En el bloque de los grupos inclinados a hacer oficial el asturiano, IU optó por la prudencia y el silencio, a la espera de la elevación a definitiva de la propuesta. El portavoz de Foro, Adrián Pumares, asumió la propuesta de la doble intervención después de exponer sus dudas de que haya alguien en la Junta que no entienda las intervenciones en la llingua o en fala y de asegurar que no se debate aquí “un problema de incomprensión, sino de intolerancia”. “Los grupos y diputados que afirman no entender la llingua asturiana, deberían plantearse si están capacitados representar a la sociedad asturiana sin ser capaces de comprender su lengua”, valoró.

Pablo González (PP) agradece por su parte que la propuesta planteada permita evitar “el enésimo ridículo que supondría aplicar la traducción simultánea” en la Junta y Ciudadanos expuso su desacuerdo en “algún punto” de la iniciativa, pero también esperará para tomar posiciones concretas a que los letrados hayan hecho su informe. Mientras tanto, en el grupo que llevó el uso parlamentario del asturiano al Constitucional, el portavoz de Vox, Ignacio Blanco, recordó su posición favorable a la alternativa de la copia escrita en español y lamentó sobre todo la posición de Podemos, que a su juicio “no quiere respetar las sentencias del Tribunal Constitucional, quiere sin más imponer su voluntad”.

El Parlamento vuelve a permitir el voto presencial de todos los diputados  

Empieza la desescalada en el parlamento asturiano. La Junta de Portavoces dio de paso la propuesta del PP para que todos los diputados vuelvan a votar de forma presencial en los plenos, poniendo fin así a la prevalencia del sufragio telemático impuesta desde el inicio de la pandemia. El diputado popular Pablo González agradeció el acuerdo alcanzado para “que se intente normalizar todo lo posible el pleno” y que “el voto telemático, que está pensado para situaciones extraordinarias, se arrincone”, llevando a la cámara de vuelta progresivamente hacia “la vieja normalidad de toda la vida”. Hasta ahora, en las sesiones anómalas de la pandemia, el plan de contingencia de la Junta limitaba la presencia física de los diputados un cupo por grupo y facilitaba el voto a distancia de los ausentes, con la salvedad de que con este sistema no era posible utilizar la votación por puntos.

Los cambios acordados ayer se aplicarán en el hemiciclo a partir de las sesiones de la próxima semana y los diputados también podrán volver a intervenir desde la tribuna del hemiciclo en lugar de hacerlo siempre desde sus escaños.

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