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El relato de dos madres de niños con autismo que sufren los "recortes educativos" de Asturias: “Les abocan al fracaso”

Dos familias cuentan, a raíz de la sentencia que condena al Principado por actuar contra la inclusión, la merma docente que sufren sus hijos con necesidades especiales

Las familias asturianas con niños con necesidades educativas especiales están muy enfadadas. Aseguran que la consejería de Educación “miente” cuando dice que este curso “no hubo ningún recorte” en atención a la diversidad y acusan a sus responsables de “abocar a sus hijos al fracaso escolar”. Dos madres relatan a LA NUEVA ESPAÑA los casos de merma de recursos que están sufriendo sus pequeños este año y que son muy parecidos al de la familia demandante de Oviedo que ganó una contundente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

Los jueces condenan al Principado por vulnerar el derecho de los alumnos con discapacidades a tener una educación inclusiva y anulan las instrucciones de inicio de curso en lo relativo a la limitación de personal y horas de docencia de apoyo en Pedagogía Terapéutica (PT) y Audición y Lenguaje (AL). Educación, que baraja recurrir el fallo, se defendió el miércoles asegurando que las directrices que se dieron responden a la pandemia. También aseguró que no hubo recortes de plazas, sino todo lo contrario: un “ligero incremento” respecto al curso anterior y un “salto significativo” en comparación a 2018-2019.

Jimena Traviesas es madre de un niño de 5 años que padece trastorno del espectro autista. “Mi hijo tenía el curso pasado 10 horas semanales de apoyos intensivos: 5 de PT y 5 de AL”, cuenta. Pero en septiembre llegaron los recortes: 2,5 horas de PT y 1,5 de AL. “Para que luego digan que no hubo recortes... Están engañando a la gente y a nuestros hijos los abocan al fracaso escolar”, dice indignada. Su pequeño, de 5 años, va a tercero de Educación Infantil en un colegio de Pola de Laviana. Y como consecuencia del retraso formativo sufrido este año y del confinamiento tendrá que repetir curso; no pasará a 1º de Primaria.

“Mi hijo empieza ahora a hablar. El alumnado con autismo tiene capacidad para aprender, pero necesita de ese apoyo específico para poder avanzar”, comenta Traviesas, a quien no le vale tampoco la excusa de la pandemia dada por el Principado.

“Cuando la educación es considerada un gasto y los niños con diversidad, dinero tirado, pasan estas cosas... Siempre digo lo mismo: la inclusión a coste cero no existe”, protesta. Esta madre está valorando seguir los mismos pasos que la familia de la denuncia del TSJA y demandar a la Consejería. De ser así y animarse más padres, el Principado podría enfrentarse a un aluvión de reclamaciones. “Esta sentencia tiene que marcar un antes y un después”, remata Traviesas.

"Somos los más vulnerables y se aprovechan de que somos pocos y hacemos poco ruido. Pero, al final, los perjudicados son nuestros hijos”

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Carmen, otra madre con un niño autista de 6 años, cree que su situación también es para llevarla a los tribunales. Su hijo tenía el pasado curso 12 horas semanales de PT y AL más un auxiliar. ¿Este año? “Nos hemos quedado con cinco”, afirma. “Educación nos está quitando todos los apoyos. Es una lucha constante contra la Consejería. Somos los más vulnerables y se aprovechan de que somos pocos y hacemos poco ruido. Pero, al final, los perjudicados son nuestros hijos”, se queja esta madre, que prefiere que no figure su apellido.

Esta madre avilesina está molesta con la reacción del Principado a la sentencia: “Ya lo que nos faltaba es que negasen que no ha habido recortes”. “Los profesores del centro de mi hijo –abunda– estaban disgustadísimos a principios de curso con la merma de recursos. Yo tuve la gran suerte de que la tutora de mi niño es de PT y trabaja con él dentro del aula. Si no fuese por eso...”. Y aunque el segundo trimestre fue duro para él, con varios ingresos, “está avanzando”, señala.

El secretario del sector de la enseñanza de UGT, Cristóbal Puente, se preguntó ayer: “¿Acaso alguien se sorprende por esta realidad?”. “Esta situación –aseguró– ya fue denunciada por los sindicatos y buena parte de los departamentos de orientación”. Según Puente, la “triste verdad” es que “curso tras curso están deteriorándose las medidas de atención a la diversidad, disminuyendo continuamente los recursos por motivos economicistas”.

“Nos faltan recursos”, lamentan en los departamentos de orientación de los centros

En los departamentos de orientación de los centros educativos asturianos hay todos los años –y no solo por el covid– “una lucha continúa por los recursos”. “Estamos cansadas de repetirlo: a muchos alumnos no les llega la atención y otros están mal atendidos”, se quejan las profesoras especializadas en diversidad –la mayoría son mujeres–, quienes contradicen al Principado e insisten en que este curso “sí hubo recortes”. 

Tamara Corral, profesora de Pedagogía Terapeútica (PT) en un colegio de Piedras Blancas, da números. “Este año redujeron a media jornada a una auxiliar, a una PT y a una AL. Tras luchar varios meses, con escritos y llamadas del los sindicatos, recuperamos la jornada completa de la AL. Pero el resto no. ¡Claro que están recortando en diversidad!”, dice. Corral asegura, además, que las condiciones laborales del profesorado de PT y AL está “empeorando mucho” , sobre todo, en Audición y Lenguaje. “Casi es una lotería que te toque una jornada completa”, agrega. Y son precisamente las medias jornadas las que explicarían, según Corral, el “ligero incremento” de plazas al que se agarra Educación. 

Marián Quirós, portavoz de la plataforma de maestros de Audición y Lenguaje (AL) de Asturias, no quiere entrar en una guerra de cifras. Va a lo patente. “Llevamos tres cursos trasladando por escrito a Educación que nos faltan recursos. Esta situación se destapa ahora a raíz de la sentencia, pero no es nueva”, afirma. Quirós comenta que la atención real a la diversidad empieza con “no cuantificando las necesidades, sino analizando caso por caso”. “No pueden decir: un profesional por cada veinte alumnos. No es así; depende de las necesidades”, subraya. 

Rosa Lorenzo es jefa del departamento de orientación del IES Vallín, de Gijón. “En Primaria ponen un orientador por cada cien estudiantes; en nuestro instituto, con 1.400 alumnos, tenemos solo un orientador. Esa es la atención a la diversidad que se aplica en Asturias”, empieza diciendo. En el Vallín, explica, “pasan de cien el número de alumnos con necesidades de apoyo específico”, puesto que hay mucho inmigrante –tiene en concreto niños de 26 nacionalidades distintas–. 

“Más de la mitad de estos estudiantes son de incorporación tardía. Incluso algunos nos llegan sin saber leer ni escribir. Y si ellos no reciben apoyo intensivo, los abocas al fracaso”, advierte Lorenzo. El instituto gijonés tenía el curso pasado tres profesoras de apoyo; ahora son dos. “Llevo más de veinte años en orientación y todos los cursos es una lucha continua por los recursos. Utilizan un criterio economicista. ¿Hay diez críos? Pues ponen 1 PT por ejemplo. ¿Hay veinte? Ponen 2 PT. No contemplan las casuísticas de cada centro. Y es mentira que para asignar profesionales atiendan a los informes de los departamentos de orientación”, denuncia.

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