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La heladona sorpresa de la primavera deja temblando a los cultivos asturianos

Los kiwicultores del Bajo Nalón han logrado amortiguar el impacto con el riego de las plantas

Helada el pasado fin de semana en una finca de kiwis en Pravia.

Nadie se la esperaba y por eso su impacto fue mayor, aunque de saberlo poco más se podría haber hecho por evitarlo. La heladona sorpresa del pasado fin de semana en Asturias ha dejado a numerosos cultivos temblando. El caso más llamativo, los de kiwi. Si bien los de las vegas del Bajo Nalón, a pie de río, donde se concentra la mayor parte de la producción asturiana, no han salido muy mal parados, en otros puntos como el Oriente los productores han tenido peores consecuencias.

De hecho, en Barganéu (Piloña) fue uno de los lugares donde se registró una de las temperaturas más bajas: 0,6 grados bajo cero; el récord de mínima fue en Leitariegos, donde amanecieron a menos 2,5 grados. Al día siguiente también hubo helada, aunque algo más liviana.

El ingeniero agrónomo Ignacio Cavanilles lamenta que algunos cultivos en Asturias hayan perdido parte de su producción futura. “Se verá el año que viene el impacto en las plantas”, explica. La helada en las vegas del Nalón no ha sido tan virulenta debido a la cercanía del río. Además, los kiwicultores echaron el resto para evitar daños al utilizar un método que amortiguó el impacto. “Hay varias formas y una es el riego con aspersores. El agua, al entrar en contacto con la planta y pasar del estado líquido al sólido genera cierto calor que minimiza el daño”, explica Cavanilles.

Esta heladona de primavera ha tenido un destacado impacto en Francia e Italia. En el país galo los viticultores del este y sureste del país calculan daños multimillonarios por la destrucción de cosechas en regiones tan significativas en el mundo del vino como Borgoña. La forma de amortiguar el frío ha sido con braseros con hogueras colocados estratégicamente a través de los pasillos de las viñas.

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