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El osezno “Yernes”, rechazado por su madre al devolverlo al monte

Habrá un nuevo intento para juntar al esbardo con su familia y, si fracasa, se le cuidará en cautividad hasta que se valga por si solo

El oso, perdido, en Cubia.

Al osezno “Yernes” no lo quiere de momento su madre. El animal rescatado el pasado 1 de abril por agentes del Medio Natural, después del aviso de los montañeros del grupo “La Chiruca de Cudillero” que lo vieron solo y a la deriva por la carretera cuando iban de ruta a Cuevallagar (Yernes y Tameza), ha sido rechazado por su grupo familiar, que fue localizado tras una ardua e intensa búsqueda de los agentes.

Los agentes, tratando de reintroducir al osezno "Yernes" tras encontrarlo.

Así las cosas, según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, el ejemplar –que tiene solo tres meses– no pudo ser devuelto con garantías a la Naturaleza y tuvo que volver de nuevo con la guardería para la clínica de Oviedo en la que recibe cuidados y donde se encuentra en perfecto estado de salud, tal y como ha explicado la Consejería de Desarrollo Rural.

El objetivo desde el primer momento fue poder devolver a “Yernes” a su hábitat natural. Pero al ser tan joven –es el primer esbardo rescatado tan pequeño en Asturias– es imposible que pueda valerse por si mismo (depende de la leche materna y pesa poco más de tres kilos), así que se ha optado por abortar la operación al no poder reintegrarse en su núcleo familiar.

Las intenciones de sus cuidadores, con los que colabora la Fundación Oso Asturias, es intentar de nuevo otra suelta y que “Yernes” pueda volver con su madre. Esto se llevará a cabo en los próximos días. Si se fracasase de nuevo, se optará por cebarlo en cautividad y soltarlo lo más pronto posible, cuando sea capaz de sobrevivir en soledad por los montes asturianos tal y como ha sucedido recientemente con la osa “Sali”, localizada el verano pasado en Somiedo. El ejemplar fue cuidado en la misma clínica donde ahora reposa “Yernes” y ha sido soltado hace pocos días en el Parque Natural de Redes con éxito.

En el caso del osezno se cree que este pudo alejarse de su familia por un incendio en la zona donde se le vio, Cubia, entre los concejos de Yernes y Tameza –de ahí su nombre, aunque hubo una campaña para llamarse “Chiruquín”– y Proaza.

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