“Recuperar la movilidad es fundamental para la actividad productiva y no podemos concebir que cada vez haya más trabas para desarrollarla, porque solo abocará a Asturias al furgón de cola”. Los empresarios asturianos, por boca de su presidente, Belarmino Feito, abogan por eliminar lo máximo que permita la situación sanitaria las restricciones a la movilidad tras el fin del estado de alarma, el próximo día 9. Consideran que es una acción necesaria para que Asturias tome la senda de la recuperación económica. Y mejorar las deficientes conexiones de Asturias con el exterior, sobre todo con Madrid, es a juicio del sector empresarial imprescindible.
“Compartimos con los ciudadanos el malestar” por las deficientes comunicaciones de la región con el exterior, “porque la conectividad vía aérea y ferroviaria es una vieja reclamación de la FADE (Federación Asturiana de Empresarios), que ya plasmamos en el documento ‘22 acciones ineludibles para el progreso de Asturias’”, cuya primera redacción se presentó a finales de 2018.
“Si queremos que la actividad productiva se recupere al ritmo de España, exigimos tener las mismas condiciones” que el resto de las comunidades autónomas. No es así: para viajar a la Meseta, los asturianos se ven obligados a pagar los peajes más caros de España (carretera), a sufrir horarios imposibles para realizar viajes en el día (tren) y a disponer de escasísimas conexiones y con malos horarios (avión). La FADE exige cambiar esta situación.
“Durante el periodo de tiempo que permanezcan activas las restricciones a la movilidad y los cierres perimetrales, tiene cierta lógica que las conexiones y frecuencias aéreas y ferroviarias se vean reducidas. Sin embargo, si el Principado ya está trabajando en la recuperación de los enlaces turísticos, con vistas a la finalización del estado de alarma, desde FADE consideramos prioritario que, dichas frecuencias y conexiones tanto aéreas como ferroviarias, para la actividad empresarial vuelvan a ser las mismas que existían antes de la pandemia”, reclama Feito.
La movilidad y la accesibilidad territorial ocupan un tercio del documento “22 acciones ineludibles para el progreso de Asturias”, que tras la pandemia volverá a convertirse en la “biblia” de las necesidades más acuciantes de la región. Porque, según la FADE, la región tiene “déficits aún relevantes para mejorar su conectividad interior y exterior, para favorecer su conexión con las grandes redes de ciudades y regiones de Europa y para mejorar la comunicación con los mercados más importantes, y con ello reforzar nuestras ventajas competitivas”. Y advierte: “Mercados pequeños como el asturiano, mal conectados, en contextos globales y competitivos, pueden condenar el futuro del desarrollo económico de la región y el de sus ciudadanos”.
Por ello, los empresarios asturianos reclaman buenos planes y estrategias, pero también medidas concretas, como vuelos frecuentes a Madrid, Barcelona, Londres, París y Frankfurt; dotar de conexión ferroviaria a los puertos de Gijón y Avilés con la Zalia, donde se reclama una estación intermodal; recuperar la autopista del mar Gijón-Saint Nazaire o con otro puerto de la fachada Atlántica; finalizar la variante ferroviaria de Pajares y la autovía Oviedo-La Espina (A-63); y lanzaderas de transporte público entre los centros urbanos y los polígonos industriales.
Volotea cancela vuelos
Pero, lejos de mejorar, las conexiones continúan empeorando. El último ejemplo, ayer: Volotea acaba de cancelar su programación de vuelos desde Asturias a varios destinos hasta el día 27 de este mes. Hasta hace unos días, aún se podían reservar billetes a los destinos de Volotea desde el aeropuerto de Santiago del Monte para todo el mes de mayo. Ayer ya no era posible: solo hay reservas a partir del 27. Están afectada por esta cancelación toda la programación de la compañía desde y hacia Asturias.
Íñigo Fernández, presidente de la patronal de las agencias de viaje de Asturias, criticó la decisión de Volotea: “Entendemos que volar vacío es un problema, pero programaron ofertas de vuelos con campañas muy fuertes, así que deberían mantenerlas. Cancelar con diez días de antelación genera una inseguridad tremenda”.