"Las normas entran en vigor y finalizan su plazo de vigencia en los plazos que vienen en la propia norma". Así, casi con un trabalengüas, intentó explicó el Presidente del Principado esta mañana, en rueda de prensa, la paradoja que se va a dar el sábado, último día del estado de alarma. Ese día los asturianos tendrán que cumplir, como hasta ahora, el toque de queda, por lo que deberán estar en casa a las 23 horas (misma hora a la que deben cerrar los locales de hostelería). Pero luego, una hora más tarde, entrados ya en el día 9 de mayo, decaerá ese estado de alarma y por lo tanto no se podrán restringir los movimientos de la población.
"Entiendo que tenemos que situarnos todos que a partir del 9 de mayo empieza una etapa distinta. Pensar qué pasaría a las 23 horas del sábado sería típico de una práctica de Derecho Constitucional. El 9 de mayo no se acaba nada, no finaliza la pandemia, ni la crisis sanitaria", sentenció el presidente.
En este sentido el Principado va a permitir este fin de semana que la hostelería sirva cenas en el interior de los bares hasta las once de la noche. Se mantiene el toque de queda y se restringe a seis personas las que pueden estar en una misma mesa tanto en interior como en exteriores.
Tras el fin del estado de alarma se aplicarán estas medidas:
- Se incrementa el aforo al 70 por ciento en superficies comerciales de más de 300 metros cuadrados.
- Aumenta al 50 por ciento el aforo en centros de mayores.
- Se permitirá en la hostelería que se reúnan hasta seis personas en interiores
- Más horario para la hostelería: hasta el 9 de mayo habrá un nuevo horario de atención en los bares hasta las 23 horas y después de que decaiga el estado de alarma se permitirá la actividad hasta la una de la madrugada.
El ocio nocturno permanecerá cerrado pero "se revisará según como evolucione la pandemia", señaló Cofiño.