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Cuencas

La alegría llega al interior de la hostelería

Los responsables de bares, restaurantes y sidrerías se muestran optimistas tras dejar atrás siete meses sin servir cenas: “Los que trabajamos en este sector merecíamos ya un alivio”

Agustín Corte preparando la vuelta de las cenas en el interior de un local de la Ruta de los Vinos de Oviedo. | L. M.

“Alegría” es la palabra que mejor describe la sensación vivida anoche por los hosteleros asturianos, al recobrar la posibilidad –cercenada por la pandemia de coronavirus desde el pasado mes de octubre– de servir cenas a sus clientes en el interior de los locales. Ayer pudieron hacerlo hasta las 23.00 horas. A partir de mañana domingo, ya sin estado de alarma ni toque de queda, el horario quedará ampliado hasta la una de la madrugada. Atrás quedan siete meses de angustias e incertidumbre por el frenazo en seco de los negocios. Se abre una nueva etapa que los profesionales de este sector tan castigado desean con ansia que no tenga más vueltas atrás.

Nuevas restricciones en Asturias tras el estado de alarma

Desde el 7 de mayo

Ampliación horarios hostelería

Ajuste de los horarios en hostelería. Se podrá consumir en el interior de los bares hasta las 23:00 horas en mesas de un máximo de seis personas.

Se incrementa el aforo al 70 por ciento en superficies comerciales de más de 300 metros cuadrados

Se incrementa el aforo al 70 por ciento en superficies comerciales de más de 300 metros cuadrados. Además, en zonas comunes se permite la mitad del aforo, siempre y cuando no haya grupos de más de 6 personas.

Aumenta al 50 por ciento el aforo en centros de mayores

Aumenta al 50 por ciento el aforo en centros de mayores.

Ampliación horarios hostelería

Permanecerá suspendida la actividad en discotecas, salas de baile, tablaos flamencos, locales con música amplificada, salas de conciertos, parques de atracciones, etcétera.

Ampliación horarios hostelería

Las visitas guiadas a museos, salas de exposiciones, galerías de arte, monumentos, cuevas y yacimientos arqueológicos se podrán realizar en grupos de hasta 15 personas en interiores y de 30 en exteriores.

Ampliación horarios hostelería

Los eventos multitudinarios no estarán permitidos, a la espera de que el Ministerio de Sanidad apruebe el nuevo protocolo que los regulará.

Ampliación horarios hostelería

El aforo en conferencia y congresos se amplía a 300 personas, siempre en butaca preasignada y con medidas de seguridad, incluida la distancia interpersonal.

Desde el 9 de mayo

Se elimina el toque de queda

Se elimina el toque de queda.

Ampliación horarios hostelería

Ajuste de los horarios en hostelería. Se podrá consumir en el interior de los bares hasta la 1:00 horas en mesas de un máximo de seis personas.

Oviedo.

Los bares, cafeterías, sidrerías y restaurantes de la capital del Principado retomaron con ilusión el turno de cenas con gran despliegue de preparativos para adaptar los comedores a las nuevas normas, pero descontentos por la confusión generada entre los clientes por los cambios que experimentará el horario de cierre a lo largo del fin de semana. “Como viene siendo habitual se hicieron cambios de manera confusa y precipitada, y eso ha provocado que la gente no tenga claro que puede hacer este fin de semana”, lamentó el presidente de la junta local de Otea, David González Codón.

Félix Gómez, en su restaurante La Allandesa, de Gijón, abierto el pasado mes de enero. | Marcos León

En la calle Gascona, calificaron la ampliación de los horarios como “un ensayo” de cara al próximo fin de semana. “Hay más reservas, pero como somos una ciudad de servicios, mucha gente sale tarde de trabajar y todavía no les dará tiempo a cenar”, explica el presidente del Bulevar de la Sidra, Pedro Caramés, quien estima necesaria la vuelta de ocio nocturno para alcanzar un nivel aceptable de clientes.

José Manuel Pérez, gerente de La Villa Blanca (Luarca), prepara una de las mesas de su terraza cubierta. | T. Cascudo

Donde más aumento de demanda detectan es en la Ruta de los Vinos. Allí celebran la recuperación del turno de cenas en el interior de los locales, así como su ampliación a seis comensales, pero piden a los clientes responsabilidad. “Necesitamos que nos ayuden, tener más precaución que nunca porque no podemos tirar a la basura todo el esfuerzo económico y personal realizado”, indica el presidente de la Ruta, Edén Jiménez, subrayando que el sector hostelero no puede “actuar como la policía”.

Rafael Fernández, Belén Marcos y Ángel Ornia, en el bar La Terraza, de Pola de Siero. | Irma Collín

Gijón.

Félix Gómez lleva casi tres décadas detrás de la barra y proviene de una familia de hosteleros, pero ayer viernes volvió a sentir “mariposas en el estómago”, como la primera vez que vio a sus padres servir una Mirinda. Gómez ofreció a eso de las ocho y media de la tarde en La Allandesa su primera cena en el local que abrió en enero y en el que, por culpa de las restricciones, solo ha podido trabajar dos meses y medio de los últimos cuatro. Un matrimonio de Gijón con dos de sus hijos fueron los afortunados comensales. ¿Qué le llevó a abrir un bar en plena pandemia? “Pensé que si afrontábamos un reto así ya nada podía ir a peor. Llevaba 25 años trabajando en otra empresa y quise darle algo de picante a la vida”, razona. A pesar de que estos meses le han servido de aprendizaje, a Gómez no le faltaba tampoco experiencia. Sus padres fueron los responsables del bar de Granda. Él mismo trabajó más de dos décadas en el restaurante La Carbayera con un equipo al que sigue considerando “mi segunda familia”.

Emiliano Aramburu, de la Sidrería El Llagar, de Panes. | Á. F.

Avilés.

Rodrigo Suárez, el gerente de Casa Lin, espera que la ampliación de horario se convierta en “el principio del fin” de la crisis de la hostelería. “Porque todo da y se nota cuando dejas de hacer caja”, recalcó. Anoche no tuvo muchas reservas porque “mucha gente aún no sabe que ha habido cambios”. El fin de semana pasado, el de la inauguración de su terraza, vio “una señal”. Hacía fresco, pero “se notaba que la gente quería salir”. Tuvo lleno hasta el momento en que había recoger los bártulos. La crisis de la hostelería tiene cara y ojos: son sus trabajadores. Por el momento sólo tiene “ocho a jornada completa y cuatro, a media jornada”.

Rodrigo Suárez, de Casa Lin (Avilés). | Ricardo Solís

Pola de Siero.

Borja Alcázar, tras los fogones y la barra de su restaurante Abrelatas, cruzaba los dedos para arrancar con fuerza. Reconoce que “había muchas ganas de abrir para las cenas de viernes y sábado”. Estos servicios constituyen “una parte importante de la facturación”, pero, en realidad, “lo que más nos perjudicaba era el cierre, la ausencia de facilidades y los retrasos en las ayudas”. A pocos metros, en la plaza Les Campes, Roberto Cueto tiene todo listo en la cocina de La Terraza para volver a preparar sus recetas en horario de noche: “El deseo de normalidad es grande. Llevamos quince meses a medias y estamos agotados psicológicamente”. Su vecina de restaurante, Loreto García, de El Madreñeru, se muestra “muy feliz de que podamos volver y cuando ya se pueda a la una, es un horario suficiente para una sidrería”.

Javier Pérez Marcos, camarero de El Reundu, prepara una mesa para las cenas. | C. M. B.

Cuencas.

En El Reundu de Campomanes (Lena), había ayer trajín ya por la mañana: “La apertura del interior para las cenas es una alegría, llevábamos mucho tiempo esperándolo”, afirmó Javier Pérez Marcos. Es camarero en el establecimiento lenense desde hace trece años. Suma cerca de dos décadas en hostelería: “Nunca vivimos una crisis como esta, merecíamos ya un alivio todos los que trabajamos en el sector”. La noche se esperaba animada: “ Hay ganas de salir, de volver a la vida de antes”. Una previsión que se cumplió en muchos establecimientos del valle del Caudal. En El Consistorial de Mieres, aunque muchos eligieron la terraza por el buen tiempo, clientes y plantilla brindaron por la apertura del interior.

Oriente.

Todos los hosteleros de la Asturias del este apuntan a la salud como “su preocupación primordial”. “Hay que tener cuidado de cara al verano, tenemos que garantizar la subsistencia del negocio y no nos podríamos permitir un cierre en julio y agosto”, asevera Emiliano Aramburu, de la Sidrería El Llagar, en Panes (Peñamellera Baja). “Llegando la temporada alta no se puede medir igual porque la población se triplica, hay más posibilidad de contagio en el mismo territorio y no se pueden interpretar los datos de la misma forma que ahora”, indica desde Llanes Javier Garaña, presidente de la Asociación Llanisca de Restaurantes y Sidrerías (Allares). En Ribadesella ya apuntaban hace unos días al alivio que supondría la liberación de las restricciones. “Esto será menos duro cuando desaparezcan las medidas covid”, aseguraba José Manuel Llera, de Sidrería La Marina.

Occidente.

José Manuel Pérez, gerente del restaurante Villa Blanca, de Luarca, se muestra optimista. Ayer a media tarde ya contaba con un puñado de reservas para la cena de esa noche y alguna más para la de hoy. “La gente tiene ganas de salir a cenar y para nosotros es un alivio. La hostelería necesita empezar a trabajar a jornada completa”, explica. Considera que la gente poco a poco va perdiendo el miedo y va notando como las personas mayores comienzan a animarse a salir. “Hasta ahora no venía gente mayor, pero eso está cambiando”, dice el gerente de este popular establecimiento, abierto desde 1958. No dispone de terraza exterior, con lo que las restricciones le han condicionado especialmente. Pese a todo, las expectativas son optimistas, especialmente de cara al verano: “Esperamos que sea como el pasado, que fue muy bueno”.

Los bares asturianos vuelven a servir cenas entre la incertidumbre y el optimismo: "Necesitamos que los clientes nos ayuden"

Los bares asturianos vuelven a servir cenas entre la incertidumbre y el optimismo: "Necesitamos que los clientes nos ayuden" Vídeo: Amor Domínguez/ Foto: Irma Collín

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