Los planes de Asturias para ordenar la vida sin el paraguas del estado de alarma no incluyen ninguna petición de prolongación del toque de queda. El Principado renuncia, “en el actual estado de la pandemia”, a seguir los pasos de otras comunidades autónomas, como Navarra, Valencia o Baleares, que han pedido o tienen intención de pedir autorización judicial para prolongar las limitaciones a la movilidad nocturna. “No contemplamos ese escenario”, confirmó ayer la consejera portavoz del Gobierno, Melania Álvarez, caracterizando ésta como “una medida excepcional a la que sólo recurriremos si es imprescindible para atajar la evolución de la enfermedad”.
Entiende el Ejecutivo que la situación epidemiológica actual permite hacer concesiones de este tipo, aunque “como el resto de medidas”, avanza Álvarez, “será la evolución de la situación epidemiológica la que nos pueda llevar a reconsiderar esta postura”. La Administración abre la mano, eso sí, pidiendo prudencia y anunciando que de cara a la nueva realidad fuera del estado de alarma se pondrá en contacto con “todas las administraciones con fuerzas de seguridad a su cargo, Delegación del Gobierno y ayuntamientos”, para coordinar el esfuerzo de vigilancia. El Ejecutivo, remata Álvarez, “entiende que la sociedad asturiana estará a la altura de las circunstancias, que seremos suficientemente responsables y prudentes para evitar que la situación se desboque”.
