Enésimo encontronazo entre hosteleros y clientes insatisfechos en internet. Esta vez a cuenta del comentario de un supuesto comensal que no quedó conforme con el servicio recibido en un establecimiento de Oviedo. El asunto, como cada vez es más habitual en estos casos, acabó resolviéndose con un "cortazo" del empresario.

Todo empezó con este comentario del cliente insatisfecho: "El restaurante estaba cerca de nuestro hotel y decidimos cenar en pareja en por la variedad que ofrecía y el lugar. La comida: la ensalada templada tenía mucho vinagre y ajo. La gamba con bacon muy espesa. En cuanto al precio, muy caro. Una ensalada, 17€¡ euros; la botella de vino, que en el súper cuesta la misma marca 4 euros, nos cobraron 14. Calidad precio malo".

Ante esta dura crítica, la respuesta del empresario no se hizo esperar. "Primer detalle que debería comentar es que estaba en terraza, y los precios se incrementan 1 euro en comidas. Segundo, también las coca colas de bote se consiguen por 0,42 y en un bar no bajan de 1,80 ó 2 euros mínimo. Y miente, porque ese vino que tomaron precisamente no se vende en supermercado. Si no le reto a que lo probemos".

La respuesta del empresario no terminó aquí: "Tercero, la ensalada era de gulas, langostinos y jamón ibérico, y de cantidad era abundante, pueden ver fotos en el Facebook o Instagram, con lo que el precio va a acorde con la calidad y cantidad (más de 50 gramos de jamón ibérico y ocho langostinos del 2). Cuarto, los precios lo traen la carta, si le pareció cara la ensalada con no pedirla mejor, ¿no? Quinto, no eran gambas con bacon, es langostinos abrigados en bacon, y primer cliente que me da una crítica negativa de ese plato. Que pudo salir mal ese día, sí; pero si vuelve el plato sin ninguno y sin salsa, entendemos que no estaban tan mal".

Aún hubo más: "Sexto, para haber estado tan mala la comida y tan cara, los platos limpios. Si no hubiese sido así, se podrían haber cambiado por otros o no cobrárselo. Es difícil en estos tiempos como para estar con criticas sin criterio ninguno y sin objetividad, porque cualquiera que vea las cantidades y calidad no podría quejarse del precio. Por cierto, el café en el súper vale menos de 2 euros el kilo... Igual no le compensa desayunar fuera tampoco".

Los enfrentamientos entre consumidores y empresarios en redes sociales especializadas en gastronomía son cada vez más habituales. También son frecuentes las quejas de los hosteleros, que denuncian que muchas de las opiniones vertidas en estos espacios son interesadas y, en muchos casos, falsas. Por ello, piden a este tipo de plataformas que pongan en marcha mecanismos que permitan verificar que quien firma la opinión estuvo consumiendo en el local.