"Es un perro bueno, no entiendo por qué le han pegado un tiro", se lamenta Elisa López Menéndez, una vecina del pueblo de Rañeces, en Grado. Tiene razones más que fundadas para mostrar ese dolor. Este lunes, sobre las nueve y media de la noche, Elisa y su marido Manuel llegaron con el niño a la finca, y mientras metían al pequeño en casa, su perro Otto, un labrador, se escapó. Regresó unos 15 o 20 minutos después. "Venía muy nervioso y es cuando le vimos un furaco en la ingle izquierda", señala. A los cinco minutos comenzó a sangrar profusamente y Elisa y su marido decidieron llevar al animal a una clínica de guardia en el barrio ovetense de Buenavista.

Allí lo dejaron ingresado. El veterinario les contaría luego que, dentro de la herida, el animal tenía una trozo de plástico. "Preguntamos a amigos cazadores y nos aseguraron que se trataba un cartucho del 12 o el 22. Es la pieza que hay entre la pólvora y la bala, pero al parecer mucha gente dispara este tipo de cartuchos sin la bala y solo con la pólvora. Creen que pudieron dispararle casi a bocajarro, por eso se alojó el plástico en el cuerpo del perro", añade Elisa López.

Lo que más le duele es que ha preguntado en el pueblo y "nadie sabe nada", señala esta educadora de infantil de 32 años, vecina de Rañeces de toda la vida. "El ataque fue dentro del pueblo, no puedo señalar a nadie, pero tuvo que ser muy cerca de mi casa", asegura. La mujer, con el informe extendido por el veterinario, ha denunciado los hechos ante la Guardia Civil, que se ha quedado con el taco como prueba. "Este perro no le hace daño a nadie, tiene diez años y tiene artritis", indica las propietaria del animal, expresando su incomprensión por el ataque que ha recibido su mascota. "Es el perro de la familia", añade. "No tenemos problemas con nadie, ni los queremos, solo queremos saber quién lo ha hecho y que lo pague", dice la mujer.

El caso es que, en Rañeces, según asegura, "escuchamos disparos muchas noches, más o menos lejos; el miércoles, sin ir más lejos, dos días después de que dispararan al perro, todavía escuchamos unas ráfagas", desvela. Todo apunta a que algún furtivo pudo disparar por diversión al pobre animal.