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Misión, presencialidad total en las aulas: así se prepara la Universidad para el próximo curso

En el peor de los casos, los estudiantes de los centros más masificados se rotarán en las aulas, provistas de cámaras según el plan de Villaverde

Examen de EBAU en Gijón Ángel González

Si la pandemia lo permite –y hay razones para ser optimistas–, la Universidad de Oviedo empezará el próximo curso con clases presenciales, al igual que los colegios e institutos. Eso sí, si la situación no es del todo favorable, las facultades más masificadas tendrán serias dificultades para acoger en las aulas a todo su alumnado al imponerse una distancia mínima entre asientos. En estos casos, los centros establecerán sistemas rotatorios de presencialidad, instalando cámaras en las aulas. Es decir, cada clase se dividirá en dos grupos, de forma que uno recibirá formación en los campus y el otro a distancia desde sus casas, y a la semana siguiente se turnarán. Todo ello está recogido en un plan marco de actuación frente al covid, elaborado por el rectorado de Ignacio Villaverde y presentado este jueves a la comunidad universitaria. No obstante, los decanos son optimistas y confían en que septiembre empiece con presencialidad plena: “Cruzamos los dedos”.

El documento, al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, contempla tres escenarios, basados en los colores de un semáforo. El verde, que es el de “plena presencialidad con precauciones”; el naranja, que es un “modelo atenuado de presencialidad”; y el rojo, que es el que se viene aplicando desde el pasado noviembre, cuando el Principado suspendió las clases presenciales. Dentro de este último escenario, los exámenes se consideran “esenciales” como ahora y, por tanto, se pueden realizar en los campus. A la vista de la situación sanitaria actual y del ritmo de las vacunaciones, los decanos y directores de centros son “optimistas” y creen que en septiembre habrá un semáforo verde o naranja. El Rector tendrá, no obstante, que declarar ya el escenario en los próximos días, aunque lógicamente podrá cambiar en función de la evolución de la crisis sanitaria.

El plan verde es el de “nueva normalidad”. Habrá que seguir llevando mascarillas, usando gel hidroalcohólico y ventilando con frecuencia las aulas, pero la Universidad no impondrá una distancia mínima entre los alumnos. Esto significaría que todos los estudiantes podrían volver a las aulas, después de que este curso se desarrollase prácticamente –y sin el prácticamente para algunos– online, a excepción de las prácticas y las evaluaciones. El escenario naranja, que parece el más probable en la situación actual, se diferencia del verde en que sí establece una separación mínima entre los universitarios.

Participantes en la EBAU del año pasado, en el Palacio de los Deportes de Gijón. | Ángel González M. G. SALASM. G. S.

El documento inicial contemplaba que esa distancia fuese de 1,5 metros, lo cual suponía que una clase con 200 asientos quedase reducida a solo 50. La consecuencia directa de ello es que muchas facultades tendrían que volver de nuevo a la formación telemática por falta de espacio. “En la Universidad muchas bancadas o hileras de sillas son fijas y a lo mejor para cumplir los 1,5 metros tenemos que dejar dos asientos libres y eso se convierte en 2 metros”, explican responsables académicos. Es decir, se desaprovecha mucho espacio.

El Rectorado, tras hacer las consultas pertinentes a Sanidad, flexibilizó ese requisito en el plan final, exigiendo que las clases presenciales se den con al menos un puesto libre entre estudiantes –un asiento sí y otro no ocupado–. La decisión ha dado oxígeno a las facultades y escuelas, puesto que la mayoría podrá acoger a todo su alumnado. Volviendo al ejemplo de la clase con 200 sillas, con esta fórmula el aforo queda reducido a la mitad, a 100, en vez de a 50. Pese a este esfuerzo, habrá facultades que seguirán teniendo problemas de espacio. La solución dada para ellas por parte del equipo de Villaverde es fijar un sistema rotatorio de presencialidad. Es el que se aplicaría en la Facultad de Educación y Formación del Profesorado. La idea del decanato, dentro del escenario naranja, es ir al cien por ciento de la presencialidad en los másteres, ocupando Geológicas, y a la semipresencialidad, rotando a los alumnos, en grados. Este último sistema sería el que seguiría también la Facultad de Psicología, muy saturada de estudiantes.

El Rectorado prevé tres escenarios

En función de la evolución sanitaria, la Universidad de Oviedo podrá cambiar de escenario –verde, naranja y rojo– “con una antelación mínima de tres días, salvo urgente necesidad”. Así lo recoge el plan marco de actuación del rectorado de Ignacio Villaverde, que ha sido acogido por decanos y directores de centros universitarios con gran satisfacción. “Nos deja muy claro lo que tenemos que hacer en cada momento”, aseguran. El documento en cuestión ha sido elaborado dentro del comité covid y tenerlo listo con antelación suficiente ha sido una de las prioridades del propio Villaverde. De hecho, el plan universitario para el próximo curso llega antes que el de los colegios e institutos, aún en elaboración. Este plan marco tendrá que pasar por el Consejo de Gobierno, previsiblemente la semana que viene, y entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el “Boletín Oficial del Principado de Asturias” (BOPA). Según recoge el texto, “en los cinco días siguientes a su aprobación, el Rector declarará el escenario que resulte oportuno a la vista de la situación sanitaria y de las normas establecidas por la autoridad sanitaria estatal y autonómica”. Los más probables hoy son el naranja y el verde, que contemplan clases presenciales. Y en septiembre aún hay más papeletas para que sea verde.

El plan para septiembre, basado en los colores de un semáforo


  1. Verde. Es el de “nueva normalidad” o presencialidad total “con precauciones”. Es decir, todos los alumnos vuelven a las aulas, aunque con mascarillas y ventilación permanente. Si no se pudiese tener ventanas abiertas todo el tiempo, la actividad no podrá exceder de una hora. 
  2. Naranja. Consiste en la presencialidad “atenuada”. Es decir, las clases en las aulas deberán guardar una distancia mínima entre alumnos de un asiento. Esto generará problemas de espacio en las facultades más masificadas, que tendrán que ir a un sistema rotatorio, instalando cámaras en las aulas. 
  3. Rojo. Significa volver a las clases online. Es el modelo que se aplica en la actualidad. Las evaluaciones y las prácticas son consideradas “esenciales” y, por tanto, se pueden hacer de manera presencial. La defensa de trabajos fin de grado y máster y de tesis se recomiendan hacer telemáticamente. 

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