Junto a los ascensores, en la segunda planta del edificio de las consejerías de Llamaquique, en Oviedo, hay un enorme cartel de la DOP Sidra de Asturias. Mandó ponerlo ahí la directora general de Desarrollo Rural e Industrias Agrarias, Begoña López Fernández, para ver todas las mañanas las manos cuarteadas de Lisardo Álvarez, el cosechero moscón que protagoniza el anuncio. “Por gente con esas manos vengo a trabajar todos los días. Que no se me olvide”, dice.

López Fernández (Cangas del Narcea, 1971) viene del medio rural y ha trabajado en el medio rural. Es técnico en creación y gestión de empresas, y en turismo. Antes de ocupar un despacho de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial fue gerente de una empresa cárnica y comercial de distribución agroalimentaria. Hace bandera de ser “campesina” y asegura que es un “orgullo” ayudar al campo asturiano. “Mi empeño es el máximo”, subraya.

–En el medio rural hay ahora malestar con la demora en la concesión de los fondos Leader. ¿A qué se debe ese retraso?

–Lo que ocurrió este año es que los grupos de desarrollo rural –hay once repartidos por el territorio– necesitaban cambiar sus estrategias. Eso implicaba modificar las bases y hay unos plazos. Aprovechamos ese cambio de bases para incrementar el ticket rural, para quitar papeleo... Es decir, para meter las cosas que creíamos que podrían potenciar la entrada de proyectos. Tal fue así que entraron más proyectos que nunca: 851. Habíamos sacado la convocatoria en agosto con 16 millones y medio y, evidentemente, no entraban ni la mitad. Como teníamos una disposición de 10 millones adicionales, lo que decidimos fue reunir a todos los presidentes de los grupos y acordar una ampliación. Nos poníamos entonces en noviembre. Y resolver en noviembre significaba que no podría ejecutar nadie, ya que estábamos en plena ola del coronavirus. Con lo cual decidimos cambiar de anualidad.

–¿Y qué pasó después?

–Nunca se había reprogramado una ayuda y surgieron dudas que nos llevaron a los tiempos actuales. Yo creo que la lectura que se está haciendo no es la correcta y flaco favor hacemos al medio rural generando dudas en torno a estas ayudas. Son las ayudas más potentes que tenemos, con 26 millones de euros y once convocatorias. ¿Hay retraso? Sí, pero hay retraso para mejor. Porque sino se hubiesen quedado muchísimos proyectos atrás. Para mí fue adelantar una convocatoria y retrasar un poquitín a la gente que podía ejecutar ya en 2020.

–¿Tienen constancia de que emprendedores hayan dejado sus proyectos como consecuencia de esa demora?

–De momento, no. Sí que es verdad que hay un grupo que nos manifestó que iba a haber un descoloque en la lista, pero están trabajando en una lista complementaria. Y si aún así, no se pudiera, se miraría jurídicamente cómo hacerlo. Creo que a mi despacho me llegó solo una renuncia y estamos viendo cómo solucionarlo. Mi familia es emprendedora del medio rural y para mí un proyecto es importante, es una familia. Pero tengo que tener una visión global y no dejar que muchísimos proyectos se queden atrás.

–La pandemia ha promovido la vuelta a los pueblos. ¿Qué está haciendo la Consejería para aprovechar esa oportunidad?

–La oportunidad son los Leader y, por eso, hubo tantos proyectos, porque la gente está volviendo al medio rural y tiene un instrumento financiero muy potente en el que poder apoyarse. Yo creo que el medio rural es un sitio donde se puede emprender con muchísima calidad y muchísimo futuro.

–De esos 851 proyectos que se presentaron a los Leader, ¿podría destacar alguno?

–Hay de todo: hoteles nuevos, lavanderías que pasan por el Camino de Santiago, plantaciones de kiwis, una banda de gaitas que quiere renovar su ropa... Y el éxito es ese; que se puede emprender en el medio rural con todo.

–¿Cuáles son las fortalezas y debilidades del sector agroalimentario asturiano?

–Las fortalezas son las grandes empresas, como Capsa o El Gaitero, que creo que abren camino a las pequeñas. Es la larga tradición de productos de calidad que tenemos, la variedad, las cooperativas tan potentes que hay, el importante apoyo económico de la Administración, los grandes centros tecnológicos... Y con respecto a las debilidades, a lo mejor la concentración de microempresas, hay que mejorar el marketing, la innovación, que colaboren unas empresas con otras... Sí, hay mucho que hacer. Es un sector que puede llegar al 25% del PIB; ahora mismo estamos en un 20%. Eso es muchísimo. Yo creo que el sector agroalimentario está ahora mismo en una revolución que tenemos que apoyar con medios económicos, con formación, con todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance. Es ahora el momento.

–El objetivo es llegar al 25% del PIB, ¿en qué plazo?

–De aquí a 2030. Cinco puntos es muchísimo, generaría unos 10.000 empleos. Y tenemos que trabajar todos ordenados. Por eso, hemos pedido a las IGP y DOP que alineen sus estrategias para avanzar entre todos más rápido.

–¿En qué líneas están trabajando para mejorar la comercialización de los productos?

–Principalmente estamos trabajando en Asturias. Hemos incrementado las partidas económicas, recientemente hemos aprobado una red de comercios de kilómetros cero de Alimentos del Paraíso... En la región tenemos más de 700 empresas agroalimentarias, muchas son pequeñas que no necesitan exportar. Las grandes ya lo hacen; las pequeñas son comercio local y eso lo tenemos que apoyar. Para salir fuera de España está Asturex, pero tenemos que seguir trabajando en esta línea porque la competencia cada vez es más grande y no nos podemos dormir.

–La región cada vez suma más marcas de calidad. ¿Hacia dónde deben caminar las DOP, las IGP y Alimentos del Paraíso?

–Alimentos del Paraíso es una marca paraguas para todas nuestras DOP e IGP. Nosotros en el 2019 pasamos a tener 347 operadores. Esto quiere decir que más del 50% de nuestras industrias agroalimentarias ya son Alimentos del Paraíso. Que se pueda tener un sello que identifique nuestros productos con una calidad y un origen es fundamental, tanto a nivel nacional como internacional. Queremos seguir creciendo. De hecho, hace poco que salió el pliego de productos lácteos y estamos a punto de sacar el de productos transformados. Nuestra idea de futuro es hacer una marca muy grande, muy potente, en la que entren cuantos más productos mejor pero con unas condiciones determinadas; no todo vale. Yo siempre digo que la cabeza del tren es Alimentos del Paraíso y luego detrás van las IGP, y las DOP, a las que es fundamental que apoyemos.

–¿Cómo ha afectado la pandemia a las producciones?

–La mayoría están en el canal horeca, con lo cual lo que hicimos fue vincularles a las ayudas del fondo covid. Entre ellas está el sector de la sidra, del queso, del vino... El covid nos ha hecho ver que tenemos que buscar alternativas de venta online, de ferias, de promocionarnos muchísimo para recuperar el tiento de las ventas. No obstante, yo creo que vamos a tener un buen verano. El sector agroalimentario demostró, como siempre, una gran resiliencia. Y es de agradecer todo el trabajo que han hecho. Para mí son héroes, no han parado ni un solo minuto para darnos a todos de comer.

–¿Cree que en nuestra región hay pendiente acometer una revolución agrícola de la mano de la faba, el kiwi o el arándano?

–Sí, totalmente, Asturias está ahora en ebullición, está habiendo una revolución tremenda, muy apoyada en las ayudas que se dan. Llega gente que quiere invertir en faba, en kiwi... Eso es una realidad que tenemos que aprovechar. Tenemos unas vegas impresionantes que tenemos que saber rentabilizar. Algunas están infrautilizadas. Ya estamos trabajando en ordenar ese territorio.

–Oviedo acogerá por fin en noviembre el certamen mundial del queso.

–Es el escaparate mundial del sector lácteo y era una oportunidad que no podíamos dejar escapar. El año pasado llegó la pandemia y lo complicó, pero este trabajamos y lo conseguimos. Nuestros queseros se merecen ese escaparate mundial y pienso que el certamen va a suponer un impulso muy grande para ellos. Recientemente, hemos publicado un documento vivo en el que recogemos todos los quesos que hay en Asturias. Tenemos 330 variedades con características organolépticas diferentes, y 97 queserías. Es importante contarlo y que la gente sepa la gran mancha quesera que es Asturias.