La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un avilesino saca “en cinco minutos” el campano del Esva

Rogelio González echa a tierra en el coto de Trevías un ejemplar de 6,5 kilos, adquirido por un establecimiento de Valdés

Ángel Fernández y Rosario López, del hotel Canero, junto a los pescadores Leo Peláez y Rogelio González, ayer, posando con el ejemplar pescado en el Esva. | Rep. de T. C.

El avilesino Rogelio González echó ayer a tierra, en el coto de Trevías, el campano del Esva, el último de los ríos asturianos. Fue pescado con cebo natural mixto de lombriz y quisquilla, pesó 6,5 kilos y midió 84 centímetros. “Una vez que picó, lo saqué en cinco minutos”, señaló el pescador que contó con la ayuda de su mujer, Leo Peláez. Lo curioso del caso es que esta pareja ya fue protagonista hace dos años en el Esva, aunque entonces, fue la mujer quien abrió la temporada en el río valdesano.

“Me gusta mucho el Esva, es un río pequeño con aguas cristalinas y también me gusta la gente de aquí”, añade el de Llaranes, que se confiesa habitual de este cauce del Occidente asturiano. De hecho, cuenta que el martes estuvieron pescando en uno de los mejores cotos del Narcea y “no vimos nada”, sin embargo, el Esva les dio la sorpresa. La captura se produjo sobre las tres de la tarde, toda vez que Leo Peláez avistó el ejemplar. “Nosotros pescamos juntos y revueltos”, bromea González, quien explica que ella lo vio y él hizo el lance. Es su segundo campano, ya que en 2018 echó otro a tierra en un río de Cantabria.

El pescador explica que es un enamorado de la pesca y el salmón “es una de mis pasiones”, sin embargo, defiende que la pesca es mucho más que pescar. Por eso, resta importancia a haber echado a tierra el campano del Esva: “Ye un salmón como otro cualquiera, pero le dan más importancia”. El de ayer se hizo menos el remolón que el año pasado cuando el primero de la temporada salió el penúltimo día de la campaña. Con todo, la cosa “está fastidiada”. El avilesino achaca la escasez a especies como cormoranes y nutrias y también a que “en la mar acaban con ellos, no somos los pescadores”.

El avilesino vendió ayer su ejemplar al hotel restaurante Canero, al igual que hicieron en 2019. “Son dos profesionales como la copa de un pino”, señala Rosario López, responsable del establecimiento hostelero, que presume de ser el primero en comprar un salmón en el concejo valdesano. Eso sí, prefirió no desvelar el precio de la transacción: “No es por dinero, esto queda entre amigos, yo lo hago por dar fuerza al río Esva, para que no se muera. Es un río que está un poco olvidado y quiero que le reconozcan su valor. Este río es una joya y deberían cuidarlo. Saben hacerlo si quieren, no son los pescadores los que lo estropean”.

La hostelera ya está pensando qué hacer este año para degustar el salmón: “Haré algo grande”. Y repite que su afán es defender el río: “Yo soy de Cangas, pero cuando llegué aquí me enamoré. Este río es una joya y yo soy su defensora nata”.

Compartir el artículo

stats