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Cofiño invita a los interinos a asumir que algunos tendrán que dejar sus puestos

El Vicepresidente acepta el modelo de la empresa privada como guía para el pago por objetivos en la Administración, pero sin replicarlo tal cual

El vicepresidente Juan Cofiño, en el centro, durante la charla de esta mañana

El vicepresidente del Principado, Juan Cofiño, invita a ir haciéndose a la idea, a asumir que la reducción obligada de las tasas de interinidad en la función pública asturiana dejará “inexorablemente” a gente por el camino. Su tesis, expuesta ayer tras una charla organizada por Executive Forum, exhorta ya a reconocer la inevitabilidad de los daños y promete tratar de minimizarlos. Porque para que la rebaja de las ratios, una exigencia ineludible que demandan Madrid, Bruselas y “la razón”, “se proyecte sobre la estabilidad del empleo público”, explica, “algunos interinos tendrán que moverse de la Administración”. “Se incorporarán a bolsas de empleo” con los compromisos de “intentar que sean los menos posibles” y de “darles el mejor tratamiento para reconocer el trabajo y los servicios prestados”. También con la consabida advertencia de que “debemos concertar sus derechos con los de quienes quieren entrar en la Administración”.

Junto a la conciencia de que el ejercicio es “complicado” y la promesa de que “no vamos a volverle la espalda”, Cofiño garantiza “la sensibilidad suficiente para provocar el menor daño posible a las personas que han dedicado años a la Administración” y repite el método ya explicitado. Impulsar concursos-oposición que en la fase de concurso ponderen todo lo que sea posible el peso de la experiencia y los servicios prestados, aunque tal vez sin llegar al cincuenta por ciento que como máximo permite la ley estatal.

Así va pincelando el Vicepresidente una reforma de la Administración que ayer presentó además como “palanca del cambio económico”, como la actualización urgente de “un actor principalísimo de la vida económica” cuyo protagonismo se explica así: entre tener “una Administración ágil y eficaz o lenta, burocratizada y decimonónica” como la actual media un “porcentaje muy alto en términos de eficiencia y eficacia económica”. El receptor del encargo de operar el gran cambio en la función pública habló de nuevo de los defectos de la plantilla –“tenemos 38.000 trabajadores y creo que ningún ingeniero de datos”– y del lastre de los procedimientos, de la conveniencia de la flexibilidad y los excesos regulatorios que cabe reformar, por ejemplo abreviando los procesos participativos que prevé la legislación medioambiental.

“No quiero menguar la participación de la sociedad civil”, aclara, “pero a veces el procedimiento es cansino”, no beneficia a nadie y enreda los proyectos. Su caso práctico ilustrativo está cerca en el espacio y el tiempo. Amazon. Incluso habiendo conseguido ubicar el centro logístico en un polígono industrial ya acondicionado, “una reforma sencillita del plan parcial nos costó un año”. “Si no hubiéramos tenido este suelo, habríamos perdido la oportunidad”, concluye. “No están dispuestos a esperar cuatro años…”

Eso que ha dicho mucho de que también conviene revisar la legislación de patrimonio se concretó ayer en la constancia de que “hemos declarado figuras de protección, como los Bienes de Interés Cultural, sin los recursos para gestionarlos, y esto termina en parálisis”. O en la necesidad de simplificar la norma urbanística”: “La revisión de un plan general no puede consumir diez años”.

Al llegar a los asuntos no menos espinosos ni poco explicitados sobre los defectos de estructura de la plantilla pública, Cofiño volvió a valorar como “una ventana de oportunidad” la jubilación de 20.000 personas en diez años, y se extendió en los motivos que justifican un proyecto de retribución por productividad que sabe que activará las defensas de su plantilla. “Venceremos la resistencia. No vamos a decaer”. Admite como espejo la empresa privada, pero tampoco “nos hemos vuelto locos con esto. “No queremos trasladar miméticamente el modelo. Nuestro empeño es una aproximación, introducir algún factor que estimule la productividad ligada al cumplimiento de objetivos”.

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