La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nuria Varela Directora de Igualdad y del Instituto Asturiano de la Mujer

“La víctima de Laviana fue al centro asesor pero nunca habló de maltrato”

“No es tiempo de revisar protocolos como plantea la ministra Montero, sino de aumentar y mejorar los presupuestos de igualdad”

Imagen del funeral de María Teresa Aladro. JUAN PLAZA

Nuria Varela Menéndez (Turón, Mieres, 1967), directora general de Igualdad y del Instituto Asturiano de la Mujer, ha liderado como representante del Gobierno regional la negociación con la patronal FADE y los sindicatos UGT y CC OO para la implantación del agente de igualdad en las empresas, una figura pionera en España y por la que se apostó en la concertación social.

Una iniciativa que ha gestionado con éxito, si bien no son días para celebrar tras producirse, el pasado jueves, el primer asesinato machista en lo que va de año en Asturias con una mujer de 48 años muerta en Laviana a manos de su marido del que iba a separarse. Varela, periodista y escritora, dirigió el gabinete del Ministerio de Igualdad creado por José Luis Rodríguez Zapatero en 2008, y es profesora asociada de la Universidad Complutense de Madrid.

–Hay que lamentar la primera víctima en el Principado. Consta que la mujer había pasado por el centro de asesor para informarse, pedir ayuda... ¿Qué falló?

–Fue al Centro Asesor de la Mujer de Laviana a pedir información sobre el divorcio una única vez. No relató ningún episodio de violencia ni dijo nada al respecto. No hubo tiempo. Imagino que lo que falló fue que se minimizó el riesgo, que no se pudo creer que ese hombre al que ella tanto había cuidado pudiese ser capaz de asesinarla. Y también se minimizó por el entorno, ya que al día siguiente del asesinato los periódicos relataban que algunas amistades tanto de la víctima como del asesino conocían el riesgo y sin embargo, no lo denunciaron.

–¿Cómo se puede mejorar la atención a las víctimas? ¿Qué aconseja a las mujeres que estén en una situación similar?

–Se puede y se debe mejorar tanto la respuesta institucional como la respuesta de los entornos: el vecindario, las amistades, las familias.

–Este mismo viernes la Ministra de Igualdad, Irene Montero, ha entonado en parte el mea culpa y ha anunciado una revisión general de protocolos de atención para ver qué falla.

–Sabemos perfectamente lo que falla y lo que se necesita, y las comunidades autónomas se lo hemos dicho a la ministra en cada reunión que hemos tenido. No es tiempo de diagnóstico ni de revisión de protocolos, es tiempo de que en la universidad se empiece a formar profesionales, personas expertas en igualdad y violencia de género en todas las disciplinas fundamentales; que en los juzgados se crea y se respete a las víctimas; que se aparte a los maltratadores de los menores; que se cierren los puntos de encuentro para violencia de género y, sobre todo, que se aumenten y mejoren –tanto en cantidad como en condiciones de gasto– los presupuestos para igualdad entre mujeres y hombres, la única medicina preventiva frente a la violencia de género.

–¿En qué consiste la figura del agente de igualdad en las empresas?

–Nace para contribuir a enfrentar la brecha salarial y la fuerte segregación ocupacional entre mujeres y hombres que soportamos en Asturias desde hace años. También la contemplamos como una figura importante para mejorar las condiciones de igualdad en el ámbito laboral, así como para promover entornos laborales libres de violencia y particularmente libres de acoso sexual y acoso por razón de sexo.

–¿Cuáles son los indicadores que confirman la desigualdad en las empresas asturianas?

–Desde hace dos años el Instituto de la Mujer hace un seguimiento continuo que publicamos en la página web bajo el título de “Asturianas en cifras”. Dichos indicadores nos marcan que en Asturias las mujeres están mayoritariamente en el sector servicios (el 91%), que la brecha salarial es ya del 25% en los salarios base (en promedio mensual) y aumenta con los complementos salariales (un 47% en los de turnicidad, nocturnidad…) , un 87% en las horas extraordinarias y con las pagas extraordinarias, que para las mujeres son la mitad, en promedio, que para los hombres.

–¿A qué cree que se debe?

–Venimos de una realidad económica masculina y masculinizada con una absoluta falta de corresponsabilidad entre hombres y mujeres en los cuidados –cuatro puntos menos que la media nacional–. No hemos sabido hacer la transición al siglo XXI. No hay tiempo que perder.

–¿Le sorprendió la insistencia de FADE y de CC OO y UGT para la implantación de la figura?

–Nunca ha existido esa insistencia.

–No es eso lo que dicen los sindicatos, que hablan de “escollos, negativas, desencuentros, pero que finalmente la administración “se ha avenido a dar forma al compromiso adquirido en el marco de la concertación”.

–Bueno, a mí me gusta más poco ruido y muchas nueces. En política no hay mayor voluntad que el presupuesto y el presupuesto de la Dirección General de Igualdad contempla 174.000€ para el funcionamiento de los agentes delegados y delegadas de igualdad en la empresa desde el 1 de enero. Como se suele decir, el movimiento se demuestra andando.

–¿Cómo se va a articular legalmente la figura del agente de igualdad?

–Se articula como un acuerdo en el marco de la Concertación para la Recuperación de Asturias (CREA), por el que el Gobierno del Principado financia íntegramente tanto su creación, como la formación de los y las agentes y su desarrollo, a través de un convenio firmado con los agentes sociales que a su vez han llegado a un acuerdo de convenio colectivo.

–¿Pueden obligar a las empresas a implantarla?

–El acuerdo, en cuanto convenio colectivo, es obligatorio para todas las empresas y personas trabajadoras del Principado tras su publicación en el Boletín Oficial del Principado (BOPA).

–¿Qué ventaja aporta a Asturias y a sus empresas ser pioneros en políticas de igualdad?

–Los países y las regiones con menos desigualdad entre mujeres y hombres son los más ricos. La igualdad genera riqueza en todos los sentidos: económica y social, porque mejora la democracia, profundiza el concepto de justicia y multiplica las oportunidades. Para Asturias, además, es determinante puesto que más allá de los malos indicadores en brecha salarial y nivel de actividad económica de las mujeres enfrentamos una gran despoblación basada, como bien sabemos, en un éxodo que encabezan las mujeres. El futuro de Asturias pasa por ser una comunidad con empleo para las mujeres y con altos índices de corresponsabilidad. 

Compartir el artículo

stats