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Asturias tiene 14.566 hórreos

Cultura, que aborda una reforma para conservar el granero regional, difunde la primera cifra fiable sobre el número de estas construcciones

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Paneras asturianas, tesoros más largos que un día sin pan Ana Paz Paredes

El número exacto de hórreos que hay en Asturias era uno de los grandes “misterios” regionales. Los especialistas en este elemento etnográfico que caracteriza el paisaje rural asturiano siempre ofrecían datos aproximados. La Consejería de Cultura ofreció ayer una cifra exacta. En la región hay 14.566 hórreos con protección patrimonial.

Este número es la base sobre la que comenzar a trabajar para preservar uno de los iconos de la cultura tradicional asturiana cuyo simbolismo y valor como elemento identificador del paisaje del Principado no lo está salvando de la extinción. Con la llegada de las neveras y los arcones refrigeradores, estos graneros elevados perdieron su función como almacenes de alimentos, ventilados y libres de roedores, y empezaron a convertirse, en el mejor de los casos, en cuartos trasteros. El hórreo dejó de cuidarse porque ya no era aquella imprescindible despensa de la casería.

La Consejería de Cultura trata de revertir esa situación con el desarrollo de una nueva normativa que permita dar al hórreo una nueva funcionalidad, acorde con los usos y costumbres del siglo XXI. Para ello se constituyó la llamada Mesa del Horru, en la que distintos expertos aportan las posibles soluciones para que sigan en pie estos elementos tan distintivos de Asturias. El primer paso ha sido desarrollar, a lo largo de 2020, una “base de datos unificada”. La cifra resultante son los mencionados 14.566 los hórreos, paneras y cabazos protegidos que aparecen incluidos en los catálogos urbanísticos municipales. Según la Consejería de Cultura “este trabajo constituye la primera aproximación solvente y rigurosa para conocer el número de estos elementos etnográficos en Asturias”. Aun así, esta cifra podrá incrementarse, avisan desde el departamento que encabeza Berta Piñán. “El hecho de que varios concejos aún no hayan realizado la labor de catalogación de su patrimonio en este campo elevará sin duda este censo”, indican desde Cultura.

La Mesa del Horru ya cuenta con un borrador para el inicio de la modificación normativa que regulará en adelante la utilización de los hórreos, cabazos y paneras existentes en Asturias. El objetivo es alumbrar usos alternativos que, según advierte la Consejería, “deberán respetar los valores culturales del elemento etnográfico y favorecer su conservación”. Por el momento solo hay propuestas. Una de las más demandadas por los propietarios de los hórreos, la que consideran clave para su pervivencia, sería permitir la utilización de los hórreos como vivienda o habitación complementaria, algo que contemplaría esta nueva reglamentación, pero con restricciones.

La reforma que la Mesa del Horru está abordando no solo afectará a los usos que se le pueda dar al hórreo. “La modificación normativa que plantea la Consejería permitiría reducir notoriamente los trámites de autorización para obras de conservación y mantenimiento que mantengan las características originales de hórreos y paneras”, explica la Consejería. Además, según el departamento de Piñán, “el borrador propone también que estas actuaciones puedan ser autorizadas directamente por las administraciones locales, sin necesidad de un informe específico de Patrimonio Cultural, siempre que se ajusten a una serie de indicaciones que se recogerán en la propia normativa”.

Junto a una reforma administrativa para hacer más ágiles los permisos de arreglo de los hórreos, Cultura también quiere habilitar un almacén de la Fundación Cetemas para albergar “piezas procedentes de hórreos y paneras desmontados como consecuencia de declaraciones de ruina, derrumbes u otros accidentes, que se pondrán de forma gratuita a disposición de interesados en aprovechar estas piezas en la restauración de otros elementos etnográficos de similar naturaleza”.

La Mesa del Horru fue una iniciativa que tomó la Consejería en febrero de 2020 y está integrada por expertos, profesionales y representantes de asociaciones y entidades de diferentes ámbitos relacionados con el estudio, la restauración y la conservación de este patrimonio etnográfico. Hasta la fecha se ha reunido dos veces.

La arquitecta Cristina Cantero forma parte de la Mesa como representante de la Asociación Asturiana de Antropología y Patrimonio Etnológico. Cantero explicó ayer a LA NUEVA ESPAÑA que “estamos aún determinando cómo sería el alcance, ahora no hay una ley ni un reglamento. Se está viendo el marco en el que se va a desarrollar. Es un proceso que tarda”. Cantero explicó que “el objetivo es abrir la puerta a nuevos usos, pero hay que concretar cómo y está en un estado larvario. Se está trabajando en ello. Preferimos dar pasos cortos, pero en firme, aunque se tarde un poco más. Que sea inapelable y que haya consenso social y dé garantías” resumió.

La ruina que se veía venir en el hórreo olvidado de Olivares


Los vecinos de Oviedo que frecuentaron su zona rural, tan desconocida como próxima, durante esta pandemia se dieron de bruces con una realidad que se veía venir. Las ruinas de un hórreo, que acabó cayendo por el paso del tiempo y, sobre todo, por el olvido también apreciable en la finca que remata uno de los extremos del Monticu de Olivares, en la foto, antes de adentrarse en el camino que lleva a cerca de Las Mazas.

La ruina que se veía venir en el hórreo olvidado de Olivares | J. A. A. E. F.-PELLO

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