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Viaje al corazón de la Asturias en riesgo de despoblación (III)

Somiedo embotella ilusiones cristalinas

La tierra de teitos y osos se ofrece como casa de emprendedores, apuesta por el agua más ecológica, protege la ganadería y presume de Naturaleza

María Teresa Lana. | Irma Collín

LA NUEVA ESPAÑA llega hoy a Somiedo dentro de la serie de cinco viajes al corazón de la Asturias en riesgo de despoblación por el declive demográfico. Veintitrés municipios tienen su viabilidad amenazada si no ganan habitantes, según las conclusiones del último informe anual del Banco de España. Somiedo tiene 1.125 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una pérdida del 78,8 por ciento entre 1950 y 2020. Pero hay motivos para la esperanza: proyectos ambiciosos que ayudan a diversificar la actividad económica, un paisaje que atrae a emprendedores y turistas, y las ideas claras para potenciar los servicios públicos.

Puri Vitienes y Rocío López. | Irma Collín

–¿Y qué haces si te encuentras con un oso?

Lucía tiene a sus tres años las ideas bien claras si llegara tal situación en los paisajes de Somiedo donde los osos abrazan su libertad: “Me quedo muy quieta, muy quieta, hasta que el oso se vaya”.

Lucía, que en septiembre empezará en el colegio, es la hija del santanderino Óscar Pérez y de la colombiana Olga Lucía Escobar. Viven en Caunedo, donde él tiene una escuela de negocios sociales (The social MBA). “Trabajo en remoto. Y es un lujazo. Esto sí es calidad de vida”. El imán fue Daniel Suárez y su “Zapiens”, una empresa para la gestión del conocimiento que atrae a emprendedores con ganas de probar nuevas experiencias: un ecosistema de ideas y valores que tienen en el mundo rural un punto de inflexión y reflexión. Pérez y su esposa llegaron a Somiedo tras ocho años en Colombia, y son felices. No todo son ventajas porque la brecha digital está ahí pero “nosotros con internet en el móvil nos las arreglamos”. Saben lo que es la vida nómada y en el futuro irán a Ghana, un paisaje diferente pero también seductor. De momento, Somiedo les llena aunque, según las estadísticas, corra peligro de vaciarse.

Raquel de la Insua y David Moral con sus hijos. | Irma Collín

Maticemos. Nicolás Álvarez, agente de desarrollo local, puntualiza que la situación de despoblamiento es preocupante pero “es más una obsesión urbana. Si pasamos de 1.600 a 1.200 no se puede decir que sean buenos datos, pero no se puede negar la evidencia de que el envejecimiento y la falta de niños se notan. Ni es un paraíso ni un desierto. Hay oportunidades para trabajar, buena cobertura de telefonía y proyectos como el centro de empresas que tendrán resultados muy positivos. Se trata de generar riqueza, diversificar el empleo, potenciar servicios públicos y nuevas tecnologías. Y el sector agroalimentario, por supuesto”. ¿Educación? Hay 45 alumnos en el colegio público que pueden estudiar hasta segundo de la ESO, “luego deben ir a Grado”. 

Alfonso Menéndez | Irma Collín

Alfonso Menéndez | Irma Collín

La casa del emprendedor. Nos colamos en una reunión de “Freehouse”, donde los emprendedores que desean crear una empresa pueden compartir experiencias y resolver dudas. Recibir consejos de los que les precedieron. Vienen del resto de Asturias y España para aprender. El mentor del grupo es Agustín Casado, que ya montó su empresa “Bendita llave”, una start up madrileña para digitalizar llaves del usuario en 3D y así evitar facturas desmesuradas de cerrajero. Diego Menéndez, y David Fernández buscan metodologías eficaces de la gente que tiene experiencia. También, tejer una red de contactos. Y amigos, por qué no. El buen rollo fluye en la reunión. Los hay llegados de paisajes cacereños. María José Martín es andaluza y vivió ocho años en Chile, y otros diez en Gijón y Quirós. Los plásticos reciclados es su especialidad. A ver qué pasa. Puri Vitienes, somedana, ya tiene su empresa en marcha: un supermercado. “Es complicado”. Cómo no va a serlo cuando se trata en gran medida de un negocio estacional turístico, pero hay fórmulas alternativas, como el servicio a domicilio. Iván Barredo, de Castellón, desarrolla un proyecto de modernización de la formación vial: “La letra con metodología entra”.

Rocío López es nómada digital. Técnica en sistemas de información hospitalaria, vino de Madrid con su pareja. El teletrabajo como herramienta imprescindible que permite “una vida más rural”. Una idea: “La gente llama a la gente”. A más emprendedores, más aspirantes a serlo. Le gustaría tener huerta y echa de menos una mayor oferta de alquiler. Estar en medio de la Naturaleza es impagable: ir al río, ver un oso a lo lejos con prismáticos.

La memoria de los teitos. María Teresa Lana, Marité, es responsable del Ecomuseo y la Biblioteca. Es del Valle de Lago, a 1.200 metros de altitud, y cuando habla de Somiedo se le ilumina la mirada._La tierra de sus antepasados, el lugar donde desarrolla su trabajo guiando, explicando, relatando. Nadie mejor que ella para calibrar los vaivenes poblacionales. “En verano cambia todo”, explica, “ya desde el 1 de julio del año pasado llegó mucho turista español. No hay riesgo de masificación. Se ha extendido mucho el modelo autocaravana. Dos camping llenos y también los hoteles, contando las limitaciones de la normativa”. Para ella, “todo suma. El oso y otro tipo de fauna es un reclamo fuerte. También el ecoturismo, el senderismo atrae a muchas personas porque es una montaña accesible. Ideal para las rutas familiares._El patrimonio etnográfico es magnífico”. Hay “más vacas que nunca, muchos negocios turísticos y 200 ganaderos. El reto demográfico debe ser el reto de los servicios. No esperemos a bajar a 400 habitantes, hay que ser conscientes de que no va a haber 5.000. Actuemos ahora. Es normal que se pierda población mayor”. Lana muestra con pasión la “Casa cubierta de escoba” en Veigas. Casa Flora, Casa Rosa y Casa Decotina. El mundo de los teitos. Entrar en ellas invita a viajar en el tiempo: seres humanos compartiendo espacio con el ganado. Cuadra, cocina, dormitorio, pajar... Todo en uno. 

Belarmino Fernández | Irma Collín

Belarmino Fernández | Irma Collín

Un café con el Alcalde. Belarmino Fernández, alcalde de Somiedo, desgrana ventajas: dos consultorios con dos médicos, enfermera, pediatra ocasional. Un programa de ayuda a domicilio con 15 trabajadores. Un centro de empresas, buena conexión. “Yo veo la botella medio llena”. Descorcha: para asentar población hay que “crear riqueza y empleo, diversificar la economía”. Ocho mil vacas, 150 ganaderos. 90 negocios del sector turístico. Pero “no basta. Nuestro gran objetivo es el tema agroalimentario. La planta embotelladora de Aguas de Somiedo es muy importante. Cualquier empleo es mucho aunque parezca poco. Hay que demostrar que se puede vender con la marca Somiedo. El parón de la crisis y luego el del covid hicieron mucho daño. ¿Vivienda? Solo con rehabilitar las casas y cuadras habría miles de ellas sin modificar el planeamiento”.

Un mensaje embotellado en ilusión: “El mundo rural no somos ni queremos ser un problema sino una parte de la solución”. Y lanza una propuesta: “Imagina a 1.200 personas en la calle Uría de Oviedo, imagina allí 150 ganaderías, 90 negocios turísticos, dos centrales hidráulicas, tiendas... Y un cuatro por ciento de paro. ¿Esto es un problema? No dependemos de ayudas. Sumar. Diversificar. Eso queremos. Una revolución en el mundo agrario. Recuperar la Asturias agropolitana. No es la solución a la crisis de la industria o la minería, es una vía más. No hay mayor desastre económico que un pueblo abandonado. Si hay seguridad alimentaria, sobrevives. Lo que es bueno para los pueblos lo es para todo el país”.

Aguas de futuro. Del manantial Fuente del Oso en el parque natural brota el “Agua de Somiedo” que cuenta las horas para llegar a los mercados con una apuesta cristalina por la protección del medio ambiente: el envase y el tapón (de caña de azúcar) tienen un 91% de origen vegetal. Alfonso Menéndez es el encargado de la planta embotelladora. Un año muy intenso y muchas lecciones aprendidas y expuestas: “Aún se puede hacer mucho en servicios, no solo poner carteles. En vez de centralizar servicios, externalizarlos. Distribuir la riqueza. Dar calidad”. El ejemplo está en el agua: “Salir al mercado para hacer lo mismo que otras empresas no tiene sentido. Buscamos sostenibilidad y calidad”. Con el oso como emblema. Más natural, imposible. “Si vienes a hacer lo mismo que en la ciudad, malo”, advierte, “el enfoque es distinto, es otra vida. Se puede estar a la última en tecnología vía satélite pero respetando la idiosincrasia del terreno. Si el paisaje se da bien para vacas de carne lo raro es que no haya cooperativas que vendan directamente. Las trabas burocráticas machacan. Los pedidos de productos industriales tardan una semana”. 

Óscar Pérez con su hija Lucía. | Irma Collín

Óscar Pérez con su hija Lucía. | Irma Collín

Es presidente de la Asociación del Teito así que sabe bien lo que es conciliar pasado y presente para abordar el futuro. También lo sabe Andrés Feito, Andresuco para los amigos, trabaja en el laboratorio de la planta y está rehabilitando un teito familiar en La Llamera. Es de Grado pero “mis abuelos están enterrados ahí. La iglesia es la de San Andrés, con eso te lo digo todo”. Ocho apellidos somedanos, vaya. Lo de poner un teito en condiciones se las trae pero se queja de boquilla (“Son muy esclavos, decía mi abuelo”) porque el orgullo de luchar por la memoria de su tierra brota de sus ojos. El manantial del orgullo somedano.

De Valladolid a Somiedo. Raquel de la Insua es de Ávila. David Moral es de Valladolid. Llevan 21 años en Asturias. Sus hijos son asturianos de pura cepa: Nela, Yael y Yago. Antes vivieron en San Martín de Oscos. Ahora no hay quién los mueva del Valle de Saliencia: “Hemos creado nuestra tribu”. Ella es artesana y guía de baños del bosque. ¿Baños del bosque? “Sí, es una experiencia sensorial. Beneficiosa para reducir el estrés, la tensión arterial, el sistema inmunológico. Procede de Japón: Shinrin Yoku. Despierta los sentidos, conectas con la Naturaleza, sigues su ritmo. No se necesitan grandes condiciones físicas, son paseos cortos y fáciles”. Él es albañil y guía de montaña en “Somiedo Experience”. Un deseo: “Necesitaríamos mejor cobertura de móvil, nuestro trabajo lo pide . Y que los niños pudieran acabar la ESO aquí”. Por ejemplo, Nela, de cinco años, que presume de unicornio pintado en la frente. Está feliz: osos, rebecos, conejos, gallinas, ovejas, perros. Vaya fauna. Su madre lamenta que “hemos perdimos mucho aprendizaje rural. La ciudad te da facilidades y aquí hay que currárselo. Ir a por leña, picarla. Antes al que iba a la ciudad lo miraban como un paleto, pero llevaba una sabiduría que la ciudad no tiene. Nací en un pueblo, estudié en Valladolid, en la escuela de arte, y a los cuatro años me quería ir. Soy autodidacta, defiendo la autogestión. Tuve que aprender sola mil cosas de cultivar. ”Esto es un paraíso o una cárcel”, resume él. Para la tribu De la Insua-Moral, es un paraíso. Con unicornio incluido pintado en la piel de Nela.

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