La situación generada desde el pasado año por el COVID-19, aun siendo una cuestión de salud pública y no laboral, ha traído consigo la adopción e implantación de medidas técnicas y organizativas en los procesos productivos, necesarias tanto a nivel colectivo como individual, para poder minimizar el riesgo de exposición.

El sector de la industria de la construcción, al igual que el resto de sectores, ha tenido que adaptarse a las obligaciones y recomendaciones de las autoridades sanitarias sin dejar de lado la prevención de riesgos laborales en todos sus campos de seguridad, ergonomía, psicosociología y vigilancia de la salud, porque no hay que olvidar que los accidentes se siguen produciendo. Según los últimos informes del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales (IAPRL), el índice de incidencia del Sector –nº de accidentes por cada cien mil trabajadores– disminuyó en 2020 un 11.64 % respecto al año anterior. Comparando la situación de los dos primeros meses de 2020 y 2021, se ha producido una disminución del índice de incidencia de un 9,42%, un buen dato, pero no por ello se debe bajar la guardia.

imágenes de obras y del sector de la construcción

imágenes de obras y del sector de la construcción Cedidas a LNE

Para poder disminuir año a año los accidentes en el sector, éste no debe ser ajeno a los avances que se están produciendo en el ámbito de la prevención. Avances en innovación y desarrollo de productos que ayudan a empresas y trabajadores a la minimización de los riesgos en todo tipo de trabajos, ejecutados hasta ahora en su mayor parte de una forma muy tradicional.

Son varios los ejemplos que en materia de innovación en prevención se están desarrollando. Uno de los más avanzados y que toma cada vez más fuerza es la realidad virtual y aumentada que proporciona una formación muy adaptada a situaciones reales de trabajo, de emergencia y de potenciales riesgos que facilitan a los trabajadores ser conscientes de tales situaciones desde un ambiente seguro, pero de forma casi real, lo que ayuda a interiorizar mejor la forma de evitar dichos riesgos y accidentes. Selección y uso de EPI´s, disposición de elementos de seguridad de máquinas, manejo de equipos, de cuadros eléctricos, o los simuladores de maquinaria, ya sea de movimiento de tierras, carretillas o grúas, toman especial relevancia por el gran avance que proporcionan a la formación teórica y práctica que de otra forma sería muy difícil de realizar de forma real, si no imposible, por el alto riesgo que suponen.

Imágenes de obras y del sector de la construcción Cedidas a LNE

Pensando en los riesgos derivados de los viajes in itinere o en desplazamiento, ya sea con vehículos privados o de empresa, especial importancia comienzan a tener los simuladores de conducción, para sensibilizar a empresas y trabajadores sobre este tipo de accidentes.

Empiezan a ser una realidad herramientas que analizan la exposición de los trabajadores a agentes químicos y físicos, detectando así las tareas críticas para facilitar la implantación de las medidas preventivas necesarias o el uso de exoesqueletos como sistemas de apoyo para brazos y piernas para los trabajadores que necesitan levantar pesos, en ocasiones grandes y de forma repetitiva.

Destacan cada vez más los avances de seguridad en la ropa de trabajo con tejidos inteligentes, como los capaces de mejorar su visibilidad en situaciones específicas, ofrecer confort térmico según la necesidad, o evitar el efecto de los rayos ultravioleta sobre el cuerpo.

También los dispositivos electrónicos que hasta ahora están muy presentes en el ocio o el deporte se están incorporando paulatinamente a la ropa de trabajo y EPI´s de forma que puedan alertar de posibles situaciones de riesgo como atmósfera deficiente de oxígeno en espacios confinados o sensores que detectan cuando las constantes vitales del trabajador pueden empezar a ser son preocupantes.

En definitiva, el sector tiene muchos aspectos y campos diferentes en los que innovar y perfeccionar sus métodos y procedimientos de trabajo, pero mientras todos estos avances van calando poco a poco en su uso y hasta que el sector pueda beneficiarse masivamente de ellos, no hay que olvidar que la mejor forma de prevenir los accidentes pasa por un buena y adecuada formación de los trabajadores a los que hay que proporcionar herramientas, equipos de trabajo y maquinaria acorde a las medidas preventivas que la normativa establece. Lograremos así un sector más cualificado, profesional y competitivo.

En el caso del sector en Asturias, se cuenta con la Fundación Laboral de la Construcción (FLC) que, con instalaciones en Ribera de Arriba y Gijón, y referente a nivel nacional, imparte tanto la formación en materia de prevención establecida en el Convenio como aquellos programas de prevención que las empresas puedan demandar para ajustarse a sus necesidades particulares.