La segunda EBAU más concurrida que habrá conocido Asturias, con sus 4.829 estudiantes y 140 aspirantes a universitarios menos que el curso pasado, exigirá entre el martes y el jueves próximos, en sus diecisiete sedes, entradas y salidas escalonadas, separación de un metro y medio entre estudiantes, mascarilla y ventilación cruzada en los espacios de examen. La Universidad de Oviedo confirmó ayer los detalles de la segunda prueba de acceso marcada por las restricciones de la pandemia, que será diferente a la primera sobre todo en cuanto a los escenarios, con el retorno a las dependencias universitarias desde los polideportivos e instalaciones similares que acogieron las pruebas en 2020.

Con el propósito de respetar las distancias y evitar las aglomeraciones, habrá exámenes en más lugares distintos que nunca, en diecisiete sedes repartidas por Oviedo, Gijón, Avilés, Mieres, Langreo, Ribadesella, Cangas del Narcea, Luarca y Tapia de Casariego. Con respecto al curso pasado, se cae Siero y se incorpora Luarca, con innovaciones adicionales significativas como que en Oviedo los alumnos estarán por primera vez repartidos en instalaciones de los tres campus de la ciudad. El primer examen, Lengua y Literatura, comenzará a las 15.45 horas del martes, pero los aspirantes tendrán que estar en las sedes hora y media antes. Las pruebas seguirán hasta el jueves y las segundas convocatorias están fijadas del 6 al 8 de julio.

“Hemos priorizado la salud del estudiantado, el profesorado y el personal de administración y servicios con máximas medidas de protección”, afirmó ayer el vicerrector de Estudiantes, Alfonso López Muñiz. “En todos los casos hemos elegido grandes espacios con baja ocupación, de manera que se respete siempre la distancia de seguridad”. Como novedad, el examen podrá realizarse este año por primera vez en las aulas hospitalarias del HUCA. En este curso sólo una persona ingresada reúne los requisitos y está en disposición de hacer la selectividad, pero el equipo rectoral de la Universidad pretende ofrecer esta oportunidad insólita hasta ahora con el propósito, resalta López Muñiz, de sentar un precedente que “no deje a nadie atrás” y atienda a todos los derechos de los estudiantes.