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La pandemia en Asturias: benigna en infectados, muy agresiva en muertos

El Principado es la cuarta comunidad con menos casos de covid, la séptima con más muertos por habitante y la primera en contagiados que han fallecido, dato que Salud atribuye al envejecimiento de la población

Irma Collín

Ahora que a la mascarilla al aire libre le quedan solo cinco días de obligatoriedad, cabe plantearse: ¿cómo le ha ido a Asturias en la pandemia de covid-19 en comparación con otras comunidades autónomas españolas? Esta pregunta tiene, como mínimo, tres respuestas, en función de los parámetros que se consideren. Sinteticemos: al Principado le ha bien en cuanto a número de infectados; regular en cuanto a la cifra de muertos en función de la población; mal, muy mal, en cuanto a la proporción de infectados que terminaron falleciendo.

De donde puede deducirse, sin mayores preámbulos, que a la región le ha pasado de nuevo factura su elevado nivel de envejecimiento. Factura no en cuanto al volumen de infectados –en esto el virus se ha mostrado muy igualitario–, pero sí en lo que concierne a la cifra de muertos por covid. Y, sobre todo, en lo tocante a infectados que resultaron muertos: la proporción más elevada del país.

Dice el tópico que los números son los números. Pero la realidad, en cualquier situación mínimamente compleja, es que los números pueden contarse de muchas maneras. Y cada uno suele elegir la que más favorece a sus intereses. Analicemos por partes.

La cuarta menor incidencia de la pandemia. Asturias llevaba hasta el pasado jueves –último día con datos oficiales– 53.324 contagiados de covid. Si esta cifra se pone en relación con la población, se concluye que se han infectado un 5,2 por ciento de los asturianos. La media española es del 7,9 por ciento. Este dato significa que el Principado es la cuarta región española menos castigada por el virus. Canarias es, con mucho, la comunidad con menos infectados, Galicia la segunda. Baleares, que es la tercera, y Cantabria, que es la quinta, están casi empatadas con Asturias. Por lo tanto, resulta patente la benignidad de la pandemia con la cornisa cantábrica.

Tasa media de 145 por 100.000. Buena parte de la población se ha familiarizado en esa pandemia con las tasas de incidencia acumulada a 14 días Se trata del número de nuevos infectados en catorce días por cada 100.000 habitantes. Asturias registró la mayor cifra el pasado 2 de febrero: 658 casos por 100.000 habitantes en las dos semanas precedentes. Si quisiéramos hacernos una idea de la intensidad media de todo el proceso pandémico sobre el Principado –desde marzo de 2020 hasta el día de hoy–, nos saldría un promedio de 145 casos por 100.000 habitantes. Para hacerse una idea, esta fue, con pequeños altibajos, la tasa de incidencia registrada a lo largo del pasado mes de abril. La media del conjunto de España ha sido sensiblemente más elevada: 220 por 100.000. La más alta corresponde a la Comunidad de Madrid: 297 por 100.000 habitantes de tasa de incidencia promedio en catorce días. El doble que Asturias.

Discrepancia sobre los muertos. ¿Qué ha pasado con la mortalidad? Que Asturias no ha salido tan bien parada como en el epígrafe de incidencia. En el Principado, el coronavirus ha provocado 1.974 muertos, si se atiende a los datos del Ministerio de Sanidad, que solo computa los fallecidos en hospitales y con una prueba PCR de covid-19 positiva. La Consejería de Salud rastrea más y encuentra más. Busca no solo a los muertos con coronavirus, sino a los muertos en relación con el virus. Y se ha encontrado hasta la fecha 2.513 fallecidos (1.324 mujeres y 1.189 varones). La diferencia es muy sustantiva: un 27 por ciento más. Lo que no admite ninguna discusión es que noviembre fue un mes devastador: 595 muertos por covid.

Séptima región con más mortalidad. A efectos comparativos entre las 17 comunidades autónomas, no queda más remedio que tomar el criterio de mortalidad del Ministerio de Sanidad. Esos 1.974 muertos representan el 1,9 por mil de la población asturiana. Seis comunidades autónomas superan esta tasa de mortalidad, empezando por Castilla y León y Castilla-La Mancha (ambas con el 2,9 por mil), y siguiendo por Aragón, La Rioja, Madrid y País Vasco.

El problema de tener una población envejecida. Nos hallamos, por consiguiente, ante unos datos de fallecidos bastante menos benignos que los de contagios. En todas las estadísticas de mortalidad salen perjudicadas las regiones más envejecidas. Resulta fácil de entender que una mayor tasa de muertos puede deberse, por ejemplo, a un peor funcionamiento de los servicios sanitarios. Pero también, como supuestamente sucede en las regiones más envejecidas, a que hay mayor proporción de gente de edad avanzada. No es lo mismo tener 10.000 casos de covid en una población muy joven que en un colectivo de ancianos.

Tasas ajustadas. Para solventar esas diferencias engañosas se acude a las tasas estandarizadas (o ajustadas) por edad. En ese caso, la mortalidad por covid en Asturias sería la undécima con mayor tasa. Es decir, la región pasaría de tener la séptima tasa de mortalidad más alta a la séptima más baja.

La tragedia de los infectados. A lo largo de toda la pandemia hemos oído hablar de mortalidad y letalidad. A la mortalidad nos hemos referido en los epígrafes anteriores: muertos en relación con el conjunto de una población. La letalidad se refiere a los fallecidos en relación a las personas que habían contraído la infección. En este epígrafe, Asturias tiene los peores datos de todo el país. Los peores con diferencia. En el Principado fallecieron el 3,7 por ciento de los contagiados de covid, frente a una media nacional del 2,1 por ciento. La segunda clasificada está muy lejos de Asturias: es Castilla-La Mancha, cuya letalidad en la pandemia de coronavirus ha sido del 3,1 por ciento.

Una pandemia cebada en los mayores. ¿Por qué esta diferencia tan amplia en contra de Asturias? La hipótesis inmediata vuelve a ser el elevado grado de envejecimiento de la región, que lleva a que el virus afecte a más población vulnerable. No resulta fácil hallar estadísticas al respecto, pero en los despachos de la Consejería de Salud se subraya que en Asturias el covid-19 se ha cebado en personas de edades muy avanzadas en mayor medida que en otras comunidades, y eso explicaría que haya habido más contagiados con desenlace fatal. Habrá que dejar este aspecto en manos de los estudiosos.

Un año malo después de uno bueno. Una segunda posible explicación, también esgrimida por las autoridades sanitarias. En 2019 se registró en Asturias un dato de muertos inusualmente bajo: 12.893. Si las cifras de mortalidad tienden a aumentar año a año, en el citado año el dato fue inferior al registrado en los cuatro ejercicios precedentes. Es fácilmente comprensible que un año de baja mortalidad suele compensarse con una mayor mortalidad al siguiente. Eso implicaría que, cuando la pandemia de covid llegó a Asturias, en marzo de 2020, en la región había un volumen superior al habitual de personas en una situación de salud muy precaria. Y que eso puso las cosas especialmente fáciles al coronavirus.

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