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¿Cómo serán los geriátricos del futuro en Asturias? Los expertos piden (entre otras cosas) eliminar actividades infantilizadoras

Los directores de residencias proponen treinta medidas reformistas: entre ellas, no limitar las visitas familiares ni a salas ni a horarios estrictos

Entrada de la Residencia Mixta de Gijón.

El nuevo modelo de geriátricos pasa, según directores y gerentes de toda España, por formar burbujas de “como máximo 15 personas”, por flexibilizar las visitas de familiares de forma que “no queden limitadas a salas ni a horarios estrictos”, y por “evitar las actividades repetitivas e infantilizadoras”. Estas son tres de las treinta propuestas que lanzó ayer la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, con motivo de la reforma de los centros de mayores que ahora se debate. El Principado espera recibir este año 17 millones de Europa para acometer esta transformación. La Consejería de Servicios Sociales trabaja ya con algunas de las medidas que reclaman los profesionales, como implantar unidades de convivencia de no más de 10 personas, seleccionadas por afinidades, y con habitaciones individuales.

El nuevo modelo empieza en casa

Los especialistas recuerdan que “todas las personas queremos vivir en nuestra casa el mayor tiempo posible” y, por eso, “ofrecer los servicios que una persona necesite en situaciones de dependencia dentro de su domicilio debe ser una prioridad de los servicios sociales”. En este sentido, piden que se facilite normativamente que los centros residenciales puedan prestar servicios materiales y profesionales en el entorno. Y ven necesario “flexibilizar” el requisito de edad para ser usuario de un centro de mayores.

Ambiente hogareño

Como mínimo, el 75 por ciento de las habitaciones de las residencias de mayores tienen que ser de uso individual. Estos espacios, además, “deben tener al menos 15 m2 de superficie y todos ellos con vistas al exterior y con baño completo”. En los geriátricos deberán formarse unidades de convivencia, entendidos como “espacios de ambiente hogareño para grupos reducidos de residentes –como máximo 15, siendo el número ideal menos de 12–” e integrados por un comedor y sala de estar. Los miembros de estas burbujas deberán atender a afinidades; “no se deben organizar por niveles de dependencia o necesidad de cuidados”.

Convivencia familiar

Las visitas de familiares y personas allegadas “no deben estar limitadas a salas de visita ni a horarios estrictos”. Asimismo, habría que eliminar, según opinan los especialistas, las restricciones que no estén justificadas para que los familiares accedan a la habitación de los usuarios y a los espacios comunes. Y solicitan que los familiares puedan comer en el centro, “contando con espacios que garanticen la intimidad”.

Atención personalizada

Según la propuesta del colectivo, “cada profesional de referencia tendrá su cometido sobre no más de cinco personas residentes”. Hay que evitar las actividades repetitivas e infantilizadoras con las personas mayores, y la exposición de sus resultados decorando los centros, “ya que es denigrante y contribuye a una imagen de las personas residentes como seres que han retornado, mental y físicamente, a una etapa de inmadurez”.

Colaboración con el Sistema de Salud y plantillas bien dotadas

Apuestan por la atención hospitalaria domiciliaria en los centros residenciales, siempre que sea posible. “De manera inmediata”, reclaman que todas las comunidades establezcan ratios mínimas de 0,50. Y es “imprescindible” incrementar los salarios del sector entre un 15 por ciento y un 20 por ciento.

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