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El sector turístico asturiano suma ya más reservas que el año pasado: “Será un verano de diez”

Las previsiones son buenas para julio y excelentes para agosto, cuando muchos establecimientos de la región pondrá el cartel de “completo”

Clientes en una terraza del centro de Oviedo, ayer. | Miki López

Esta información ha sido elaborada por: A. M. SERRANO (Luarca), D. ÁLVAREZ (Cangas del Narcea), S. ARIAS (Grado), M. VILLORIA (Cangas de Onís), I. GAGO (Siero), J. VIVAS (Langreo), M. MANSICIDOR (Avilés), S. F. LOMBARDÍA (Gijón) y C. LAMUÑO Y R. DÍAZ (Oviedo)

El sector turístico asturiano está convencido de que este será un verano “de diez”. Las previsiones son buenas para julio y excelentes para agosto, cuando los empresarios auguran que habrá “llenazo” y que muchos establecimientos de la región pondrán el cartel de “completo”. Aseguran que habrá más viajes familiares, a destinos rurales y a espacios naturales. Y, aunque para el conjunto de España se anuncian menos visitantes en las ciudades, todo indica que las asturianas serán una excepción, porque las previsiones son también buenas, salvo en Gijón. La imagen de “paraíso sanitario”, por los buenos datos de vacunación y contagios, unida a la tradicional de “paraíso natural”, atraerá (ya está atrayendo) a decenas de miles de visitantes.

José Luis Álvarez Almeida, presidente de Hostelería y Turismo (OTEA), resaltó que a falta de encuestas, las sensaciones son que hay mucha reserva en campings y casas y hoteles rurales, pues la mayoría de los visitantes quiere “huir de las aglomeraciones”. Pero el sector está “a la expectativa” por la preocupación existente a causa de la pandemia. Hay confianza en llenar, pero todo dependerá “de las reservas de última hora”, que cada vez se confirman “con menos antelación”. En cuanto a las grandes ciudades, hay menos reservas, pero cree que “llenarán igual”.

Jaime García, presidente de la Asociación de Alojamientos Rurales de Asturias (ARCA), prevé un verano “tan bueno” como el pasado. “Agosto ya está desbordado, es casi una pesadilla, hay incluso con más reservas que en 2020”, señala. En el sector domina el turismo familiar, que acude en su coche particular y que, aunque no tiene un alto poder adquisitivo, es “un lujo”, porque “no da problemas… y repite”.

Las sensaciones son también “buenas” en el sector de la acampada. El presidente de la Asociación de Empresarios de Camping de Asturias, Ramón Álvarez, asegura que ya está todo prácticamente completo para agosto en alojamientos bajo techo, cabañas y bungalows. Y las reservas avanzan “a buen ritmo” en el camping. Pese a la ausencia de turismo extranjero, el verano pasado fue “muy bueno” en los campings, y este podría incluso ser mejor. De momento ya ha llegado la “avanzadilla”, campistas franceses y holandeses de la tercera edad. Y hay más autocaravanas que en años anteriores, un sector cuyos usuarios tienen “alto poder adquisitivo”. Su deseo: “Hace falta una temporada tranquila y sin incidencias”.

Las perspectivas son buenas en Oviedo. La hostelería y la hotelería local creen que las buenas cifras del verano pasado se igualarán o, incluso, se mejorarán durante estos meses de julio y agosto. Aunque Fernando Corral, de la patronal Otea, augura un verano similar al del año pasado, subraya que es necesario “alargar” la temporada hasta los premios “Princesa de Asturias”. Esto lo confía a la reactivación del turismo congresual, que en años anteriores a la pandemia fue un pilar del turismo en la capital asturiana.

Los hoteleros coinciden en que un buen verano para Asturias, es un buen verano para Oviedo. Corral, director de un hotel en la capital, apunta a un perfil de turista nacional que pernocta en la capital asturiana, bien por sus atractivos culturales o por sus comunicaciones con el resto de puntos del Principado. El turismo de naturaleza y la marca de destino seguro, argumentan los hoteleros, serán “las claves” de la temporada.

En el sector domina el turismo familiar, que acude en su coche particular y que, aunque no tiene un alto poder adquisitivo, es “un lujo”, porque “no da problemas… y repite”.

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El presidente de la Asociación de Sidreros de la Calle Gascona, Pedro Caramés, apunta a unas buenas previsiones para la hostelería, en la que los negocios volverán a verse favorecidos por “la baja incidencia” del coronavirus. Así, augura, que “muchos de los que descubrieron Asturias durante el verano pasado, repetirán en sus visitas al Principado”. Y, por tanto, a Oviedo.

En Gijón, el sector servicios se ha rendido ya a la idea de aspirar, como mucho, a cifras de las del verano pasado. Y lo ven complicado. “Hay que darse cuenta de que el año pasado fuimos el destino de mucha gente por seguridad, porque en otras partes la pandemia estaba más descontrolada. Este año, aunque vaya a haber más movimiento, el pastel se reparte entre más sitios”, razona Alfonso Lara, responsable del hotel Rey Pelayo, que entiende, no obstante, que todavía es pronto para hacer balances serios.

“Este fin de semana estaremos llenos, pero a media semana ya tendríamos huecos otra vez. Es imposible calcular porque la gente está reservando con poquísima antelación, dos o tres días antes o incluso en la misma mañana”, completa el responsable, que explica que, si se mantiene la tendencia actual, el turismo asturiano registrará estas semanas estancias mucho más cortas a lo habitual. “Parece que la gente no se atreve a reservar una semana entera e improvisa escapadas más sencillas. Está bien, cualquier cosa nos sirve, pero para nosotros es más trabajo. Gestionar una ocupación similar, pero con muchas más entradas y salidas siempre da más la lata”, aclara.

Los hosteleros, por su parte, y según explica el responsable de “Hostelería con conciencia”, Félix Marcos, registran de momento un arranque de verano “más bien flojo”, aunque se espera más trabajo a partir de la semana que viene. “Todo empieza a moverse cuando los niños dejan de ir a clase, así que estamos todavía empezando. Es imposible hacer ninguna previsión, pero, como en otros veranos, los hosteleros de barrio van a pasarlo peor y los de zonas céntricas y costeras con mesas en terraza van a tener mejores datos. No creo que tengamos a tanta gente como el verano pasado”, opina.

“Solo nos queda esperar que el tiempo aguante y que no se vaya mucha gente de Asturias. Si se nos van los clientes habituales y no viene mucha gente de fuera, mal vamos. De momento toca ir con cautela”, añade Marcos.

Los empresarios de la comarca de Avilés orientados mayoritariamente al sector turístico afrontan el verano con optimismo. “Las reservas van bien”, sentencia María José Arias, directora del hotel 40 Nudos de la capital avilesina, que valora la reciente celebración en la ciudad de distintas pruebas deportivas que acercaron a la ciudad a numerosos deportistas: el duatlón en abril, el recién finalizado campeonato de voleibol…

¿El futuro más próximo? “Avilés tiene mucha animación para julio con el Rally, el festival de literatura fantástica Celsius… El año pasado se notó bastante el bajón del Camino de Santiago, pero este año parece que se está recuperando”, precisa la empresaria, que señala que las estancias suelen ser “cortas y culturales, que tienden a ir aumentando en días en el caso de venir con la familia”. Otros hoteleros como Arias inciden, a su vez, en que están registrando “muchas reservas de última hora”, lo que dificulta hacer una previsión de cómo se desarrollará el verano.

Para María José Díaz Modino, presidenta de la junta avilesina de la patronal asturiana del turismo y la hostelería (Otea), el sector tiene la esperanza de que este verano sea “aún mejor que el del año pasado, que estuvo bien, sin ser extraordinario”. Ya aprecia el aumento de visitantes, si bien echa en falta a “avilesinos que están fuera, por estudios o trabajo, y que aún no han vuelto”.

El gasto, retraído

“Las perspectivas son buenas en general, también para restaurantes y hoteles. Asturias ofrece turismo de calidad y se espera que ahora que ha acabado el curso escolar comiencen a verse más grupos familiares”. ¿Y el gasto? “El consumo está un poco retraído, la gente no está ‘alegre’ en ese sentido. Espero que eso cambie y que gasten un poco más. Y si no hay ocio nocturno, que la gente aproveche más las mañanas y las tardes”, concluye Díaz Modino.

La hostelería de las Cuencas parece estar viviendo una buena recuperación tras la crisis del coronavirus, con muy buenas previsiones para el verano. Así lo confirma Fito González, del restaurante La Puerta de Arrobio y responsable de la asociación turística “Redes Natural”. “Desde que se terminaron las restricciones vemos un importante incremento de clientes, y parece que así seguirá en los próximos meses, sobre todo en agosto, que para nosotros es el más fuerte”, explicó. En cuanto al público, tampoco aprecia muchas diferencias respecto a años anteriores, “aunque quizá sí se ve menos gente mayor, que igual es porque tienen más miedo a contagiarse, pero el resto de la clientela es muy variada, desde parejas hasta familias, pasando por grupos de amigos”.

Una situación muy similar a la del sector hotelero, como apunta, Manuel Megido, que regenta el hotel rural El Fundil, en la localidad allerana de El Pino, y que forma parte de la asociación “Aller Experiencias”, quien afirmó que se van “llenando quincenas, ahora está casi entera la primera de agosto y la segunda de julio, pero me imagino que acabaremos a tope, como ocurrió el año pasado”.

El público es “el mismo de siempre, ahora vemos que los primeros en reservar son las parejas con dos o tres niños, que necesitan las habitaciones familiares que son las primeras que se agotan”.

El verano pinta bien para los hosteleros y hoteleros sierenses. La percepción general es que será un buen verano. Cuenta Asier del Olmo, proveedor de cerveza en el centro de Asturias, que este año tiene tanta demanda como el anterior, que fue muy bueno: solo lo notaron con la falta de fiestas de prao. La misma sensación tienen en la hotelería. Fernando Blanco, con casa rural en Anes, tiene ocupación plena en el mes de julio: “Hay gente que llama y que no encuentra sitio”. En agosto le ocurre lo mismo, pero para septiembre y octubre, que siempre solía tener algún cliente, no está la cosa tan clara, y cree que se debe a la incertidumbre. Las vacunas, augura Del Olmo, le van a dar un impulso muy fuerte al sector, y, además, Asturias se ha posicionado como destino seguro en toda España.

Loreto García, que tiene un establecimiento en la plaza de Les Campes de la Pola, reconoce que las expectativas para este año son similares a las del anterior, porque entre los cierres y las restricciones de horario, espacio y aforo, les ha costado tirar para adelante.

En la zona central, el hostelero de Grado Roberto Fernández espera que el verano será bueno, “por lo menos, como el anterior”. Cree que muchos visitantes de 2020 volverán este año y, como la mayoría, lo único que teme es que la crisis económica derivada de la pandemia afecte al número de visitantes: “Se va a notar”. De momento, los turistas no llegan pero sí los peregrinos del Camino Primitivo a Santiago, que hacen fonda en la villa moscona. El goteo es aún lento pero Fernández espera volver a poner el cartel de “completo” en julio y agosto, como en 2020. También aquí predominan los grupos familiares.

En el Oriente las previsiones del verano son buenas tanto en hotelería, como en hostelería, aunque en ambas facetas los interesados se manifiestan con prudencia. Javier Garaña, copresidente de Otea-Allares y propietario del restaurante El Cuera, en Llanes, reconoce que se aprecia movimiento desde que se levantó el estado de alarma y que las previsiones son buenas. Los hábitos han cambiado: “Los clientes prefieren comer en el exterior y son mas flexibles a acogerse al horario disponible. Vienen antes a comer y a cenar, lo que permite una mayor organización de los servicios”. Se nota “solidaridad” con el sector por parte de los clientes.

Saúl Pascual, presidente de la Asociación de Empresarios de los Picos de Europa (Incatur), prevé un buen verano, aunque no se puede garantizar por la situación sanitaria. Confirmó que las casas rurales de contratación íntegra y los apartamentos, han sido los más demandados y los que cuentan con más reservas. Más que los hoteles y las casas rurales compartidas. “Hay reservas, pero también hay muchas consultas”, comentó. Y una observación: “El turismo que está reservando y consultando es nacional, bajó mucho el extranjero”.

En el Noroccidente también se espera un buen verano. El presidente de la asociación de turismo rural de Valdés, Luis Suárez, asegura desde 2017 esta zona tiene menos oferta de plazas hoteleras que demanda. “Llenaremos casi seguro”, indica. En cuanto a los hábitos, desde el pasado verano, cuando se hizo turismo en plena pandemia, el visitante busca propuestas con las que disfrutar cerca del alojamiento y también se decanta más por el servicio de comida para llevar.

“En general, quieren conocer la zona y hacer rutas y visitar lugares, incluso a través de senderos sin señalizar”, destaca Suárez. Desde que la llegada del coronavirus hay más problemas para vender los servicios compartidos, que están más penalizados. El Occidente, eso sí, está “de moda. Antes había familias que reservaban una semana en Oriente y otra en el Occidente; ahora, muchas pasarán aquí quince días”, indica. Eso ocurre porque tratan de evitar las aglomeraciones: “Buscan más la tranquilidad, algo que todavía puede ofrecer el Occidente”.

En el Suroccidente también creen que el verano será de diez. La presidenta de la asociación de Turismo Rural “Fuentes del Narcea”, Ana Llano, asegura que en agosto el lleno está casi asegurado. “En julio puede que lleguemos al 50 por ciento de ocupación”, destaca. Apunta que cada año hay más interés en el turismo rural. Añade que el perfil que busca sol y playa se resiente, ya que muchas personas que antes practicaban esta propuesta o se iban al extranjero ahora “llaman para preguntar por Asturias y su turismo rural y activo”. Como el año pasado, las reservas son de estancias más largas y sobre todo de familias que prefieren alquilar casas completas o apartamentos.

Isaías Suárez, presidente de la junta local de hostelería de Tineo, espera que este verano sea “como el del año pasado, que no fue malo del todo, o incluso un poco mejor porque se están levantando las restricciones”. “Estamos preocupados por el argayo que corta la nacional en Salas, y estamos notando que mucha gente de Oviedo ha dejado de venir por no dar el rodeo, pero confiamos en que el movimiento de peregrinos, que ya se está empezando a ver, nos ayude”, explica.

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