A remolque del refuerzo extraordinario de personal que ha pedido la pandemia, esta crisis ha devuelto la plantilla de empleados públicos en Asturias a los niveles que tuvo antes de los recortes que trajo consigo la anterior, a los más de 60.000 trabajadores que las administraciones sumaban en el entorno de 2010. El último recuento, recién actualizado por el Ministerio de Política Territorial y Función Pública a fecha de enero de 2021, asigna a Asturias 61.381 asalariados dependientes del sector público, casi 3.500 más que en el arranque de 2020, cerca de 5.000 por encima de la cifra suelo de la década pasada –los 56.488 de 2015– y muy pocos menos que en 2010, cuando los recortes posteriores a la gran recesión de 2008 empezaron a hacer menguar las plantillas. El incremento atribuible a la crisis del coronavirus, perceptible en la enseñanza y la sanidad, y posiblemente coyuntural por cuando ha sido cocinado sobre todo con contratos temporales, cuenta un progreso del seis por ciento en Asturias desde enero de 2020, sensiblemente superior al 4,3 del conjunto del país.
Se suman aquí los trabajadores al servicio de todas las administraciones, a razón de una distribución desigual que emplea a siete de cada diez en el Principado y reparte al resto entre el sector público estatal y los ayuntamientos, en un porcentaje similar, del entorno del catorce por ciento en cada caso. El resultado de las contrataciones que ha requerido la pandemia, y que en el conjunto del país ha engordado las plantillas públicas hasta su tope histórico, sitúa a Asturias en el sexto lugar en el orden de las 17 comunidades autónomas por el volumen de sus funcionarios en relación con la población a la que atienden. Hay algo más de sesenta empleados para servir a cada mil habitantes, de acuerdo con una proporción que está lejos del máximo de casi 87 que marca Extremadura y por encima de la media nacional, ubicada en algo más de 57. He ahí el resumen del conjunto de las instancias administrativas, pero si se aísla la autonómica, la más voluminosa, Asturias sube considerablemente en el escalafón: tiene el Principado 43 empleados públicos por cada mil residentes, más que todas las comunidades autónomas españolas con la única excepción de Extremadura, que también lidera esta clasificación con cincuenta, y de nuevo muy por encima del promedio estatal, situado en 34.
Es la última foto fija de las oficinas administrativas del Principado, de los colegios y los hospitales, tal y como ha quedado aumentada como consecuencia de los refuerzos de la pandemia. Esta hinchazón coyuntural tiene mucho que ver con el incremento cocinado a través de la contratación temporal, que en el conjunto del país se cifra, de acuerdo con algunas fuentes, en unos 140.000 interinos más en un año. En Asturias, donde la estadística recién publicada por el Ministerio no detalla números de interinos, la Encuesta de Población Activa cuenta 26.500 asalariados en el sector público con contrato temporal en el primer trimestre de 2021 por los 23.100 contabilizados en el mismo periodo del año pasado. La diferencia da 3.400 trabajadores más. En los totales, el Ministerio adjudica al Principado 43.571 empleados públicos al servicio de la administración autonómica. Si se considera que el Principado cuantifica unos 37.000 trabajadores a su servicio en una cuenta que excluye a los temporales sería posible hacer una aproximación muy cautelosa al nivel que ha alcanzado la temporalidad en la región.
Una mirada a enero de 2020, a la última Asturias libre de pandemia, permite concluir que las plantillas al servicio del sector público estatal se han mantenido relativamente estables en el entorno de los 8.800 trabajadores y que el incremento está concentrado donde cabría suponer, en los más de 3.000 empleados que suma la administración autonómica, además de en los trescientos que han añadido las nóminas de las entidades locales.
