La llegada del verano en Asturias muestra este año una cara muy diferente a la de 2020, el año en que aterrizó la pandemia. Pese a que las vacunas han rebajado la presión hospitalaria y han permitido quitarse la mascarilla al aire libre, el número de casos es mucho mayor que hace un año por estas fechas. El jueves la región alcanzó los 239 contagios diarios, una cifra que no se daba desde febrero, en plena tercera ola. Los contagios entre los jóvenes, aún sin vacunar, son la causa de que los casos se hayan desbocado.
Basta con analizar el mes de junio del año pasado y el de este 2021. En número de casos, la diferencia es abismal: 10 positivos en junio de 2020 frente a 1.800 en el de este año. El contexto también ha cambiado. El año pasado, España terminaba su desescalada y avanzaba hacia la "nueva normalidad" de puntillas tras semanas de confinamiento domiciliario. Apenas había contactos. En esta ocasión, gracias a las vacunas, la movilidad y las reuniones son más frecuentes.
Los jóvenes son ahora la principal preocupación del gobierno asturiano. El número de casos de covid en el grupo de edad de 20 a 29 años ha aumentado vertiginosamente estos días. En junio de 2020 la media de edad de los contagiados era 49 años; este años es de 33. La campaña de vacunación tiene mucho que ver. Asturias se centra ahora en pinchar a los de 30 a 39 años. Se está haciendo de forma ágil, en palabras de la Melania Álvarez, portavoz del gobierno del Principado. La muestra es el récord de inmunizados que se alcanzó el último día de junio. El siguiente grupo de edad será el de 20 a 29 años, a los que llamarán "en las próximas semanas".
El dato positivo de la comparativa entre los junios de este y el pasado año son los muertos. Hay la mitad de fallecimientos por covid debido a la inmunización de los vulnerables. En 2020 fueron 16 muertos y en 2021 se bajó a 9. “Estamos en una segunda parte de la película de la pandemia. El ritmo de vacunación es alto y hay un grupo de importante de población inmunizada", explica Rafael Cofiño, director general de Salud Pública.
La cuarta ola silenciosa
Los positivos entre gente joven preocupan a todo el país y ya se habla de una cuarta ola vinculada a edades tempranas. Las juveniles son, eso sí, olas “silenciosas”. Son cadenas de contagios sin presión hospitalaria, brotes que no están generando repuntes de ingresos ni se ven en las cifras de mortalidad, pero cuyo súbito incremento lleva unas cuantas semanas justificando llamadas permanentes a la cautela. La última prueba está en los datos parciales del último día de junio. Desde el Principado llaman a la cautela y advierte que de seguir "el desmadre" se volverá a las restricciones más severas.
Los hosteleros apelan a la responsabilidad de "chavales, empresarios y padres" para no tener que cerrar otra vez la persiana. En la vecina Cantabria, los servicios sanitarios establecieron el cierre del ocio nocturno en 16 concejos, incluido Santander. En Galicia aún existen municipios con severas restricciones de actividad para la hostelería.
