El repunte de contagios de esta nueva ola pandémica ya se está traduciendo, aunque en menor nivel por el perfil generalmente juvenil de los afectados, en un aumento claro de la ocupación hospitalaria. Los sanitarios del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) veían ayer con preocupación cómo el aumento de ingresos por goteo ya sumaba a una treintena de enfermos en su planta covid, y el equipo se ha puesto manos a la obra para liberar, previsiblemente en las próximas horas, nuevas áreas de ingreso.

La presión hospitalaria, aunque dista todavía de cualquier atisbo del colapso, se produce en una época compleja para el sector sanitario, que trata de cerrar espacios sin uso en época estival para facilitar las vacaciones de los trabajadores y que intenta trasladar a hospitales de las alas, con plantillas más ajustadas, a personal de áreas urbanas.

Según los registros de la consejería de Salud, la pandemia se recrudece ahora en menores de 30 años, el rango poblacional todavía pendiente de vacunarse. Copan tres de cada cuatro nuevos contagios, según el Principado. No obstante, fuentes sanitarias de Gijón aseguran que “ahora que el virus vuelve a circular cuando las medidas están ya muy relajadas”, también se están registrando algunas excepciones, y están viendo ingresar, aunque de forma de momento anecdótica, a personas de edad avanzada que, o bien rechazaron en su momento la vacuna, o sufren patologías de base que complican cualquier percance en su salud. Ya hay varios centros sociosanitarios restringiendo sus visitas por positivos aislados –están afectadas tres residencias solo en Gijón– en usuarios y alguna más por contagios también aislados entre el personal.

Tres casos en El Musel

Por otra parte, uno de los barcos atracados en El Musel, el buque “Diego Ramírez”, ha registrado también tres positivos a bordo que guardan cuarentena en sus camarotes. Según fuentes de su entorno, los afectados no mostraron ningún malestar antes de atracar en Gijón a mediados del mes pasado.