Unicef festejó ayer el afianzamiento del “liderazgo indiscutible” de Asturias en el recuento nacional de municipios reconocidos con el sello de excelencia que distingue a las “Ciudades Amigas de la Infancia”. Once concejos asturianos oficializaron su incorporación a la lista, otros once renovaron la distinción obtenida en 2016 y el total de la suma, añadiendo a los que la tienen en vigor desde 2018, da 44. Más que suficiente para poder proclamar que “el 86 por ciento de los niños y niñas asturianos viven en municipios” reconocidos con una marca que certifica la calidad en la atención a la infancia y que da fe de los esfuerzos de las entidades locales para mejorar sus políticas públicas desde un enfoque protector de los derechos de los niños y atento a la participación y a la escucha de las aportaciones y las necesidades “de sus vecinos menores de edad”.

La presidenta de Unicef en Asturias, María José Platero, se felicitó y reconoció en estos términos la entrega de los alcaldes y concejales de los 22 municipios que ayer recogieron los diplomas que acreditan la vigencia de la “amistad” entre sus concejos y sus niños. Para que se entienda mejor el liderazgo de Asturias en esta labor, el elevado porcentaje de población infantil que está acogida en Asturias al etiquetado de excelencia en atención a la infancia desciende al cincuenta si se computa el conjunto del país. Si además se cuenta que en toda España hay 342 entidades locales con el reconocimiento en vigor, se verá que las 44 asturianas representan una apreciable porción que se aproxima al trece por ciento. El quince por ciento de las 73 nuevas incorporaciones de este 2021 están en el Principado, ya hay más de 1.500 niños en los grupos locales de participación infantil –que en sus reuniones discuten propuestas sobre asuntos diversos, como la lucha contra la violencia de género, el acoso escolar o el estado de los parques e instalaciones municipales– y Asturias, resume Platero, se sitúa “a la cabeza de las autonomías españolas en las políticas municipales de infancia”. El éxito de los ayuntamientos asturianos en el programa “es un claro ejemplo”, subraya, “de eficiencia y coordinación y del trabajo conjunto de las administraciones públicas y las entidades sociales en el Principado”.

El jurado de la iniciativa “Ciudades Amigas de la Infancia”, vigente desde 2004, acaba de otorgar el sello a 73 nuevas entidades locales en toda España y la renovación a otras 72, que añadidas a las 197 que tienen el reconocimiento en vigor da un total de 342 en todo el país. El considerable volumen de la “mancha” que extienden por el mapa los ayuntamientos asturianos adheridos al programa fue largamente destacado ayer en el acto de entrega y reconocimiento, en el que confirmaron su incorporación los concejos de Boal, Cangas del Narcea, Castropol, Corvera, Grandas de Salime, Illano, Llanes, Pesoz y la mancomunidad que agrupa a Cangas de Onís, Amieva y Onís. Además, renovaron su presencia en la lista por cuatro años más los otros once municipios que habían obtenido el sello en 2016: Castrillón, Coaña, Gijón, Grado, Illas, Llanera, Noreña, Oviedo, Pravia, Ribadesella y Salas.

El acto de entrega de sus sellos de calidad sirvió de estreno en un acto institucional para Marta del Arco, nueva directora del Instituto Asturiano para la Atención Integral a la Infancia y a las Familias, que hizo una encendida defensa de los instrumentos de participación infantil como vía esencial de escucha y proceso fundamental para “arraigar a los niños en sus entornos”. Incluyó la ampliación de estos cauces de presencia entre los propósitos de su mandato al frente del Instituto, destacó la importante incorporación “este año” de nuevos foros de participación en los centros de acogimiento residencial y subrayó su emplazamiento a que “sectores como la educación y la salud sumen la participación al diseño de sus políticas de infancia”

Unicef lidera desde 2004 la iniciativa para distinguir a las “Ciudades Amigas de la Infancia”, que evalúa el trato que reciben los menores en su entorno inmediato y hasta qué punto las voces, prioridades y necesidades de los niños son escuchadas y tenidas en cuenta y tienen acceso a servicios de calidad.