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Así son los nuevos (y jóvenes) hospitalizados por covid en Asturias: la mitad de ellos recibió al menos una dosis de vacuna

La inmunización da la vuelta al perfil de los hospitalizados: uno de cada tres tiene menos de 40 años y los mayores de 70 no llegan al 20%

Atención a un paciente Covid en la UCI.

Asturias ha subido la quinta pendiente del coronavirus, la más vertical de la pandemia, la de ascenso más explosivo y repentino, en menos tiempo que ninguna de sus predecesoras. Hasta que el jueves empezó a ceder, la incidencia acumulada general se había multiplicado por cinco en dos semanas, la de los jóvenes por más de diez, pero parece que la marea de esta ola empieza a contenerse dejando un rastro mucho menos visible de su paso por los hospitales. La hinchazón juvenil del coronavirus alcanzó el pasado jueves el tope de ingresos del episodio, con 81 hospitalizados en planta y dieciocho en unidades de cuidados intensivos (UCI), en total 99 pacientes como fruto del súbito incremento todavía no interrumpido que ha experimentado la ocupación desde que el 1 de julio situó en 44 hospitalizados, once de ellos en unidades de críticos, la cota más baja de lo que va de año.

Julio ha duplicado el impacto de la pandemia en los centros hospitalarios, pero el terreno que la vacuna le ha comido al virus ha hecho que esta sea una ola notablemente diferente. Sobre todo a vista de hospital. No es solo que los internados por covid sean ahora menos y más jóvenes, también que en sus perfiles subyace una advertencia sobre las repercusiones de esta oleada de contagios juveniles, sobre su potencial capacidad expansiva hacia otras franjas de edad y sobre la eficacia notabilísima, pero no absoluta, que tienen las vacunas: cerca de la mitad de los ingresados ha llegado al hospital pese a haber sido inoculado con al menos una dosis, uno de cada tres había sido inyectado una sola vez y uno de cada cinco tiene la pauta completa.

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Tomando datos de comienzos de esta semana, había incluso un paciente de 75 años internado en la UCI del HUCA pese a haber recibido las dos dosis del suero de Pfizer y cuatro ingresados, el más joven de 46 años, después del primer pinchazo. En planta, aproximadamente un veinte por ciento de los pacientes, doce, habían completado la vacunación. Hay entre ellos personas de edades diversas, entre 49 y 97 años, que han recibido todos los sueros disponibles en España y hasta en un caso una de las vacunas chinas, lo que demuestra la pertinencia de las llamadas de atención también a la población vacunada, que según fuentes sanitarias sigue expuesta al contagio bien por la eficacia limitada de las vacunas, bien por que haya transcurrido poco tiempo desde la administración de la segunda dosis o por la proliferación de las nuevas variantes del virus, más contagiosas.

La vacunación ha conseguido, eso sí, el éxito indiscutible de que los hospitales hayan percibido el impacto de esta ola mucho menos que en todas las anteriores. Lo demuestran las cifras de ocupación hospitalaria y las edades mayoritarias de los ingresados, con su constatación de que los grupos predominantes han pasado a ser los de los jóvenes a los que aún no les han llegado las vacunas. La presión de ingresos tampoco admite, ni de lejos, comparaciones con otros picos de la pandemia con números de incidencia similares: es cierto que a remolque de la eclosión de contagios en la población juvenil la curva epidémica asturiana ha llegado estos días a cotas parecidas a las de finales de enero o principios de noviembre, pero también que entonces los hospitales sufrían muchísimo más. Comparando este con otros momentos de tasas parecidas de contagios –cerca de los seiscientos casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días–, el centenar de ingresados de ahora se multiplicaba por más de cinco el 28 de enero (572) y hasta por diez el 12 de noviembre (981).

Ingresados sin vacunar

Mirado por dentro, el perfil del hospitalizado por coronavirus también ha mutado, empezando por la edad del ingresado. En esta nueva ola, aproximadamente uno de cada tres tiene menos de cuarenta años y está por tanto en la zona de la pirámide a la que aún no ha llegado mayoritariamente la vacuna. Cerca de la mitad ha cumplido los cincuenta o está por debajo. La proporción de personas con más de setenta, abrumadoramente mayoritaria en otras olas, no llega en esta al veinte por ciento; los octogenarios y nonagenarios, ni siquiera al diez, y en las unidades de críticos únicamente hay dos pacientes de setenta o más años. En la disección de la estructura interna del nuevo paciente de covid, que por edades empieza en los trece años y acaba en 97, también se ven nueve mayores de sesenta que aún no han recibido ninguna dosis y se comprueba hasta qué punto la vacuna ha dado la vuelta a las edades de los ingresados en UCI: casi cuatro de cada diez pacientes todavía no han cumplido los cincuenta.

Cuatro hospitales centralizan ahora los ingresos por covid: el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo; los de Cabueñes y Jove, en Gijón, y el San Agustín de Avilés. Dado el súbito incremento de ingresos en las últimas semanas, no obstante, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) ha dispuesto un refuerzo preventivo con hasta sesenta camas para pacientes con covid en el HUCA, 45 en Cabueñes y 27 en Avilés y tiene preparados, por si fueran necesarios, el hospital Álvarez-Buylla de Mieres y el Valle del Nalón.

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