Los campamentos infantiles son nuevo foco de preocupación. Las alarmas saltaron a finales de la semana pasada, con positivos detectados en uno ubicado en Celoriu (Llanes) con participantes de diferentes puntos de España. Este brote, como era de prever, ha crecido y las pruebas PCR realizadas por Salud del Principado a los 45 niños y monitores del turno del campamento en el que se registraron los primeros casos –seis al principio– arrojaron ayer un total de 17 contagiados. A ellos hay que sumar más positivos en otros campamentos de Gijón.
El consejero de Salud, Pablo Fernández, se refirió ayer al brote de Celoriu. Aseguró que los menores del turno entrante (el brote se registró en el turno saliente) han sido realojados y que se está en contacto con las comunidades autónomas de las que procedían los menores del primer turno para que guarden cuarentena. “Estamos pendientes de la investigación epidemiológica, y se trata de no poner en riesgo a nadie”, señaló el Consejero, quien no quiso valorar las consecuencias que pudieran derivarse de la citada investigación, habida cuenta de las numerosas denuncias de padres de niños del campamento –organizado por la empresa Eagle Road– por la “falta de control” y la masificación.
Por otra parte, se han decretado dos brotes en sendos campamentos infantiles en Gijón, con al menos tres contagios, lo que ha motivado la cuarentena de decenas de niños. Según el Ayuntamiento, en ambos casos los pequeños que han dado positivo “ya están localizados”, y solo queda esperar por el rastreo. Fuentes sanitarias confirman que los afectados son de un campamento multidisciplinar que se celebró hasta la semana pasada en un centro municipal, con unos 25 participantes de entre 9 y 14 años, así como otro que se impartió en inglés tomando como sede un colegio de la ciudad pero que está organizado por una empresa ajena al centro educativo donde se ubicó.
