La vacunación de los jóvenes asturianos de entre 20 y 29 años, que arrancó de manera masiva el domingo, avanza a toda velocidad. Asturias afronta estos días, en los que parece que por fin empieza a a bajar (aunque muy lentamente) el ritmo de contagios, la vacunación del grupo que más preocupa en estos momentos de la pandemia, los jóvenes de entre 15 y 30 años.
Los casi 80.000 asturianos de edades comprendidas entre 20 y 29 años podrían tener administrada la primera dosis de la vacuna anticovid en un plazo de dos o tres semanas. Si se cumple ese calendario, los asturianos menores de 20 años podrían empezar a ser vacunados a mediados de agosto.
En los últimos tres días se han inoculado 4.734 primeras dosis entre los veinteañeros de la región. En algunas áreas sanitarias, ya se está citando a jóvenes de 24 años (nacidos en 1997). Según los datos facilitados por la Consejería de Salud, la vacuna más utilizada para inmunizar a este grupo de edad es Pfizer. La inoculación mayoritaria del suero de Moderna el pasado domingo, que parecía indicar un cambio de tendencia, no se ha repetido en los días sucesivos. En total, contando con los que ya se habían vacunado por su trabajo en sectores esenciales, ya hay 16.374 veinteañeros con al menos una dosis (el 20, 66%) y 10.718 (el 13,55) con la pauta completa.
Para tratar de cumplir con los plazos previstos, la Consejería de Salud trabaja sobre dos premisas. Por una parte, que muchos de estos jóvenes no podrán ser localizados a la primera. ¿Motivo? Que frecuentan poco los servicios sanitarios y el Servicio de Salud (Sespa) no dispone de sus teléfonos personales, sino solo de los números fijos de sus domicilios, con lo que las posibilidades de conexión a través del sistema informático son mucho menores (máxime en verano). Segunda premisa, derivada de la primera: habrá que hacer una o más repescas de este grupo en las próximas semanas.
Sigue la repesca por edades
El Servicio de Salud del Principado (Sespa) habilitó ayer un sistema de autocita para la población de 40 a 49 años que aún no ha recibido la vacuna contra el covid-19, con el fin de que pueda sumarse al proceso de inmunización. Se trata de personas que inicialmente rechazaron la profilaxis o con las que no ha sido posible el contacto telefónico.
Las personas nacidas entre 1972 y 1981 –ambos años incluidos– podrán seleccionar fecha y hora para recibir la vacuna en este enlace, tras seleccionar la opción “llamamiento extraordinario de vacunación”. Este sistema generará citas según se vayan rellenando las agendas. Por este motivo, Salud aconseja a las personas de este grupo que estén interesadas que insistan si no logran inscribirse en un primer momento, dado que paulatinamente se irán creando huecos para recibir la profilaxis. Asimismo, Salud mantiene activo este sistema para el resto de la población mayor de 50 años con tarjeta sanitaria del Principado que no haya sido vacunada.
Medidas restrictivas
Esta ola distinta, que “no se parece a las anteriores”, que “no puede medirse solo en términos de incidencia”, obliga a supeditar las restricciones a una mirada a los hospitales. El presidente del Principado, Adrián Barbón, reafirmó ayer la confianza del Gobierno en el sistema “4Plus”, o más bien en su versión reformada, para atender a las peculiaridades de esta quinta ola, en la que además de la incidencia de los contagios se valora el nivel de presión hospitalaria. Traduciendo, solo cuando la alta transmisión del virus haga subir la ocupación de camas hasta el nivel dos de ocupación –a partir del cinco por ciento en planta y del diez en UCI– la zona afectada entrará en el nuevo “4Plus” y “será el momento de activar nuevas medidas, escuchando a epidemiólogos y expertos en salud pública”. Puede ser el toque de queda o “restricciones de uso de interiores… Todo a valorar”, dice Barbón, con la salvedad de que sin estado de alarma va a hace falta la autorización judicial. Ayer, el nivel clave de la hospitalización se quedaba en Asturias en el 3,57 por ciento en planta y en el 6,71 en las unidades de críticos. El presidente del Principado pide “tranquilidad” y garantiza la misma “contundencia” en la adopción de medidas”, “aunque eso genere críticas o desgaste político o personal”.
