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Las consecuencias del nuevo repunte de la pandemia Salvador Tranche Médico de familia del centro de salud del Cristo (Oviedo) y presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC)

“Es posible que, tras el covid, una de cada tres consultas de primaria sea telefónica”

“Los usuarios de la atención telemática son, principalmente, personas de mediana edad, que trabajan y que tienen patologías menores”

Salvador Tranche, en el centro de salud del Cristo (Oviedo). | LNE

Salvador Tranche Iparraguirre (Yanci, Navarra, 1957) ejerce como médico de familia en el centro de salud del Cristo (Oviedo) y preside la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC). En esta entrevista, analiza la situación de la red de atención primaria en Asturias. En particular, el auge de la consulta telefónica, que ya genera listas de espera, tal y como ayer avanzó este periódico.

–¿Qué está sucediendo en la atención primaria de Asturias?

–Que hay un colectivo muy alto de población que prefiere consultas telefónicas para una serie de procesos y problemas; y otro sector de la ciudadanía que prefiere la consulta presencial. La tendencia que estamos viendo ahora es que hay más demora para las consultas telefónicas que para las presenciales. También es cierto que esto coincide con el verano y con una sobresaturación de la patología covid, mucha de la cual se resuelve por vía telefónica.

–¿A qué se debe esta preferencia por el teléfono?

–Hay dos razones. Una, que son problemas de salud que pueden resolverse con este formato. Dos, que para determinados usuarios el teléfono es un sistema accesible y cómodo. Hay comunidades autónomas que ya antes de la pandemia habían desarrollado las consultas no presenciales.

–¿Qué perfil de pacientes prefiere el teléfono?

–Los más jóvenes no suelen acudir mucho al centro de salud. Hablamos, principalmente, de personas de mediana edad, que trabajan y que tienen patologías menores. Ya digo que ahora abundan las personas con covid a las que atendemos por teléfono por razones de seguridad. También abundan los pacientes que preguntan por resultados de pruebas o que necesitan resolver alguna duda con el médico o el enfermero, o pedirles algún consejo.

–¿Por ejemplo?

–Dudas sobre alguna patología que tienen y que saben que no es muy relevante, desde un lumbago hasta molestias osteomusculares o problemas en la piel, aunque estos últimos acaban requiriendo una consulta presencial.

–¿Y el perfil del paciente presencial?

–En general, está más relacionado con personas de más edad, que están más acostumbradas al contacto directo con el médico y que en buena parte sufren una o varias patologías crónicas. Y luego hay un problema...

–¿Cuál?

–Se deriva de la negativa de la Administración sanitaria a un triaje previo. Lo que implica al final es una devaluación de las consultas presenciales. Como médico, te preguntas: ¿Cómo llega esto a una consulta presencial? No quiero ofender a nadie, pero puedes encontrarte con un golpe en la rodilla que ves que es una tontería monumental. Y un segundo problema...

–¿A saber?

–En algunas zonas se observa que hay muchas peticiones de consultas presenciales de gente joven que termina no acudiendo a la consulta, que falla.

–¿En qué proporción se quedará la consulta telefónica?

–No lo sabemos. Una estimación que manejo es que hagamos dos tercios de consulta presencial y un tercio de consulta no presencial. Otra cosa es que la consulta por teléfono debe gestionarse mejor, que hay que incorporar otros medios de telemedicina y otras formas de acceso. Es imprescindible que nos quiten toda esta carga burocrática que tenemos, y que las consultas tengan un contenido realmente clínico, vinculado a la solución de problemas de salud.

–Los responsables del Servicio de Salud del Principado (Sespa) aseguran que ya han puesto en marcha este tipo de medidas desburocratizadoras.

–Sí, es verdad, y en mayor medida que otras comunidades. Pero son cambios que no basta con plasmar en un documento, sino que deben calar en toda la organización, en este caso en el conjunto del Sespa. Esto va más despacio. La intención es muy buena, los procesos están muy bien descritos, pero este tipo de innovaciones organizativas tienen una implantación muy lenta. La mayor dificultad está en el ámbito hospitalario.

–Algunos usuarios continúan quejándose de las dificultades para que les cojan el teléfono y les den una cita con el médico.

–Lo sé, y nos lo dicen también a nosotros, y algunos nos riñen. Es verdad que hay casos en los que llaman 60 o 70 veces. Pero nada de eso es culpa nuestra. Los médicos no tenemos inconveniente en ver a los pacientes. Por otra parte, consideramos muy necesario que se reabra la citación a través de internet, que es una herramienta muy utilizada por un colectivo de población amplio.

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