La montaña rusa del coronavirus ha vuelto a girar y, en este movimiento, ha dejado a Asturias como estaba hace ahora un año: con la tasa de contagios más baja de España (aunque en cifras mucho más elevadas que las que se registraban en aquel momento).
Bajan los ingresados, siguen altas las UCI.
En lo que ya tiene algo de rutina, la pandemia de covid vuelve a cumplir su ciclo habitual. Tras el descenso de los contagios, llega el de hospitalizados en planta, pero aún se mantiene alta la cifra de ingresados en cuidados intensivos (UCI). Los hospitales asturianos amanecieron ayer con 153 enfermos de coronavirus. Una semana antes eran 190, cifra que hasta el momento ha marcado el cénit de la presente quinta ola. Esta evolución supone una caída que frisa el 20 por ciento. La bajada de hospitalizados se centra en las planta, en las que se ha pasado de 160 a 118 pacientes. Entre tanto, en las UCI la ocupación ha aumentado de 30 a 35, como corresponde a una enfermedad cuyos cuadros clínicos se agravan con el paso de los días.
La mortalidad aumenta.
El apartado que continúa siendo preocupante es el de mortalidad. Anteayer, jueves, fallecieron por covid en Asturias una mujer de 86 años y un hombre de 77. En todo el mes de junio, en el Principado se computaron 9 fallecidos por coronavirus; en julio, 22; y en agosto, en solo cinco días, van 9. En todo caso, nada que ver con los 596 del pasado noviembre.
Mortalidad en personas dependientes.
A nivel nacional, los efectos de la quinta ola de la pandemia en las residencias de mayores se han agravado en la última semana, en la que se dobló el número de fallecidos hasta los 71 y en la que los contagios siguen al alza, aunque a un ritmo más ralentizado, con 1.150 casos nuevos. En otro informe elaborado por el mismo organismo, el Imserso se plasma que el exceso de mortalidad registrado en personas dependientes (a la espera de una prestación o ya con ella) durante la pandemia ha sido de 59.071 personas más de las esperadas, un 21,9 por ciento. En Asturias, la sobremortalidad ha sido del 16,4 por ciento.
Las vacunas no alteran la menstruación.
El Comité de Seguridad (PRAC) de la Agencia Europea del Medicamento no ha encontrado “hasta el momento” ninguna asociación causal entre las vacunas contra el covid-19 y los trastornos menstruales. El PRAC “revisará todas las pruebas disponibles (...) y seguirá vigilando esta cuestión”. En cualquier caso, la citada Agencia resalta que los trastornos menstruales son “muy comunes y pueden ocurrir sin una condición médica subyacente”.
Los anticuerpos de la infección duran al menos siete meses.
Los niveles de anticuerpos frente al covid-19 se mantienen estables o incluso aumentan siete meses después de la infección, según evidencia un estudio coordinado por el Instituto de Salud Global de Barcelona. El trabajo ha analizado muestras de sangre de 578 sanitarios del Hospital Clínico de Barcelona tomadas entre marzo y octubre de 2020, en el que supone el primer estudio “en evaluar la respuesta de anticuerpos frente a un panel tan amplio de antígenos a lo largo de siete meses”, según explicó la investigadora Carlota Dobaño.
