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La nueva fase de la crisis del coronavirus

Caos en la noche llanisca y riosellana, con decenas de multas y botellones disueltos

Lanzan objetos a la Guardia Civil y a la Policía Local en Llanes cuando intervenían en El Sablón | Disuelven a 1.500 personas en Ribadesella

Aglomeración en Ribadesella, en la noche del sábado al domingo.

El cumplimiento de las restricciones por la pandemia del coronavirus se está relajando en exceso en las últimas noches en varias zonas de la costa asturiana. Especialmente, las más turísticas. El punto más problemático fue Llanes, donde la actuación conjunta de la Guardia Civil y la Policía Local fue contestada con el lanzamiento de botellas y otros objetos cuando iban a disolver botellones. Solo en Llanes se pusieron 130 denuncias.

Las actuaciones en esta localidad comenzaron controlando concentraciones de gente en Cuetu Altu y Cuetu Baju, la zona de La Calzada y el paseo de Las Marismas. Una vez que se intervino en estos puntos, la gente se concentró en la zona de El Puente. Fue ahí donde, en el momento del desalojo, un agente recibió el impacto de una botella de cerveza. Más tarde, en las zonas de Tieves, La Guía, Puertu Chicu, Toró, paseo de San Pedro y El Sablón se siguieron disolviendo botellones. Durante la intervención en el paseo de San Pedro, cuando la Policía Local y dos patrullas de la Guardia Civil se disponían a subir por la zona de El Sablón, fueron atacados con varios objetos y botellas desde arriba, lo que les obligó a acceder desde otro sitio con los vehículos de la Policía como escudo. La situación se complica, según confirman fuentes policiales, cuando cierran los bares y empiezan los botellones.

También fue una noche complicada en Ribadesella, donde el sábado debía haberse celebrado la fiesta de las Piraguas, que precisamente se tuvo que suspender por segundo año consecutivo por el covid-19. Allí, la Guardia Civil tuvo que actuar para disolver una aglomeración en la que había al menos 1.200 personas bebiendo en la calle. En total, la Comandancia de Gijón de la Benemérita, que se encarga de la mitad oriental de la región, tuvo que poner 187 denuncias por el incumplimiento de las medidas de seguridad contra la pandemia. Ramón Canal, alcalde de Ribadesella, explicó que la noche del sábado no fue muy distinta a otras de agosto por el hecho de que coincidía con la fecha en la que debía haberse celebrado la fiesta de las Piraguas: “Cualquier fin de semana de agosto esto está así, nosotros tenemos servicios para una localidad de 5.000 habitantes y tenemos que atender a 50.000”. Canal explica que entre la personas que se encontraban en estas aglomeraciones había “gente joven y no tan joven” y reconocía que esto puede tener consecuencias: “Es posible que pueda haber un repunte de casos, nos consta que hay personas que andan por la calle sabiendo que son positivos por covid y esperemos que no haya un brote”. El regidor sostiene que, por su parte, la situación en la hostelería estuvo “bastante controlada”. A pesar de todo, celebra que la incidencia haya bajado en los últimos días: “Tuvimos un gran aumento hace diez o quince días, pero a lo largo de esta semana ha mejorado sustancialmente, sin que sea para tirar voladores. Ojalá terminemos el verano bien”.

Pero hubo más puntos donde La Guardia Civil tuvo que intervenir. En la playa de San Antolín, en Llanes, se disolvió una fiesta en la que había 40 personas; en la playa de La Espasa, en Caravia, se congregaron 400 personas y la Guardia Civil acudió a controlar la situación en un chiringuito.

Además, hubo intervenciones en lugares como el Paseo Marítimo y la zona de la iglesia de Luanco, Candás, Villaviciosa o Colunga. También hubo casos aislados en Infiesto, Nava y algunos pueblos de Langreo, donde actuaron conjuntamente Policía Local y Guardia Civil.

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