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¿Habrá un rebrote en Asturias por el caos de los botellones? Los responsables sanitarios, centrados en prevenir la sexta ola

“Es decisivo que la gente joven acuda a los cribados si tiene alguna sospecha de poder haberse infectado", asegura la jefa de los rastreadores en la región

Las reuniones callejeras, multitudinarias y regadas de alcohol que se han registrado en los últimos días en Asturias, han sembrado entre los responsables sanitarios un indisimulado temor a un rebrote de la curva. Habrá que esperar unos días para comprobar si las actitudes irresponsables de algunos sectores de la población se plasman en un nuevo incremento de contagios. Por ahora la pandemia de coronavirus ha entrado en una fase de descenso muy esperanzadora en la región.

Asturias revalidó este pasado fin de semana su condición de comunidad con menor incidencia de covid-19 de toda España, y se ha convertido en la única que logra bajar de los 250 casos por 100.000 habitantes en catorce días que marcan el umbral entre el riesgo “muy alto” y el “alto”.

La incidencia del coronavirus en el Principado a catorce días bajó ayer hasta 225 casos por 100.000, después de que entre el viernes y el domingo se contabilizaran 289 infectados nuevos. En concreto, el dato del domingo es el más bajo desde el pasado 27 de junio. La incidencia media de España es de 416 por cada 100.000 habitantes. La región que más se acerca a Asturias es Canarias, con 327 por 100.000, a más de cien puntos del Principado. Según los datos conocidos hoy, Asturias solo sumo ayer 46 nuevos casos de coronavirus.

Con estos datos, la quinta ola del covid, que en el Principado ha supuesto los niveles de incidencia más elevados de toda la pandemia, parece estar claramente embridada. Las buenas cifras de contagios se suman a las de ocupación de los hospitales por enfermos de covid. La ocupación de planta de Asturias es la más baja de todo el país. La de las unidades de cuidados intensivos (UCI), la cuarta más baja. Ayer eran 32 los infectados por coronavirus ingresados en las áreas de críticos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA, Oviedo) y del Hospital de Cabueñes (Gijón).

El desafío se centra ahora en evitar la sexta onda. “Pienso que veremos un repunte a la vuelta de unos días con el cambio de quincena y las fiestas de este fin de semana”, explicó ayer a este periódico un gestor sanitario, quien agregó: “Esperemos que, si lo hay, el repunte sea pequeño”.

Para evitar una nueva subida de la curva, la Consejería de Salud ha puesto en marcha una serie de estrategias entre las que destacan dos herramientas. La primera: intensificar los llamamientos a los jóvenes de 12 a 35 años que estén sin vacunar para que se sometan a pruebas PCR gratuitas si tienen la mínima sospecha de haberse infectado. La segunda: afinar en el rastreo de los contagios y de los contactos estrechos de esos nuevos infectados, con una búsqueda que va mucho más allá de los mínimos que marca el Ministerio de Sanidad y de lo que establecen los protocolos de algunas comunidades autónomas.

“Es decisivo que la gente joven acuda a los cribados si tiene alguna sospecha de poder haberse infectado”, subraya María José Villanueva, coordinadora de Programas Covid y jefa de los rastreadores de la Consejería de Salud. Los llamamientos de la Consejería abarcan a la población de 12 a 35 años, y se complementan con la petición a quienes hayan dado positivo en test de antígenos adquiridos en farmacias para que soliciten realizarse una PCR de confirmación.

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Cientos de jóvenes celebran las "no fiestas" de agosto a pesar de la pandemia Agencia ATLAS

Llamamiento a la responsabilidad

La delegada del Gobierno, Delia Losa, reconoció “la labor desarrollada por la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en coordinación con las Policías locales”, e hizo “un llamamiento a la responsabilidad”, porque “el virus sigue ahí y es necesaria la implicación de todas las personas, tanto con su actitud, como sensibilizando a aquellas personas de su entorno que puedan estar vulnerando las medidas sanitarias”.

Losa añadió: “Ya se han puesto refuerzos a las fuerzas de seguridad, como se ha podido comprobar con las intervenciones que se están llevando a cabo durante todo este fin de semana”. No obstante, añadió que resulta necesario que, “especialmente los jóvenes, sean responsables evitando las aglomeraciones y la práctica de actividades como el botellón, que no sólo están prohibidas sino que favorecen los contactos estrechos y la propagación del virus”.

El balance del fin de semana más festivo del año no puede ser más negativo. Solo la Guardia Civil denunció a unas 550 personas, a las que hay que añadir el centenar de actas de denuncia que levantó la Policía Local de Gijón y las extendidas por las policías de Llanes, Ribadesella y Gozón. El número total de denuncias supera con creces las 700.

Los mayores problemas se registraron en la noche del sábado en Luanco, donde se celebraba el “no Carnaval” de verano. En la plaza del Cristal, la de la Ribera y el paseo de la playa luanquina llegaron a concentrarse más de 2.000 personas, que tuvieron que ser desalojadas a las seis y media de la mañana del domingo. En Luanco, una pelea terminó con dos heridos, uno de ellos de gravedad, tras recibir tres puñaladas. Ambos fueron detenidos por un delito de lesiones. También hubo un tercer detenido en Llanes, un joven madrileño que se enfrentó a agentes de la Policía Local cuando éstos le instaron a marcharse en las cercanías de un botellón.

Tanto en Llanes y Ribadesella –localidad en la que se llegó a desalojar una aglomeración de 700 personas– como en las localidades del occidente de la región, como Navia o Tapia de Casariego, intervinieron las correspondientes unidades de seguridad ciudadana (USECIC) de las comandancias de la Guardia Civil de Gijón y Oviedo, grupos de actuación especializados en el desalojo de grandes multitudes, que suelen actuar con cascos, escudos y defensas.

En Llanes, los agentes fueron recibidos a botellazos en la noche del viernes, y el sábado, algunos grupos intentaron organizarse para resistir a los agentes, aunque finalmente fueron desalojados de todos modos. Y es que no querían marcharse a sus casas una vez que a la una y media de la madrugada cerraron los establecimientos hosteleros de la localidad.

Los hosteleros indicaron en días pasados que una ampliación del horario de bares y restaurantes redundaría en una reducción de los botellones, pero esta idea no convence a las autoridades, como ya indicó la propia delegada del Gobierno, quien sostiene que se producirían de todos modos.

Las actuaciones protagonizadas este fin de semana por las fuerzas y cuerpos de seguridad, especialmente la Guardia Civil, demuestran que es posible actuar contra los botellones. Las policías locales vienen admitiendo su impotencia para lidiar con este fenómeno, debido a la ausencia de personal y medios adecuados para enfrentarse a multitudes de cientos de personas.

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