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Las rulas asturianas baten su récord de facturación del lustro con la costera más corta del bonito

El aumento de las descargas en Gijón y su mantenimiento en Avilés consolidan a Asturias como plaza bonitera referente del Norte

Subasta del bonito del Norte en Avilés

Las capturas del llamado “pez del verano”, el bonito del Norte, ya no se extienden hasta otoño. Por quinto año consecutivo, la costera de esta especie se ha visto acortada drásticamente debido al consumo de la cuota administrativa (cupo) implantada según el sistema establecido por la Unión Europea; y eso que este año se abrió la mano y aumentó un 12,5 por ciento. Según los registros históricos de ventas de la rula de Avilés –la que más bonito comercializa de Asturias–, se observa que hasta 2017 las costeras de atún blanco se desarrollaban, por lo menos, hasta octubre. Sin embargo, las últimas se han cerrado durante el mes de agosto. La de este año en concreto ha sido la más corta de la historia al decretarse su finalización el día 16.

Siendo motivo de preocupación para la flota esta tendencia de acortamiento del periodo de pesca del bonito, los datos estadísticos de ventas en las rulas asturianas trasladan la idea de que hay bonito a mansalva y mucho dinero a repartir entre los profesionales que lo capturan. La costera trajo este año 928.136 kilos a la lonja Gijón, cifra que representa un incremento del 94,42% respecto al año pasado; esto es, prácticamente el doble.

La mayor parte de esos bonitos subastados en la lonja gijonesa fueron capturados por flota de tanqueo, que utiliza cebo vivo para atrapar a los túnidos. Esto explica el gran incremento de kilos comercializado. La flota de tanqueo se compone por barcos que tienen puertos base en Cantabria y el País Vasco, pero dada la proximidad de los cardúmenes de bonito a la costa asturiana, este año han hecho una parte importante de la costera en aguas del Principado, de lo que se benefició la rula gijonesa en cuanto a ventas.

El registro bonitero de Gijón es el mejor de los últimos ocho años, ya que para encontrar un volumen de descargas superior en la lonja gijonesa hay que remontarse hasta la costera de 2013. El precio medio alcanzado por el bonito en las subastas de este año celebradas en Gijón fue de 3,9 euros por kilo, ligeramente inferior a los 4,06 euros de 2020.

En el caso de la rula de Avilés, las ventas de bonito del norte fueron 1.375.000 kilos, pagados a un precio medio de 4,14 euros. La cifra prácticamente “calca” la de 2020 (1.391.000 kilos), pero el precio es superior en 13 céntimos. A reseñar que todos los kilos de atún blanco del Norte comercializado en Avilés fueron pescados uno a uno con la técnica del curricán (anzuelo), la que es considerada la forma más responsable y artesanal de capturar los túnidos.

En total, la facturación de las dos principales lonjas asturianas por las descargas y subastas de bonito ascendió a 9,3 millones de euros frente a los 7,59 millones de la campaña del año pasado, lo que supone un incremento del 22,52 por ciento. Más aún, la cifra absoluta de facturación conjunta por bonito de las rulas de Avilés y Gijón es la mejor de lustro, pues supera los 9,27 millones de 2019, el anterior mejor registro.

La totalidad del bonito rulado en Avilés y la mayor parte del comercializado en El Musel se capturó con métodos de pesca sostenible. En concreto, esto se acredita con el sello Marine Stewardship Council (MSC) que acredita que certifica que se trata de pesca sostenible. El precio medio del bonito MSC también es superior al que no es capturado con artes de pesca sostenible.

La Secretaría General de Pesca, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, comunicó el cierre de la pesquería de atún blanco del norte a partir del 16 de agosto una vez estimado que se había consumido la cuota que le corresponde a España, establecida en 17.397 toneladas. No obstante, el posterior recuento detallado de las capturas determina que quedaron 375 toneladas sin pescar; es decir, que finalmente el consumo de la flota española fue del 97,84 por ciento de la cuota asignada.

La costera del bonito en aguas del Cantábrico y Noroeste, en la que participaron 278 buques de pabellón español autorizados, se desarrolló, según el Ministerio, “con total normalidad durante los meses de primavera y verano”. El valor alcanzado por el atún blanco en las lonjas “ha sido positivo, con un precio medio ascendente desde 2018, y en los mismos niveles de 2020 (3,67 euros/kilo), lo que supuso unas ventas estimadas provisionalmente en torno a los 63 millones de euros”. En la campaña de 2020 la cifra de ventas fue de 58,7 millones de euros.

La preocupación ministerial por el control de la actividad pesquera se manifiesta en que a lo largo de la campaña se llevaron a cabo actuaciones de vigilancia de los desembarcos en varios puertos, “con 94 inspecciones a embarcaciones, tanto de pabellón español como a arrastreros pelágicos irlandeses y franceses, en las que se detectaron nueve presuntas infracciones”.

Asimismo, añaden fuentes ministeriales, “desde junio hasta agosto se llevaron a cabo misiones marítimas, con dos patrulleros de la Secretaría General de Pesca con inspectores de pesca a bordo. Tanto en tierra como desde el mar se ha realizado un especial seguimiento y control a la flota de arrastre pelágica francesa e irlandesa, con 26 inspecciones en total, en las que se han detectado tres presuntas infracciones”.

La actividad de esos barcos arrastreros pelágicos de otras nacionalidades en el Cantábrico es legal siempre que faenen a más de 12 millas de la costa, pero aún así su presencia consterna a los pescadores asturianos, quejosos con el hecho de que se permita pescar bonito a esos buques usando artes que en España están prohibidas por su carácter dañino para el medio marino.

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