Las autoridades sanitarias asturianas echan el resto para salvar el obstáculo que suponen las 70.000 personas que aún no han podido ser localizadas para recibir la vacuna contra el coronavirus. Sin más dilación ni protocolos, sin cita previa, el día elegido es el próximo jueves, 2 de septiembre. La vacuna se administrará ese día en todos los puntos de vacunación de la región a todas aquellas personas con tarjeta sanitaria que no hayan recibido ninguna dosis y que solamente tendrán que identificarse con su DNI. Además, el Servicio de Salud del Principado dispondrá dos unidades móviles en “puntos estratégicos” de Oviedo y Gijón.

Es la intensificación por todos los medios de los llamamientos para la vacunación. Esta iniciativa se suma a la apertura del sistema de autocita iniciada el pasado lunes para los mayores de doce años que en un primer momento hayan rechazado la inmunización o con los que no haya sido posible establecer contacto telefónico. Esta otra posibilidad que se les brinda está habilitada a través de internet, con la opción de seleccionar fecha y hora para recibir la profilaxis en este enlace , en dos versiones, para menores o mayores de cuarenta años.

De forma simultánea, el personal del Sespa está llamando directamente a 10.000 personas de las que no tiene registrado su DNI para facilitarles el acceso a la vacunación. Sigue adelantando además la inmunización para los 20.000 que hayan contraído la enfermedad y que con el propósito de reforzar su grado de inmunidad frente a la variante “delta” recibirán la vacuna al mes de haberse contagiado, un periodo que acorta significativamente los seis meses que regían hasta ahora. En estos casos, el medio de contacto será el sistema automático de citación.

Por si todo eso fuera poco, el Principado emprenderá una nueva campaña para difundir las ventajas de la vacunación, ésta con un reclamo muy asturiano e inclusivo: “Vacúnate ho / vacúnate ne”.

Por otro lado, el Instituto de Salud Carlos III pondrá en marcha un estudio para esclarecer el grado de inmunidad que tienen los mayores vacunados o que hayan superado el coronavirus, principalmente los internos en residencias, y otro con el que pretende definir qué es la covid persistente, que debe distinguirse de las secuelas que puede dejar la propia enfermedad.